Culminó la 125ª Asamblea ordinaria de los Obispos de Costa Rica, quienes del 6 al 9 de febrero analizaron la realidad del país y la Iglesia. En su mensaje de cierre han rememorado el 40 aniversario de la visita de san Juan Pablo II.
“Hemos querido titular este mensaje con una de las frases que dejaron huella, en nuestro país, por parte del querido Papa, cuando el 3 de marzo de 1983, proponía «Sí a la justicia, al amor, a la paz»”.
Anunciaron que el 2 de marzo oficiarán una eucaristía por los 40 años de la visita de san Juan Pablo II en la Catedral metropolitana y el 4 de marzo realizarán un concierto gratuito en el Estadio nacional como “una forma de recordar una visita que marcó a nuestra sociedad”.
Precisamente los prelados han expresado su preocupación por el aumento de la criminalidad “llegando a niveles históricos en el año 2022, alcanzando una tasa 12,6 por cada 100.000 habitantes, muy superior a los 10 por cada 100.000 habitantes que fija la Organización Mundial de la Salud como una epidemia de homicidios”.
Crisis educativa y de valores
Además advierten que en medio de este flagelo también “persiste la crisis educativa, así como el costo de la vida que afecta especialmente a los más vulnerables. Vemos también que se siguen incrementado los grados de polarización entre diversos sectores”.
El diálogo es el camino y pareciera “que se deja de para golpear al otro con palabras o acciones que no favorecen un clima de altura en el cual deben de solventarse las diferencias”.
“Es también responsabilidad de toda la ciudadanía trabajar con ahínco por consolidar una mejor sociedad en que se privilegie el bien común, en que digamos no a cualquier acto de corrupción y denunciemos todo aquello que va contra las leyes”, apuntaron.
Delegan en las familias “como célula fundamental de la sociedad, a retomar su rol protagónico en la educación y formación de las nuevas generaciones y el respeto a la dignidad de las personas y la vida”.
Abrirse a la fraternidad
Frente a los males que aquejan “a nuestra sociedad costarricense y al mundo en general, en una era en que el COVID-19 nos ha golpeado por casi tres años, debemos insistir en volver nuestra mirada a Dios y trabajar por la paz, la fraternidad, la unidad y el bien común”.
Llamado que hacen con especial énfasis a la clase política para que “impere el respeto, sobre todo con la sociedad a la cual deben servir; para que los discursos violentos queden de lado y recuperemos el rostro de paz y justicia social que caracterizó por muchas décadas a Costa Rica”.
Citando de las palabras del Papa Francisco, en la LVI Jornada Mundial de la Paz de este año 2023, expresan: “Ya no podemos pensar sólo en preservar el espacio de nuestros intereses personales o nacionales, sino que debemos concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un ‘nosotros’ abierto a la fraternidad universal”.
Iglesia, hogar seguro
Los prelados reafirmaron su compromiso por “continuar y consolidar un Hogar Seguro en la Iglesia Católica para los menores de edad y personas adultas en estado de vulnerabilidad” aún cuando “queda mucho camino por recorrer”.
Por ello, en las diócesis y en la propia Conferencia Episcopal “se viene fortaleciendo el trabajo de las Comisiones de Protección de Menores y Adultos en Vulnerabilidad”.
“Ofrezcamos todos los cristianos, pero especialmente los sacerdotes, un testimonio confiado a las manos de Dios y acciones concretas para desterrar los abusos contra menores y adultos vulnerables”, añadieron.
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