En un país donde el tema de la educación ha sido “una prioridad histórica”, los Obispos de Costa Rica han pedido suscribir un Pacto nacional por la educación, inspirado en el pacto global al que ha llamado el Papa Francisco.
Los actuales problemas demandan educar a las nuevas generaciones para que entren en relación con el mundo y responder a la emergencia educativa, que está sumida en una crisis de valores.
“Es urgente hoy un nuevo período de compromiso educativo que involucre a todos, que genere espacios para la participación y el entendimiento para que podamos unirnos con este objetivo”, han señalado.
Rol de las familias
Sobre todo han pedido priorizar y fortalecer “el rol educativo de las familias revitalizando el valor testimonial, la fuerza del cariño y del ejemplo, la autoridad moral, que brota de una vida íntegra, coherente con los valores que han iluminado el caminar de nuestro país”.
“Garanticemos el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos de acuerdo con sus convicciones. Implementemos acciones estratégicas para que las familias asuman un rol protagónico en el proceso educativo de las personas menores de edad y establezcan una adecuada colaboración con los docentes y demás instancias educativas”, han dicho.
Para ello, será clave impulsar “una visión antropológica respetuosa de la tradición del humanismo cristiano que supere ideologías extrañas y deshumanizadoras. Negar la base biológica de la persona, como constitutiva fundamental de ella, es una clara ideologización que, lejos de contribuir a su dignidad, lo que hace es desposeerla de aquello que la fundamenta y dejarla a la deriva de los clichés antojadizos de las corrientes sociales del momento”.
Consideran que invitar a los niños “a cuestionarse su identidad sexual a edades tempranas es desconocer la psicología evolutiva y equivocar la dosificación en la educación”, por ende, “el componente ético de la educación de la sexualidad es competencia de las familias en el ejercicio de su derecho a la educación de sus hijos”.
“Es necesario favorecer la libre expresión de ideas por parte de todos los integrantes de la comunidad educativa y respetar al máximo la objeción de conciencia frente a estas propuestas”, agregaron.
Dignificar a los docentes
Este llamado por un Pacto nacional por la educación, incluye la dignificación de los docentes para “elevar la percepción de estima y motivación a su tarea, salvaguardar su autoridad, evitar la sobrecarga de trabajo no estrictamente educativo”.
Los prelados manifestaron que buscan “escuchar las distintas propuestas de los implicados en la educación; estamos abiertos al diálogo, superando partidismos e intereses particulares. Estamos convencidos de que, con la buena disposición de todos, hallaremos caminos favorecedores para la educación, propiciando el desarrollo integral de todos los ciudadanos y, con ello, el bien común de nuestra Patria”.
También han mostrado preocupación por los cambios de las autoridades en el Ministerio de Educación Pública (MEP) cada cuatro años con la elección de nuevas autoridades gubernamentales, por eso, piden se considere a todos los sectores ante cualquier modificación de la parte técnica-curricular y evitar cambios abruptos sin consenso.
“Es imprescindible que el ente constitucional encargado de la educación costarricense, el Consejo Superior de Educación (CSE), sea el que garantice los procesos de continuidad en el sistema educativo y, tal como corresponde”, han acotado.
Demandas nacionales
Por otra parte, los Obispos piden revisar y garantizar “el funcionamiento idóneo de las Juntas de Educación, lo que supone la revisión de la elección de estas, a fin de que no se conviertan en trampolines políticos”.
Esto implica también “una fiscalización del uso adecuado de los fondos económicos, en procura del interés superior de la persona menor que asiste a los centros educativos. Motivemos a las comunidades y familias a participar democráticamente en la conformación de las Juntas de Educación”.
“Redoblemos esfuerzos para que el sistema educativo costarricense, alcance la implementación de la oferta completa del plan de estudios establecida por el Consejo Superior de Educación mediante el acuerdo 34-07”, indicaron.
Para lograr una educación con equidad e igualdad de oportunidades para todo el estudiantado, “no podemos conformarnos con que solo en el 8 % de las escuelas de nuestro país se imparta el currículo completo establecido por el CSE”.
Por tanto, “convendría la unificación de centros educativos unidocentes en otros centros para potenciar recursos y poder tener una educación con verdadera equidad para caminar hacia el logro del currículo completo en el 100% de nuestras escuelas”.
Trabajar con las universidades
Los Obispos han invitado a trabajar con las universidades públicas y privadas, que “imparten carreras del ámbito educativo, para mejorar la calidad de la formación de los futuros profesionales y promover la mística de la profesión docente, fortaleciendo el perfil de la persona docente”.
El respaldo a la educación universitaria “es imprescindible y se hace necesario el apoyo económico desde el marco de legalidad que ampara a las universidades, lo cual también exige los controles adecuados para evaluar el correcto uso de los presupuestos, con el fin de promover el mayor acceso de forma democrática del estudiantado a los estudios superiores, lo que ha distinguido históricamente a nuestro país”.
“Esto responderá a las necesidades de la Dirección de Recursos Humanos del MEP, la cual mantiene la figura de nombramientos por inopia ante la escasez de docentes calificados”, finalizaron.
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