Inició la 121.ª Asamblea coordinadora de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) este 8 de enero con un momento de espiritualidad y adoración al Santísimo por monseñor Ulises Gutiérrez, arzobispo de Ciudad Bolívar.
En la agenda hay varios temas, entre los que se ha destacado el camino sinodal, la colaboración con sus pares colombianos frente al tema migratorio, la Jornada Mundial de la Juventud, entre otros.
En el acto de apertura han participado monseñor Ignazio Ceffalia, encargado de negocios de la Nunciatura, quien envió la salutación en nombre del Papa Francisco: “San Pablo, en su palabra, nos ayuda a acrecentar la fe, que, a través de la Esperanza, despierta el amor. Dios no olvida nuestros problemas y como nos dice el Papa, alimentemos la esperanza con el poder de los gestos, en lugar de poner la esperanza en los gestos del poder”, expresó.
Crisis política y ambiental
Monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Cumaná y presidente del episcopado, abordó en su discurso de apertura el tema de la realidad nacional e internacional.
Al respecto, indicó que el mundo vive una espiral de violencia por cuenta de las guerras en Ucrania y Medio Oriente, aunque lejanas para el país, los efectos se han sentido por ser un país exportador de petróleo.
Resaltó que la crisis climática es una amenaza latente, cuyas secuelas se comienzan a experimentar con los cambios inusuales de temperatura. Sobre Venezuela, una vez más ha pedido frenar la explotación del arco minero en el Orinoco como también condenó los recientes derrames petroleros y otras situaciones que ponen en riesgo el ambiente.
El prelado ha expresado su preocupación por la fragilidad de la democracia en la región, donde antiguos y nuevos líderes populistas de izquierda y derecha inciden en la política exterior del país.
Camino electoral truncado
Monseñor González ha cuestionado el papel del Gobierno y la oposición en medio de las negociaciones, puesto que el camino electoral – el más importante – no luce tan claro.
Si bien se han logrado algunas concesiones económicas y canje de presos políticos, el panorama electoral sigue en veremos. Aún no se sabe sobre la inhabilitación de candidatos.
Aunque se ha planteado en el acuerdo de Barbados, luego de meses de interrupción de los diálogos, que las elecciones serían para el segundo semestre de 2024, esta ruta sigue sin indicaciones sobre las garantías democráticas para que sean reconocidas tanto nacional como internacionalmente.
Lamentó que las elecciones primarias realizadas el pasado 22 de octubre por la oposición han debido sortear varios obstáculos antes como después. En este sentido, han recomendado seguir con mucha atención el proceso electoral por su importancia capital.
Situación muy inestable
El Presidente del episcopado ha mencionado también las precarias condiciones de los docentes de Venezuela como otros, quienes a inicios de 2023 salieron a protestar por mejoras salariales, pero que el Gobierno no dio nunca una respuesta.
Aunque se había anunciado el aumento del sueldo mínimo, el ejecutivo solo aumentó las bonificaciones, por ende, “esto coloca en una situación de gran precariedad y pobreza a amplios sectores de la población”.
Para don González la situación económica sigue siendo “muy inestable”, puesto que la inflación registrada en 2023 fue de 200%, aunque bajó sigue siendo una de las más altas del mundo. A esto se suma el aumento de la tasa de referencia del dólar, que registró un alza de 100% respecto a 2022.
Toda esta grave situación económica ha obligado a miles de familias venezolanas a emigrar, con todas las secuelas que esto trae: xenofobia, muertes y heridos, secuestros, accidentes de tránsito, naufragios e incendios.
“Ante la indiferencia de las autoridades al tema migratorio, la Iglesia debe contribuir a que no se olvide, y favorecer servicios de atención y acompañamiento integral (material, espiritual, pastoral) a los migrantes y sus familias”, acotó.
Crisis ética
Monseñor González de Zárate considera que la peor crisis de Venezuela es la ética y de valores, expresada en la desintegración familiar, la violencia generalizada (unas 7.000 muertes violentas al año), el deterioro de lo público, las limitaciones en el ejercicio de la libertad personal y social, la merma progresiva del sentido de responsabilidad y la esperanza.
Señaló que en 2023 se revelaron significativos actos de corrupción en la empresa petrolera (PDVSA) y en la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), pero a pesar del gran número de detenidos por estos casos “no se ve respuesta contundente” sobre esta situación.
También ha señalado que ha habido una violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, ya de conocimiento ante la Corte Penal internacional y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos. Sin embargo, todo sigue sin investigarse.
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