Como estaba previsto, este 3 de diciembre, los países de la Región Andina se unieron en el rezo del Santo Rosario Misionero, con el fin de fortalecer la comunión y la misión de la Iglesia.
Este momento de oración contó con la participación de directores, niños, jóvenes y familias de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, quienes elevaron plegarias por cada continente.
El Santo Rosario inició con cantos a María y el saludo del Papa Francisco: “Los saludo con todo mi corazón, les doy mi bendición y les pido que recen por mí. También les quiero dar un regalo; le voy a pedir a la Virgen que los cuide especialmente. Que Dios los bendiga”.
Compromiso con la misión
Los directores de OMP de los países andinos dieron algunas palabras animando a los misioneros a profundizar en su devoción mariana y compromiso con la misión.
La Hermana Marina Aguilar, SMJ, directora de OMP Ecuador, inició con un mensaje esperanzador: “Este Santo Rosario de los países bolivarianos nos ayude a ser siempre lo que ella nos pide: hacer lo que Jesús nos diga”. Por su parte, Monseñor Adolfo Bittschi, director de OMP Bolivia, reflexionó sobre el poder transformador del Rosario: “Me alegro que ustedes sean devotos del Santo Rosario. Yo también tengo este Rosario de Fátima, donde apareció la Virgen y habló a los niños, rezar cada día el Santo Rosario puede cambiar el rumbo de este mundo. Las oraciones, especialmente de los niños, no llegan al techo, sino hasta el cielo”.
Desde Colombia, el presbítero Samir García Valencia, director de OMP Colombia, expresó su apoyo a la obra misionera conjunta: “Nos unimos en oración con los países bolivarianos por la obra misionera de la Iglesia”. El presbítero Ricardo Guillén, director de OMP Venezuela, celebró la iniciativa como un acto de comunión entre los pueblos: “Saludos a todas las Obras Misionales Pontificias de los países bolivarianos. Celebro esta iniciativa que nos reúne para orar en torno a María Santísima con el Rosario Misionero, de modo que podamos llevar a nuestra acción cotidiana, como animadores misioneros, en oración universal por nuestros misioneros. Oremos por las necesidades de los pueblos del mundo”.
Finalmente, el Presbítero José Hipólito Purizaca Sernaqué, director de OMP Perú, resaltó la dimensión universal de la misión de la Iglesia: “Rezamos por el mundo, empezando por los cinco continentes; y rezamos también por nuestros países, rezamos para que nuestra Iglesia crezca, y para que siga siendo misionera por naturaleza y por mandato”.
Misterios Dolorosos
En el Primer Misterio por el continente de África a cargo de Bolivia, dedicó su oración por el continente africano, pidiendo fortaleza y resiliencia para sus pueblos frente a desafíos como el hambre, la migración y la violencia: “Inspíranos a actuar con justicia y con pasión, te confiamos especialmente a los misioneros que trabajan en África, quienes enfrentan directamente estos desafíos, fortalécelos en su misión de difundir la fe, promover la justicia, y que se den a los más necesitados, que sean instrumentos de tu amor y tu gracia llevando esperanza y apoyo a quienes más lo necesitan. Ayúdanos a todos a construir un futuro donde cada persona pueda vivir con dignidad, seguridad y solidaridad, amén”.
El Segundo Misterio por América, estuvo bajo la dirección de Perú, quienes con el color rojo que representa la sangre de los mártires, ofreció oraciones por la evangelización de América. Se pidió especialmente por los jóvenes misioneros y el impulso de una nueva evangelización liderada por laicos comprometidos: “Oremos por todos los misioneros del mundo, especialmente por los jóvenes para que respondan al llamado de Jesús. Que se vaya más allá de las fronteras, que vivan para Él y por Él, proclamando el Evangelio, siendo luz en todos los rincones del mundo”.
El Tercer Misterio por Europa a cargo de Ecuador, se rezó por la paz en Europa y en América, uniéndose a través de la Virgen María para pedir por la reconciliación y el fortalecimiento de la misión en ambos continentes.
La Palabra de Dios transforma
El Cuarto Misterio por Oceanía, estuvo bajo la responsabilidad de Colombia que, con el color azul, oraron por los enfermos y ancianos misioneros que, desde el ejemplo de Santa Teresita del Niño Jesús, ofrecen su dolor por las misiones: “Pidamos por todos los hombres y mujeres de este continente, para que escuchando la Palabra de Dios se dejen transformar por ella y por el Espíritu Santo. Oremos por todos los integrantes de la unión de enfermos y ancianos misioneros, especialmente aquellos enfermos que experimentan dolor y lo ofrecen por las misiones a ejemplo de Santa Teresita del Niño Jesús, para que encuentren la fuerza del Espíritu Santo, que les brinda en su labor en esta tierra de misión”.
El Quinto Misterio por el continente de Asia, a cargo de Venezuela, se pidió que los pueblos asiáticos reciban con los brazos abiertos el mensaje del Evangelio y que el compromiso misionero siga despertando conciencias para construir un mundo más fraterno: “Oramos por todos los integrantes de las obras que con amor mantienen activo el sueño de despertar la conciencia misionera en el pueblo de Dios. Que la gracia, la sabiduría y el favor de Dios, acompañen sus vidas y la de sus familiares cada día”.
El rezo del Rosario concluyó con la bendición impartida por monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina-Tadó, Colombia, quien pidió a la Virgen María “nos ayude a todos los países bolivarianos a sintonizarse cada vez más en el proyecto misionero”. “Con esta bendición final descienda toda la gracia del cielo, por este compromiso de todos nuestros países bolivarianos”, expresó al impartir la bendición.
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