Desde hoy 9 de agosto y hasta el domingo 11 se está llevando a cabo el Congreso Latinoamericano y Caribeño “Teología en clave sinodal para una Iglesia sinodal” en la sede del Celam en Bogotá, Colombia.
En este Primer Momento del Primer Bloque, presentó su ponencia magistral el sacerdote y teólogo argentino Carlos Galli quien inició su exposición desgranando los cinco sentidos de una teología sinodal:
- Situó el servicio «de nuestra pequeña comunidad teológica» a la fe de la gran comunidad sinodal del Pueblo de Dios.
- Analizó el intercambio de dones para seguir elaborando una teología inculturada e intercultural.
- Reflexionó sobre una teología plural o pluriforme a partir de la integración de perspectivas del pensamiento entre distintas oposiciones polares.
- Se concentró en la vocación a caminar juntos según la lógica de la fe en la Encarnación del Hijo de Dios que nos revela el amor del Padre y nos da su Espíritu para hacer teología desde la compasión incluyente a los últimos.
- Expuso el desafío de caminar juntos en una conversión permanente del yo al nosotros para componer una teología sinodal. ¿Es posible soñar? «Sueño que una red de redes nos ayude a formar una comunidad teológica coral.»
¿Teología sinodal? Aquí y ahora
“Una teología sinodal requiere que nos situemos lúcidamente en este momento de la Iglesia y del Sínodo sobre la Iglesia sinodal. Varios procesos se entrecruzan:
- la dinámica de la catolicidad iniciada por el Concilio Vaticano II,
- el nuevo protagonismo de las iglesias del sur global,
- el camino de conversión pastoral de la Iglesia latinoamericana y caribeña,
- las grandes líneas del pontificado de Francisco,
- la mayor conciencia de la subjetividad de las iglesias locales,
- la emergencia de los rostros regionales y continentales de la Iglesia,
- el deseo de un mayor reconocimiento y participación por parte de los laicos —especialmente de las mujeres—, sujetos en el Pueblo de Dios,
- el desafío de una teología atenta a los signos de este tiempo.
«En esta etapa la Iglesia está marcada por redescubrir la sinodalidad misionera”, explicó Galli contextualizando y marcando con claridad.
Siglo XXI = Poliedro
Y continuó: “La sinodalidad muestra que hoy estamos en mejores condiciones que ayer para asumir lo más valioso de los dos milenios e imaginar la forma de realizar lo universal en lo particular y la unidad en la diferencia. La universalidad del cristianismo se va alcanzando a partir de lo que la Iglesia vive en la historia. (…) El tercer milenio puede dar a luz una figura poliédrica en la que cada iglesia sea un centro animador de vida teologal y pastoral, y todas se articulen en la sinodalidad, la colegialidad y el primado. Por el crecimiento en el sur global y el pontificado de Francisco la Iglesia vuelve a reconocer el protagonismo de las periferias y los periféricos, hoy expresado en la tragedia de los migrantes, que es un nudo de la pastoral global”.
Forma mentis
“Una teología sinodal requiere una forma mentis capaz de integrar las distintas perspectivas de una verdad abierta. Esto converge con el pensamiento de Jorge Mario Bergoglio – Francisco que busca una comunión de oposiciones polares que mantenga las diferencias, asuma las tensiones, abra los horizontes”, y se preguntó si distinguimos por qué Francisco canonizó en el mismo día a Juan XXIII y a Juan Pablo II, como llevando a los hechos esa integración de perspectivas.
«Jorge Mario Bergoglio-Francisco concibe al sínodo como un camino permanente hacia una comunión de las oposiciones polares que mantiene las diferencias, asume las tensiones y abre horizontes”, recordó.
Teología del “Y”
“La catolicidad tiende a abrazar a todos los hombres y a todo lo humano. La conjunción ‘y’ expresa una teología de la mediación, una filosofía de la participación, una espiritualidad de la comunión, una praxis de integración”. En esta línea del “y” colocó a la cercanía, la misericordia y la ternura: claves del pontificado de Francisco.
Comisión Teológica Internacional (CTI): un nosotros teológico
“En la vocación sinodal de la Iglesia, el carisma de la teología está llamado a prestar un servicio específico mediante
- la escucha de la Palabra de Dios,
- la inteligencia sapiencial, científica y profética de la fe,
- el discernimiento evangélico de signos de los tiempos,
- el diálogo con la sociedad y las culturas al servicio del anuncio del Evangelio.
Galli va al hueso de la sinodalidad teologal: “El ministerio de los teólogos, al tiempo que personal, es también comunitario y colegial. La sinodalidad eclesial compromete también a los teólogos a hacer teología en forma sinodal, promoviendo entre ellos la capacidad de escuchar, dialogar, discernir e integrar la multiplicidad y la variedad de las instancias y de los aportes”, citando el párrafo que redactó junto al sacerdote y teólogo italiano Piero Coda para el debate sobre sinodalidad de la CTI.
La comunidad teológica al servicio
“Hacer teología sinodalmente implica compartir un modus vivendi et operandi que incluye capacidades espirituales e intelectuales para la escucha recíproca, el diálogo sincero, el discernimiento común y la integración de perspectivas siguiendo al Espíritu y sintiendo con el Pueblo de Dios. El pequeño nosotros de la comunidad teológica se sitúa y sirve al gran nosotros del Pueblo de Dios sinodal y evangelizador. La variedad de sujetos e instituciones puede cooperar a seguir formando un sujeto teológico comunitario y plural que sepa escuchar, conversar, discernir e integrar según las claves del nosotros sinodal y la teología poliédrica”, profundizó.
Música y Teología
Destacó especialmente “La figura coral de la teología”: “En la Iglesia, la sinodalidad y la teología se usan las metáforas de la música, la orquesta y el coro. Francisco reconoce el protagonismo del Espíritu que, como director de la orquesta o del coro, articula las particulares en el conjunto y armoniza voces e instrumentos para la armonía de la belleza”.
Puso como ejemplo el trabajo del Celam y la CLAR y, siguiendo en relación con este tema, citó al Papa Francisco, San Juan Crisóstomo, Johann Adam Möhler, Karl Rahner, Hans Urs von Balthasar y Pierangelo Sequeri.
La magnanimidad de la humildad
“Cristo muestra que es divino no estar abarcado en lo más grande y estar, sin embargo, contenido en lo más pequeño. El Máximo se hizo el Mínimo y el Mínimo es el Máximo. Para Joseph Ratzinger el amor del más Grande se expresa en el más pequeño porque ‘en un mundo… que es… amor, lo minimum es maximum’”.
Y dio el cierre a su intervención así: “Creemos, pensamos, evangelizamos y rezamos al Deus semper maior que en Cristo es el Deus semper minor. Estamos contentos de ser miembros de la comunidad teológica latinoamericana y de caminar juntos en la teología. Ella nace en el silencio y en la escucha de la Palabra, y culmina en la alabanza y en la contemplación de la Trinidad. El Espíritu es la fuente del don de una teología sinodal que hacemos caminando juntos para escuchar a Dios, conversar con Dios y hablar de Dios”.
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Este Congreso está organizado por el Equipo de Reflexión Teológica del Celam, liderado por el sacerdote argentino y doctor en Teología Carlos María Galli, con el objetivo de impulsar una mayor comunión en el camino de la reflexión teológica católica latinoamericana y caribeña al servicio de una Iglesia sinodal y de un modo creativo y sinodal de hacer teología. Las ponencias centrales podrán seguirse por las redes sociales del Celam.
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