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Padre David Jasso: “Necesitamos sentarnos a los pies de la Virgen y pedirle su intercesión para poder vivir y construir la paz que tanto anhelamos”

En 2031, la Iglesia Católica celebrará el Jubileo Guadalupano, conmemorando los 500 años del acontecimiento guadalupano en el Cerro del Tepeyac, donde la Virgen María se apareció a San Juan Diego. Esta celebración resuena en todo el continente de América Latina y el Caribe, al ser parte de la historia de la evangelización inculturada que entrelaza la fe cristiana con las culturas originarias del continente.

La preparación para este jubileo comenzó en 2022 con un plan de nueve años que integra aspectos espirituales, sociales y culturales. Este proceso también está vinculado al Jubileo de la Redención en 2033, que conmemora los 2000 años de la Resurrección de Cristo. Entre las iniciativas se encuentra la Novena Intercontinental Guadalupana, una invitación para acrecentar la unidad y el amor entre las naciones.

El padre David Jasso, integrante del Comité Técnico de la Novena Intercontinental Guadalupana por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en entrevista con ADN Celam nos habla de la preparación espiritual de los fieles durante los nueve años que conducen al Jubileo Guadalupano en 2031 y el gran mensaje que tiene la Virgen de Guadalupe en este tiempo.

Jubileo Guadalupano

Pregunta: ¿Cuál es el enfoque principal de la preparación espiritual de los fieles durante los nueve años que conducen al Jubileo Guadalupano en 2031?

Respuesta: Estamos enfocados en promover el reencuentro con Dios a través del mensaje de la Virgen de Guadalupe, buscando nuevos caminos para la reconstrucción del tejido social y eclesial de nuestros pueblos y comunidades.

Notarás que el enfoque no solo es devocional o espiritual, sino también social, dado que la Virgen trae un mensaje de reconciliación y de paz, muy necesario en toda América Latina y el Caribe.

P: Desde su perspectiva, ¿cuál es la relevancia histórica del acontecimiento guadalupano en el contexto de la evangelización en América Latina?

R: Es sin duda un acontecimiento fundante de nuestra fe en estas tierras. Los títulos que los Papas le han dado a la Virgen lo confirman: Patrona de América y Estrella de la Evangelización, Emperatriz de América y otros muchos que el mismo pueblo le ha ido otorgando.

Con la Virgen de Guadalupe surge un nuevo pueblo mestizo y evangelizado en un momento de la historia del continente en que hacía falta una señal para manifestar el amor y la ternura del verdaderísimo Dios por quien se vive.

P: ¿Qué mensaje tiene el Jubileo Guadalupano para los católicos?

R: Un mensaje tierno y sencillo: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”. Un mensaje que llena el corazón de esperanza y de alegría por su presencia entre nosotros. La Novena Intercontinental Guadalupana, que el Papa Francisco anunció el 12 de diciembre de 2022, nos prepara para este Jubileo que celebraremos en 2031. Necesitamos sentarnos a los pies de la Virgen y pedirle su intercesión para poder vivir en paz y construir la paz que tanto anhelamos.

Embajadores de paz, justicia y solidaridad

P: ¿Cómo podemos comprender la inculturación de la fe en el mensaje de la Virgen de Guadalupe hoy?

R: Me gusta mucho lo que el Papa Francisco refiere en este punto: María se apareció a una persona humilde y sencilla, a San Juan Diego. Ella anuncia a Jesús siguiendo el camino de la inculturación, es decir, por medio de la lengua y la cultura autóctonas… La Virgen de Guadalupe aparece vestida con las ropas de los nativos, habla su lengua, acoge y ama la cultura local.

Creo además que inculturación, como el mismo Papa lo dice, es encarnación. Ella viene a mostrarlo a Él, en su vientre, a manifestarlo a Él como ella misma lo dice cuando pide que se le construya una “casita sagrada”.

P: En un mundo marcado por desigualdades y conflictos, ¿cómo puede el mensaje de la Virgen de Guadalupe ayudarnos a promover la paz, la justicia y la solidaridad?

R: El mensaje de la Virgen de Guadalupe es en primer lugar dignificador de aquel quien aparentemente no tenía valor: el indígena Juan Diego. En segundo lugar, es un mensaje constructor de comunidad, pues ella no pide enfrentamiento y anuncia desolación, sino con verdadero sentido eclesial envía al laico al obispo para dar a conocer su mensaje. En tercer lugar, su presencia da como fruto la conversión de muchos, no solo en ese momento, sino hasta nuestros días, que seguimos escuchando a Dios a través de la Virgen, que nos pide ser sus embajadores y mensajeros de paz, de justicia y solidaridad.

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