En el marco del Simposio de Teología, que se adelantó en la ciudad de Quito – Ecuador, el sacerdote Fernando Roca, asesor de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (Ceama), fue el encargado de exponer sobre la relación que hay entre la Eucaristía y la creación, por lo que ofreció su conferencia titulada «Eucaristía y cuidado de la casa común«.
Aportar a la construcción de la fraternidad universal desde la teología fue el objetivo del simposio «Fraternidad para sanar el mundo» que se desarrolló del 4 al 7 de septiembre como preámbulo de la edición 53 del Congreso Eucarístico Internacional.
El religioso inició con una breve explicación sobre lo que significa en la Eucaristía los símbolos del pan y el vino, asociándolos a la creación, «trigo y uvas procesados por la labor transformativa de los seres humanos. Creación en la que la condición humana está no sólo inmersa, sino que se muestra como la obra más elaborada de un Dios que respeta nuestra libertad».
Necesaria la relación de participación, no de dominación
Aseguró que, en la transformación de esta obra, todos los seres humanos tienen una gran responsabilidad, quizás la más importante y desafiante de toda la creación. «El pan y el vino, a través del Dios que se ofrece, vinculan la fuerza del sacramento eucarístico con todo lo creado».
Fue enfático en afirmar que el hombre necesita de la naturaleza y del planeta para poder seguir viviendo, mientras que la naturaleza y sus procesos evolutivos no necesitan de él. A lo que advirtió que se debería establecer con la naturaleza una relación de participación y no de dominación. «Hemos querido dominarla irresponsablemente de muchas formas, abusando de lo que nos ofrece, las consecuencias de los errores y excesos hoy las padecemos».
«Saber compartir el pan y el vino eucarísticos en la mesa de la creación en la que Jesús se da generosamente, es mostrar la fuerza sanadora del sacramento de la eucaristía. Pero no se puede pensar en sanar sólo a los seres humanos si también no intentamos sanar los daños realizados por el mal uso de la creación, las violencias cometidas, y que cometemos, contra ella», asintió.
El consumismo un depredador
En este mismo sentido, dijo que cuando se abusa del ecosistema, también la dimensión fraterna de la eucaristía desaparece, rompiéndose y creando brechas que separan a los seres humanos y por ende se rompe también la relación con la creación. Aseguró como los tiempos actuales han ido mostrando que se pierde la distancia frente a un sano consumo de lo que realmente la persona necesita y su adecuada utilización de lo que el planeta ofrece.
Destacó que a veces los tiempos acelerados con los que vive el ser humano y la tecnología actual, pueden hacer creer al hombre que ya no es tan necesaria la capacidad de asombro o admiración y esto aseguró no está bien.
Acciones a seguir
Frente a esta realidad, el religioso dijo que es importante plantearse ciertos desafíos que ayudarán a salvar el planeta y de paso al ser humano, que es el mayor destructor del ecosistema. Entre ellos mencionó el reaprender a relacionarse entre personas y de ellas con la naturaleza; ser conscientes y comprender la urgencia de reelabora y poner en práctica discursos ambientales que lleven a corregir los daños causados al planeta; y retomar lecturas de los pueblos milenarios que ayuden a cambiar las relaciones de dominación establecidas con el entorno y quienes nos rodean.
El padre Fernando Roca concluyó insistiendo que, es necesaria una pedagogía de vida que ayude a aplicar la labor transformativa y creativa, de manera sostenible con la naturaleza y solidaria con los seres humanos «donde podamos mostrar que a pesar del crecimiento poblacional todavía es posible manejar los recursos de nuestro planeta de una manera equilibrada, cuyo consumo, no comprometa los recursos de las generaciones futuras».
Sobre el padre Fernando Roca
Sacerdote jesuita de origen peruano, doctor en Antropología Social y con una especialización Etnobotánico. Es profesor universitario. Vivió más de una década junto con los pueblos originarios en la Amazonía de quienes aprendió la capacidad que tienen de participar de la naturaleza y no sentirse los dueños de ella.
En abril del 2018, fue convocado por el Cardenal Lorenzo Baldisseri, como secretario general del Sínodo, para la primera reunión Pre sinodal en el Vaticano. Fue asesor experto para la sesión especial del Sínodo de los Obispos para la Región Panamazónica, celebrado en octubre de 2019.
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Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones del Simposio Teológico Internacional
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