El Papa Francisco ha nombra este sábado 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, copatrona de la diócesis, a Mons. Carlos María Domínguez OAR como octavo obispo de la diócesis de San Rafael (Argentina), donde actualmente era administrador apostólico, cargo que compaginaba con el de obispo auxiliar de San Juan de Cuyo.
Agustino Recoleto de 57 años
Nacido en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 23 de diciembre de 1965, fue ordenado sacerdote en la Orden de los Agustinos Recoletos el 13 de marzo de 1993. Desde el 22 de abril de 2019 era obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, siendo ordenado obispo el 29 de junio del mismo años por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo. Era administrador de la diócesis de San Rafael desde el 5 de febrero de 2022, tras la renuncia de Mons. Eduardo María Taussig.
En la Conferencia Episcopal Argentina es referente de la Pastoral de Juventud Argentina; en la Comisión Permanente es delegado suplente de la Región Cuyo; miembro de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (Cevilaf) y miembro del Consejo de Asuntos Económicos por la Región Cuyo. Su lema episcopal es «Alegres en la esperanza».
Diócesis de San Rafael
La diócesis de San Rafael fue creada en 1961 y tiene una superficie de 87.286 km2, con una población 298.230 habitantes, de los cuales el 85% es católico. Cuenta con 31 parroquias, 105 sacerdotes (67 diocesanos y 38 religiosos), 5 diáconos permanentes; 31 seminaristas mayores, 192 religiosos y 187 religiosas, 1 monasterio femenino; 11 casas de religiosos; 19 casas de religiosas y 17 centros educativos.
Un nombramiento que Mons. Carlos María Domínguez OAR, que tomará posesión el sábado 25 de marzo a las 18:30, dice aceptar “con ilusión, esperanza y confianza”, pues como él mismo señala “ya conozco a las personas, las realidades y los desafíos”. A sus nuevos diocesanos les invitó “a que me acompañen con su presencia y oración en el comienzo de mi ministerio pastoral como obispo de San Rafael, para que juntos, como Pueblo de Dios, demos gracias a Dios por su presencia en medio de nosotros y para pedir las gracias que necesitamos para nuestra Iglesia diocesana”.
“A todos les pido una oración especial por mi persona y mi ministerio para que siempre les muestre el rostro de Jesús, Buen Pastor, y pueda animarlos a vivir en la alegría y en la esperanza. Me encomiendo a la Santísima Madre de Lourdes, a San Rafael, a San José y a San Agustín”, concluyó el obispo electo.
Agradecimiento a la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo
A la arquidiócesis de la que ha sido obispo auxiliar, de la que se despedirá el 16 de marzo, les ha dicho que “San Juan de Cuyo guarda para mí un lugar especialísimo en mi corazón, es ahí donde recibí la ordenación episcopal, donde aprendí a ser obispo y empecé a caminar con ustedes”. Su nuevo ministerio «sin duda no va a poner ni fin ni límite al afecto que hemos tratado de cultivar en estos tres años de servicio episcopal con ustedes”.
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Finalmente les pide “que me acompañen con su oración, con el cariño como lo han hecho siempre”, destacó monseñor Domínguez, y añadió: “Sepan que estarán siempre en mi corazón de pastor, que los llevo con un recuerdo imborrable”. Junto con eso resaltó que “he sido feliz en San Juan y ojalá que el Señor nos conceda a todos seguir compartiendo la vida y la fe aunque sea a la distancia”.
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