Honrar el trabajo de quienes defienden la vida. Bajo este criterio Pax Christi Internacional – movimiento católico nacido al final de la Segunda Guerra Mundial – en el marco de la COP 16 ha galardonado para la edición 2024 de su “Premio por la paz” a una religiosa peruana y a una organización de defensa de derchos humanos en Haití.
Se trata de la hermana Gladis Montesinos, misionera carmelita peruana dedicada a los Tsimanes en Bolivia, y de la Comisión Episcopal de Justicia y Paz de Haití, dirigida por Joselyne Colas, junto a un amplio equipo de trabajo.
En la ceremonia de entrega, realizada este 28 de octubre en la casa encuentros de la Diócesis de Palmira – a unos 30 km de Cali – participaron integrantes de la directiva de Pax Christi Internacional, Marta Romero y monseñor Marc Stenger, obispo emérito de Troyes (Francia); los secretarios ejecutivos de la Red Eclesial Panamazónica (Repam) y Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), el Hno. Joao Gutemberg y P. Noel Ortiz respectivamente.
“Es muy importante este premio, porque por un lado honra el trabajo que se está haciendo en defensa de la vida de las comunidades indígenas, de las comunidades en Haití”, comentó a ADN Celam Martha Inés Romero, secretaria general de Pax Christi Internacional.
Asimismo señaló que “también es una forma de mitigar las amenazas” contra quienes defienden los territorios, la creación y la vida, porque “el trabajo que se está haciendo en América Latina y el Caribe es encomiable y una forma de reconocerlo es con este humilde premio”.
Defensoras de la vida
Para esta edición se postularon 12 personas. Tomando en cuenta los complejos contextos en los que se desenvuelven las galardonadas como violencia en todos los niveles, persecusión y amenazas, la Junta directiva de Pax Christi Internacional escogió las experiencias de Haití y Bolivia.
En el caso de Joselyne Colas – quien no pudo recibir el premio de manera personal, porque el Gobierno colombiano negó la visa – fue un reconocimiento colectivo a la Comisión episcopal de Justicia y paz presidida por esta laica, que opera en todos los barrios de Puerto Príncipe para defender los derechos humanos y víctimas de la violencia.
Colas es activista y formadora en derechos humanos y consolidación de la paz, nació y vive en Pétion Ville, comuna del departamento occidental de la República de Haití. Estudió comunicación social y antropología-sociología.
Gladis Montecinos, carmelita, está en el sector Yacuma, en el municipio de San Borja, en el departamento del Beni. Allí defiende los derechos de las comunidades Tsimanes. Forma parte de la Núcleo de derechos humanos de la Repam.
Ha señalado que la realidad desde los territorios es muy fuerte. “El Papa nos dice que los pueblos amazónicos sufren el crimen, la injusticia”, dijo. Así constata en sus visitas a territorios.
Está conciente de que “pueda correr la misma suerte” que sus hermanos tsimanes, pero está muy clara al asegurar que “donde hay fe, no hay miedo”, porque la muerte “no tiene cabida”.
La resistencia es su mayor valor, es una apasionada por la defensa de la vida desde el agua de los ríos, los bosques, todo lo que existe, para que “todos podamos tener vida”.
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