En la celebración de su 60.° aniversario de su fundación, la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) de Perú realizó el pasado 10 de marzo la entrega del Premio Nacional 2025 “Voz Profética en Pastoral Social, Derechos Humanos y Servicio a los Pobres”. Este galardón, instituido en 2020 para conmemorar los 55 años de CEAS, tiene como propósito reconocer a personas que, con su testimonio de vida, han marcado un antes y un después en la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la opción preferencial por los pobres.
La ceremonia tuvo lugar en el auditorio de la CAPU – PUCP y fue inaugurada con la celebración de la Eucaristía, presidida por monseñor Víctor Emiliano Villegas Suclupe, obispo de Chota y presidente de CEAS. En su homilía, señaló el compromiso histórico de la Iglesia con los más desfavorecidos: “Hoy el Señor nos llama, como hace 60 años cuando fundamos CEAS, a acompañar la opción preferencial por los pobres. Nuestra labor pastoral es expresión del amor. Todo lo que hacemos por los hermanos más pequeños, lo hacemos con Cristo”.
La agencia de noticias de Perú informó que, en esta edición, el premio fue otorgado a tres figuras cuya entrega y servicio han sido emblemas de la acción pastoral y social en Perú: el padre Francisco Muguiro Ibarra, S.J.; la hermana María Van Der Linde; y Santiago Contoricón Antúnez (Reconocimiento Póstumo).
Creemos en la justicia del Reino de Dios
Padre Francisco Muguiro Ibarra, S.J., con 55 años de sacerdocio, el P. Francisco dedicó su vida a la promoción campesina y la defensa de los derechos humanos en el norte del Perú. Es fundador de Radio Cutivalú y Radio Marañón, medios que han sido voz de las comunidades en su lucha contra la explotación minera, el despojo territorial y la injusticia social.
Su trabajo fue clave en la organización de la primera consulta vecinal sobre minería en América Latina, estableciendo un precedente para la autodeterminación de las comunidades afectadas por proyectos extractivistas.
En su discurso de agradecimiento, el P. Muguiro recordó la misión profética de la Iglesia: “Nosotros no hacemos esto porque seamos mejores, sino porque creemos en la justicia del Reino de Dios”, señaló asegurando que la labor es dar voz a quienes el sistema silencia y recordar que la dignidad humana no es negociable.
“Trabajamos por la dignidad de las personas”
Hermana María Van Der Linde, religiosa de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, con 60 años de vida consagrada. Su misionalidad se ha centrado en la atención sanitaria y en la promoción de la salud pública, especialmente en Comas, donde lideró iniciativas para combatir la tuberculosis y mejorar la calidad de vida de los más vulnerables.
Su acción en el Instituto de Salud MSC Cristoforis Deneke sigue siendo referente en el acompañamiento de pacientes y en la incidencia política para la defensa de sus derechos.
Durante su intervención, la Hna. María compartió su experiencia en la pastoral de la salud y habló de la importancia de partir de la necesidad de las personas para dar soluciones donde todos se involucren: “Estamos trabajando para mejorar las condiciones y la dignidad de las personas”.
El sueño de una Amazonía libre
Santiago Contoricón Antúnez (Reconocimiento Póstumo). En memoria de los líderes indígenas asesinados por la defensa de sus territorios, se homenajeó a Santiago Contoricón Antúnez, líder asháninka asesinado en 2023 por su lucha contra la tala ilegal y el narcotráfico en la Amazonía. Su compromiso con la defensa del territorio y la organización de su pueblo lo convierten en un símbolo de resistencia.
En su nombre, su esposa Bernardita Vega Armas recibió el reconocimiento, recordando a los 41 líderes indígenas asesinados en la última década.
Visiblemente emocionada, Bernardita Vega expresó que el sueño de su esposo era una Amazonía libre del narcotráfico y la corrupción y, aunque sabia que le costaría la vida, él quería seguir luchando por su pueblo y dejar una semilla para la juventud, para que los jóvenes puedan vivir sin miedo.
Una Iglesia con opción preferencia por los pobres
El evento contó con la presencia del Cardenal Pedro Barreto Jimeno, S.J., presidente de Ceama, y de Monseñor Alfredo Vizcarra Mori, S.J., arzobispo de Trujillo y vicepresidente de CEAS. Ambos resaltaron la urgencia de fortalecer la defensa de los derechos humanos y la justicia en la Amazonía.
“Estamos llamados a construir una Iglesia con corazón amazónico, con opción preferencial por los pobres y con un firme compromiso con la justicia y el bien común”, señaló el Cardenal Barreto.
Por su parte, Monseñor Vizcarra agregó: “No somos una ONG, sino una Iglesia que escucha, camina con el pueblo y asume sus luchas como propias”.
CEAS, una Iglesia en salida
Con la entrega de este premio, CEAS manifestó que continuará en la lucha por la defensa de los derechos fundamentales y el acompañamiento a las comunidades más vulnerables. En su mensaje de cierre, CEAS declaró: “Somos expresión de una Iglesia discípula y misionera; caminamos con los pueblos, asumiendo sus gozos y esperanzas, y buscamos con ellos su liberación”.
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