Este 29 de diciembre, con la Festividad de la Sagrada Familia, el cardenal Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil) y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha suscrito un mensaje.
El purpurado ha indicado que con la Sagrada Familia de Nazaret: José, María y el Niño, “recordamos a las nuestras que también están invitadas a ser sagradas”.
Asimismo señaló que la Familia es la base de la sociedad, “es la célula fundamental de toda sociedad”, por ende, en esta fiesta “pedimos a María y a José intercedan por nuestras familias para que podamos crecer en el entendimiento, en la intimidad, en la cercanía y en la sacralidad”.
Progresiva maduración
Mientras que en el seriado Reflexiones para el camino, el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto, citando al papa San Pablo V, señaló que “la alianza de amor y fidelidad de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret ilumina el principio que da forma a cada familia y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida”.
Por eso, sobre esta base cada familia “a pesar de su debilidad puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo”.
El sacerdote argentino indicó que ninguna familia “es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre”, sino que requiere “una progresiva maduración en su capacidad de amar” como plantea Francisco en su exhortación Amoris laetitia.
Más allá de las dificultades y desafíos, lo importante será avanzar: “no desesperemos por nuestros límites, pero no renunciemos a buscar la plenitud de comunión y amor que se nos ha prometido”.
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