Desde Buenos Aires, en Argentina, Joaquín Casaburro, forma parte del equipo nacional de Cáritas con el que acompaña procesos formativos, proyectos de ciudadanía y equidad. A los 15 años dijo sí a esa invitación del Santo Padre: “Me propusieron en el colegio secundario, acompañar el proceso de formación para animadores de campamento, se podría decir, que desde ahí estoy al servicio de la Iglesia”.
No importa la escala del reto, “los jóvenes estamos para transformar”, por ende, “me siento protagonista, siempre me dieron lugar, confianza. Siempre me fueron acompañando y ayudándome a crecer. El acompañamiento fue muy importante. Hoy desde Cáritas, siento que puedo aportar, que tengo voz, que puedo poner mis dones al servicio de la comunidad”.
El joven laico suma al llamado del Papa algo más: “Fijate, él nos invitó a hacer lío, pero después dijo, bueno, un lío organizado, pero también le agregaría, un lío junto con los abuelos y un lío todos juntos, es decir, un lío intergeneracional y un lío sinodal”. Una anécdota: “Hasta hace poco integramos una asociación civil surgida a partir de una misión en Catamarca, una región a 1600 km de Buenos Aires, que fue construida con el fin de prevenir el suicidio adolescente. Ahí hemos hecho, un hermoso lío. ¿Nosotros los jóvenes? No, todos, todos juntos”.
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