El mar es un cementerio de miles de personas. Así han sentenciado delegados de la Iglesia de Puerto Rico, Haití y República Dominicana al representar un particular viacrucis migrante en memoria por quienes han muerto en su travesía por el mar.
La puesta en escena, organizada por el Comité Fratelli tutti de Puerto Rico, ha involucrado a obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y el pueblo de Dios, provenientes de estos países, en la capilla Nuestra Señora del Carmen de Palo Seco, en Toa Baja, arquidiócesis de San Juan.
Sus organizadores han informado que comenzaron con una procesión encabezada por la Cruz, seguida por las banderas de la Ciudad del Vaticano, República Dominicana, Puerto Rico, Haití y Estados Unidos; y con fotos de los migrantes engullidos por el mar.
“Los presentes hicieron la travesía del mar caminando por la Avenida Manuel Enrique, justo a las orillas del Océano Atlántico, desde la Isla de San Juan hasta la Isla de Cabras, donde se hicieron tres de las quince estaciones y la última fue la Resurrección del Señor2, han dicho.
Las banderas lloran
El objetivo de este viacrucis migrante del mar fue “crear conciencia sobre la situación migratoria de los dominicanos y haitianos que intentan entrar en yolas (embarcaciones legaras movidas por remos y velas) a Puerto Rico”.
Han participado los obispos Roberto O. González Nieves, ofm, arzobispo de San Juan, quien dirigió la oración inicial, acompañado de sus colegas Jesús Castro Marte, obispo de la diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia de Higüey (República Dominicana) y por Pierre-André Dumas, obispo de la diócesis de Anse-à-Veau-Marigoâne, en Haití.
El Viacrucis fue rezado y cantado en creole y español. Los participantes incrustaron las fotografías de migrantes fallecidos en la orilla de la playa y, seguidamente, realizaron el acto de las banderas lloran, que consiste en ingresar al mar, rezan 10 peticiones, y a cada petición la bandera correspondiente se sumerge como signo de dolor y lágrimas por aquellos que han perdido la vida en su travesía marítima.
De este acto participaron Alberto A. Figueroa Morales, obispo de Arecibo, y Gerardo Ramírez Torres, vicario general de la diócesis de Ponce.
“Con estos gestos resaltaron la unidad en sus referencias a Cuba, Venezuela y otros países de las Antillas; los cuales forman parte de la región caribeña del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam)”, añadieron.
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