El ambientalismo latinoamericano está de luto: Juan Antonio López fue asesinado en Honduras este sábado 14 de septiembre.
El reconocido defensor del río Guapinol y del parque nacional Botaderos “Carlos Escaleras Mejías” fue atacado por desconocidos armados, que le dispararon luego de que él saliera de la parroquia de San Isidro Labrador, ubicada en el municipio de Tocoa, donde López era concejal.
Ante este lamentable hecho, la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam) y el Movimiento Laudato Si’ han emitido un comunicado condenando la violenta muerte de este laico y la falta de acción del Estado hondureño. Puesto que él venía siendo amenazado desde hace años. También el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) hizo un pronunciamiento.
Iglesia, solidaria
Ambas organizaciones destacaron la profunda fe y compromiso, amén de las amenazas que enfrentó desde hace años este líder ambientalista.
Plantearon que el asesinato de López fue “un mecanismo para silenciar las voces de los lideres comunitarios que, como él, luchan por el bien común frente a intereses económicos y políticos que recurren al asesinato como instrumento”.
No se trata de un hecho aislado. Cada vez más, las empresas extractivas, las alianzas entre el narcotráfico y los líderes políticos como también “el actual modelo económico tecnocrático y, en esencia, el sistema de muerte, engendran más ‘Juanes López’ y ‘Bertas Cáceres’ en nuestros pueblos de Mesoamérica”.
Asimismo, la Remam y el MLS se declaran en luto, pero también reivindican su espíritu de lucha afirmando que “no están derrotados”, mientras que a los violentos les dicen: “Juan no muere, se multiplica”.
En el pronunciamiento afirman que “son siglos de certeza y de demostración de la fidelidad del Dios de la Vida, que siempre cumple su promesa: ‘la sangre de los mártires es semilla de cristianos’. Por eso, nuestra gratitud infinita por las enseñanzas que Juan nos dejó”.
Dichas enseñanzas “nos fortalecen, nos unen y nos acercan más a la Santísima Trinidad, haciéndonos más fuertes en la eclesiología sinodal, con la fuerza de la memoria pascual de Cristo Nuestro Señor, el Príncipe de la Paz, quien ha coronado de gloria a Juan y le ha concedido sus bienaventuranzas”.
Una muerte anunciada
El trabajo de Juan Antonio López ha sido reconocido por distintas organizaciones internacionales, e incluso gozaba de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde 2023, dado que recibía amenazas desde hacía tres años, pues su labor incomodaba a distintos intereses.
De hecho, en una entrevista a AFP en 2021, él había dicho: “Cuando uno sale de su casa siempre tiene en mente que no sabe qué le puede pasar y si puede volver a su casa, y si puede volver a ver a la familia”.
Lamentablemente, el Estado hondureño no atendió debidamente las recomendaciones de la CIDH y las amenazas contra López se concretaron el pasado sábado, dos días después de haber pedido la renuncia del alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, por sus supuestos vínculos con el narcotráfico.
Por otra parte, la lucha de López ya había sido criminalizada por el Estado hondureño, que en 2018 lo había acusado de los supuestos delitos de incendio agravado, privación de la libertad y asociación ilícita.
Aunque el ambientalista fue liberado en poco tiempo, los procesos continuaban, además que el hostigamiento de la policía y de otras figuras de poder continuaban a la par de las amenazas. En síntesis, parecía la crónica de una muerte anunciada.
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