«En estos diez años, somos testigos de los desafíos y las injusticias que enfrenta la región amazónica y sus habitantes», asegura la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en el pronunciamiento que comparte desde Bolivia por sus 10 años de compromiso y acción en la Amazonía.
Una celebración que en 2024 se ha vivido en distintos escenarios, suscitando diversas reflexiones y la mirada agradecida por el camino hecho, la certeza sobre los procesos por consolidar y la necesidad de mantener la misión con la que fue creada.
En esta oportunidad, la celebración de los 10 años de la REPAM hizo parte de la agenda propuesta a los asistentes al XI Foro Social Panamazónico que se desarrolla del 12 al 15 de junio en Rurrenabaque – Bolivia. Tras una década de trabajo continuo y comprometido en la región, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) asegura que se trata de «un momento propicio para reflexionar sobre el camino recorrido y renovar nuestro compromiso con la defensa de la Casa Común».
Renovar el compromiso
Conscientes de que nos «enfrentamos a un grito unánime de la tierra y de los pueblos, que nos exige un cambio profundo en nuestras prácticas de consumo y producción», la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) ratifica su compromiso con la vida, la tierra y las culturas originarias del Amazonas. Actitud coherente al ser parte de esa Iglesia que centra su labor en «la promoción de un desarrollo sostenible y la protección de la diversidad biocultural de la región».
Así, en el marco de este XI Foro Social, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) no duda en «renovar su compromiso con la defensa de la Amazonía y sus pueblos”, reconociendo que «aún queda mucho por hacer».
Por eso, invita a «todas las personas de buena voluntad a unirse a esta causa en solidaridad y esperanza, para construir juntos un futuro justo y sostenible para la región amazónica y toda la humanidad», declarando que desde su misión, quienes la constituyen «apoyan y acompañan las iniciativas que promueven la vida, fruto de este importante evento”, sin perder de vista que “estamos ¡Juntos por la defensa de la Casa Común!».
Ideales que durante los últimos 10 años, se convirtieron en opciones claras y procesos respaldados por «la lucha junto a la sociedad civil, los colectivos y organizaciones afines, en lugares como el vicariato de Aguarico y Sucumbíos en Ecuador».
Mantener la esperanza
Un caso en el que después de muchos esfuerzos, se logró, a través de un referéndum, una sentencia para la eliminación inmediata de “486 mecheros de gas de petróleo” que al mantenerse encendidos cerca de comunidades, provocan daño humano y ambiental hasta llegar a la muerte de especies vegetales y animales, además de ocasionar un daño colateral a las comunidades.
Pese a lo logrado, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) advierte que «la situación no ha cambiado. Por el contrario, han surgido más pozos de petróleo», a lo que se suman los efectos del «extractivismo y la minería ilegal que está causando muchos daños en las comunidades por la contaminación con metales pesados en los ríos a pesar de ser zonas protegidas».
Este es un solo ejemplo del reiterado incumplimiento de compromisos por parte de autoridades que requiere de un trabajo de incidencia mediado por la articulación y la constancia. «Invitamos a todas las personas de buena voluntad a unirse a esta causa en solidaridad y esperanza, para construir juntos un futuro justo y sostenible para la región amazónica y toda la humanidad», afirma el documento.
Oídos sordos
Mons. René Leigue, arzobispo de Santa Cruz y presidente de la Red Eclesial Panamazónica en Bolivia durante los últimos tres años; considera que a lo largo de este tiempo, “se ha hecho un camino en primer lugar, para crear conciencia, hablar, para contar qué es la Amazonía, luego conocer el documento Querida Amazonía, que salió después del Sínodo».
«Eso ha llevado tiempo, concientizar a la gente y luego se ha entrado a la acción. Aquí con todos los problemas que tenemos, se han hecho manifiestos desde la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y las instituciones que hacen parte de ella. Nos hemos manifestado pero no tenemos apoyo del gobierno, porque ellos apoyan a estos grupos mineros. Si contáramos con apoyo del gobierno, hubiésemos logrado más. Nosotros hemos estado ahí, hemos hecho pronunciamientos pero a veces no nos escuchan. Son oídos sordos, el gobierno no da soluciones. Entonces da la sensación de que para ellos, esto es legal.
En estos diez años hemos avanzado, las dificultades que tenemos las estamos viendo como iglesia junto a las instituciones que quieren ser parte de la lucha por la Amazonía. Solo nos falta el apoyo del gobierno”.
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