“Jesús entonces le preguntó: “Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores? El maestro de la ley contestó: “El que se mostró compasivo con él. Y Jesús le dijo: “Vete y haz tu lo mismo” (Lc 10, 36 -37)
La “pedagogía de la pregunta” -empleada por Jesucristo con sus interlocutores- es una manera de que desarrollen el pensamiento, asuman responsabilidad y aporten algo auténtico, más allá de las respuestas aprehendidas, las esclavitudes de las normas atávicas o la doblez moral que se autojustifica y -a la vez- rigoriza la moral pública.
Hay cristianos que no quieren salir de su zona de confort, de sus encorsetadas religiosidades o de la cultura de la mediocridad. Por eso siguen haciendo preguntas “retóricas”, por ejemplo: ¿quiénes son los pobres?, ¿quién es mi prójimo? ¿dónde está más presente Dios? ¿para qué confesarse ante un sacerdote? ¿quién debe cambiar primero?… y un largo etcétera.
Podremos plantear a Jesucristo cualquier cuestión, en el caso de que estemos dispuestos a asumir la respuesta, …por ejemplo: ¿Qué quieres que haga?, si decidimos seguirle. ¿Quién es mi prójimo?, si decidimos acoger la misericordia y ser misericordiosos. ¿Quiénes son los pobres?, si decidimos tratarles como a Cristo. ¿Cómo construir la paz?, si decidimos erradicar todo tipo violencia o abuso. ¿Cómo alcanzar la santidad?, si decidimos vivir -en la cotidianidad- la autenticidad y la espiritualidad trinitaria.
La mejor manera de afrontar dudas o descubrir nuevos horizontes es atreverse a dialogar, sin prejuicios, complejos o prepotencias. Diálogo que “humanice” las relaciones y reconciliee a los heridos del camino, …para dar respuestas “solidarias”, en lugar de ideologías; ofrecer alternativas de “justicia”, en lugar de prostituir las leyes; entregar más “tiempo” que dinero, en lugar de idolatrar la santidad desencarnada; abrir los “brazos” a los excluidos en lugar de aduanizar la religión; caminar “juntos” en la misma dirección en lugar de militarizar la piedad.
Ciertamente que no se puede entender el seguimiento de Jesucristo sin el verbo “hacer” como sinónimo de servir, acoger, perdonar, curar, sanar, compartir, repartir, compadecer, entregar… ¿Seguiremos con dualismos estériles cuando debemos actuar? ¿Nos atreveremos a preguntar y dejarnos cuestionar, como adultos en la fe?
Jesús nos dice: ‘Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10,37)… que “Yo” -siendo el Señor- y… las mujeres y hombres que fueron compasivos con las víctimas (cfr. Jn 15,13).
Le puede interesar: Llega una nueva edición de Misión Celam con los desafíos de la Iglesia al servicio de los más pobres
Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3s8H18n
Estos son los 41 desafíos que deja la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe https://bit.ly/3ye5lcK
Post a comment