“Al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: ¡Sálvame, Señor! Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mt 14,30-31)
¡Cuántas buenas intenciones e intensos entusiasmos suelen quedar vacíos cuando llegan los conflictos! ¿Hemos aprendido a manejar la frustración y los fracasos a nivel emocional, familiar, social, eclesial, político, ecológico…? ¿Cómo sobreponernos ante la sensación de que todo se nos “hunde”?
Por experiencia propia -o por referencias cercanas- hemos comprobado la inconsistencia de las promesas políticas, los compromisos conyugales o las consagraciones religiosas… Lo que comienza con esperanza y confianza, -demasiadas veces- se transforma en incertidumbre, impotencia, desilusión y violencia. Y -para justificar el fracaso- culpabilizamos a los demás cuando sentimos “la fuerza del viento” que nos hunde, nos vuelve miedosos/as y desinfla nuestros mejores sueños.
Desde nuestra vulnerabilidad hay un grito, cargado de desesperación más que de confianza: “¡Señor, sálvanos!”. Vamos caminando, pero se nos acaba el camino; creemos, pero perdemos la confianza; huímos de los problemas y éstos nos persiguen… Y nos preguntamos: ¿la fe en Jesucristo se basa en nuestra necesidad y deseo, o en el amor recibido, disfrutado y entregado? ¿recurrimos a Jesucristo para que solucione nuestra desidia o impotencia? ¿qué pretenden tapar -o mostrar- los liturgismos amargos y los sacramentalismos simoniacos?
Jesús “nos tiende la mano y nos sostiene”; “nos reclama y nos anima”. Si le miramos a Él, en lugar de darnos pena a nosotros mismos… Si nos dejamos tocar por Él, en lugar de cargarle el peso de nuestra negligencia… Si nos dejamos amar por Él, en lugar de meternos en el bunker del miedo… Entonces… seremos “corresponsables” -Jesucristo y nosotros- de la construcción de la fraternidad y la paz, más allá de las compungidas declaraciones o del buenismo religioso…
Ciertamente “nos tiende la mano, nos sostiene y nos anima”, pero… ¿qué haremos ante su «reclamo»?
Le puede interesar: Mons. Lizardo Estrada: “El ecumenismo receptivo permite encontrar las riquezas de cada tradición”
Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3HcXLDU
Sigue toda la información sobre el Sínodo de la sinodalidad aquí
https://bit.ly/3RguCLO
Descarga el Documento de reflexiones de la Asamblea Eclesial https://bit.ly/3QXoffM
Post a comment