โ๐ ๐ข๐๐ง๐๐ฃ๐๐ค ๐ ๐ก๐ค๐จ ๐ฆ๐ช๐ ๐๐จ๐ฉ๐๐๐๐ฃ ๐จ๐๐ฃ๐ฉ๐๐๐ค๐จ ๐ ๐จ๐ช ๐๐ก๐ง๐๐๐๐๐ค๐ง, ๐๐๐๐ค: ๐๐จ๐ฉ๐ค๐จ ๐จ๐ค๐ฃ ๐ข๐ ๐ข๐๐๐ง๐ ๐ฎ ๐ข๐๐จ ๐๐๐ง๐ข๐๐ฃ๐ค๐จ. ๐๐ค๐ง๐ฆ๐ช๐ ๐ฉ๐ค๐๐ค ๐๐ก ๐ฆ๐ช๐ ๐๐๐๐ ๐ก๐ ๐ซ๐ค๐ก๐ช๐ฃ๐ฉ๐๐ ๐๐ ๐ฟ๐๐ค๐จ ๐๐จ ๐๐๐ง๐ข๐๐ฃ๐ค ๐ขรญ๐ค ๐ฎ ๐๐๐ง๐ข๐๐ฃ๐ ๐ฎ ๐ข๐๐๐ง๐.โ (๐๐ 3,34-35)
Algunas personas -por miedo- prefieren dirigir su mirada hacia el โsueloโ, para no caerse o para no enfrentar la mirada de los demรกs. Otras -por comodidad- vuelven sus ojos al โcieloโ, con el pretexto de espiritualidad, para no cuestionar su estilo de vida vacรญo de responsabilidades comunitarias.
Jesucristo mira a la persona -discรญpulo o alejado- con la ternura de familia, la confianza de hermano y la firmeza de la Palabra. Porque, ademรกs de los vรญnculos sanguรญneos y afectivos, podemos construir โnuevas relaciones familiaresโ desde los sueรฑos compartidos y los compromisos comunes. De hecho, la vida comunitaria estรก fundamentada en los โobjetivos comunesโ mรกs que en los orรญgenes comunesโฆ
El Reino de Dios, la fraternidad universal, la amistad social, la paz verdadera, la ecologรญa integral, la justicia restaurativa, la solidaridad liberadora y la reconciliaciรณn cรณsmicaโฆ son โidealesโ que unen a personas diferentes, con orรญgenes diferentes y con motivaciones diferentes, para compartir algo comรบn: la familia humana de Dios.
En nuestras relaciones, ยฟque priorizamos? ยฟLa sangre, los afectos o los ideales? ยฟO quizรก tan solo nuestros egoรญsmos?
El proyecto de Dios -su Reino- es la opciรณn de innumerables personas que anteponen los valores del evangelio a los vรญnculos culturales, familiares, afectivos o institucionales. El discipulado misionero no se sostiene con grandes impulsos pero con poco espรญritu, sino con la prรกctica cotidiana de oraciรณn, solidaridad y fraternidad, iluminada por la Palabra de Jesucristo, la Palabra de Dios.
Para los seguidores de Jesรบs โpalabra y prรกcticaโ caminan juntos. Y cuando se separan entre sรญ, aparece la โguerra civilโ en la persona dividida, las relaciones traicioneras, las comunidades rotas y las โadiccionesโ -o demonios- a otra persona, idea, sustancia o comportamiento. Por el contrario, cuando hay congruencia, dominio de sรญ y sanos ideales, desaparecen los โdiablosโ, de tal manera que podamos disfrutar de la libertad interior y la fraternidad universal, que nos propone Jesucristo.
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