Una nueva arremetida del régimen de Daniel Ortega contra la Iglesia en Nicaragua toda vez que ha ordenado la expulsión de las Misioneras de la Caridad, congregación fundada en la India por Santa Teresa de Calcuta.
La medida se da en el marco de una persecución iniciada por la dictadura contra 101 entidades sociales, entre las que se encuentran las Misioneras de la Caridad, quienes tienen 40 años en el país centroamericano acompañando principalmente a niños y ancianos.
Según medios locales, la decisión del régimen sandinista se debió a que la congregación no cuenta con la acreditación ante el Ministerio de Familia para funcionar como “guardería, centro de desarrollo infantil, hogar de niñas ni asilo de ancianos, y que tampoco tienen permiso del Ministerio de Educación para tareas de refuerzo de aprendizaje”.
Solidaridad de Monseñor Báez
Asimismo han esgrimido que la congregación cuenta con una Junta directiva compuesta por “solo extranjeros” y “no reportaron activos fijos ni informaron de las actividades realizadas en la ciudad de Granada, además de que sus ingresos por donaciones no coinciden con los informes presentados”.
A juicio del régimen, la congregación ha violado la llamada Ley Contra el Lavado de Activos, el Financiamiento al Terrorismo y el Financiamiento a la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva.
Desde el exilio en Miami, Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua se ha solidarizado con la comunidad: “Me da mucha tristeza que la dictadura de Nicaragua haya obligado a las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta a abandonar el país. Nada justifica privar a los pobres de atención caritativa. Soy testigo del servicio amoroso que prestaban las hermanas. Dios las bendiga”.
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