ADN Celam. Retiros virtuales, algo a lo que casi nadie estaba acostumbrado dos años atrás, pero que poco a poco se ha ido viendo que es un camino para profundizar en la espiritualidad. Algo que puede ser una posibilidad para todos, también para los obispos, como ha mostrado el retiro promovido por el Celam los días 31 de mayo y 1 de junio.
Reflexionar espiritualmente desde la Asamblea Eclesial
Durante dos días, se hará lo mismo con los presbíteros de América Latina y el Caribe, los días 2 y 3 de junio, los obispos del continente han reflexionado con el cardenal Felipe Arizmendi sobre la espiritualidad en torno a la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, sin olvidar su fuente inspiradora, Aparecida, que este 31 de mayo cumplía 15 años de su clausura.
Los obispos han retomado la reflexión de la primera jornada, tras la acogida del padre David Jasso y Mons. Jorge Eduardo Lozano, y un momento de lectio divina, nuevamente conducido por Gisella Intriago y el Hno. Jesús García, un momento importante, pues la Palabra de Dios siempre debe guiarnos, especialmente en momentos de retiro espiritual, para descubrir lo que el Espíritu ha dicho y sigue diciendo, en este caso a la Iglesia de América Latina y el Caribe, en la Asamblea Eclesial, que quiere llevar a una conversión personal y pastoral, como resaltaba el cardenal Arizmendi.
41 desafíos en seis dimensiones
Tras recordar nuevamente lo vivido en la Asamblea Eclesial, insistiendo en que no puede quedarse en un evento y sí ser parte de un proceso, que ahora avanza con la aplicación de los 41 desafíos pastorales, el purpurado los concentró estos 41 desafíos en seis dimensiones: kerigmática y misionera, profética y formativa, litúrgico-celebrativa, sinodal y participativa, socio transformadora y la dimensión ecológica.
Tras abordar en el primer día la dimensión kerigmática y misionera, el cardenal ha reflexionado en el segundo día sobre las otras dimensio
. Desde una dimensión profética y formativa, el Cardenal Arizmendi llamó a promover y defender la dignidad, a buscar nuevos procesos formativos entre los seminaristas, desde un contacto y un seguimiento más cercano por parte del episcopado, a buscar conocer y aplicar la Doctrina Social de la Iglesia, llamando a acompañar la fe con obras, a ser buen pastor y no asalariado, cuestionando así actitudes ante situaciones de dolor que deben llevar a la reflexión, a buscar que los estudios teológicos lleven a una conversión del corazón, a fomentar la relación entre la teología y la pastoral, que favorezca la conversión del corazón y no se quede en ideas.
El lugar de la mujer en la liturgia y la pastoral
En la dimensión litúrgico-celebrativa, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, cuestionó sobre el papel, el lugar que los obispos están dando a la mujer en la liturgia y en toda la pastoral. También llamó a reflexionar sobre la piedad popular, no siempre valorada en la historia de la Iglesia, viendo en gestos propios de la piedad popular un sentimiento de cercanía por parte de la gente.
Junto con ello, en la dimensión sinodal y participativa, llamó a tomar conciencia de un modo de ser y organizar la Iglesia a partir del Bautismo, a incentivar la Pastoral Familiar, a dar importancia a los jóvenes, a las mujeres, impulsando su participación activa en las instancias de gobierno, de discernimiento y de decisión eclesial. Buscando crecer en sinodalidad y erradicar el clericalismo, el purpurado llamó a escuchar las quejas y propuestas de la comunidad, a promover las pequeñas comunidades eclesiales, la interculturalidad, lo interreligioso y ecuménico.
Buscar la trasformación social
La reflexión en torno a la dimensión socio transformadora llevó al cardenal mexicano a cuestionarse sobre la forma de vivir la opción por los pobres, de escuchar a los descartados, de acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales, a los pueblos originarios y afrodescendientes. Para el purpurado es importante impulsar que los laicos asuman su vocación en la Iglesia y en el mundo, en los espacios de transformación.
Del mismo modo, promover la dimensión social de la evangelización, de toda la pastoral: acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados, acompañar a los encarcelados, promover la economía solidaria y sostenible, acompañar el caminar de los movimientos populares por tierra, techo y trabajo. Igualmente promover la paz y la no violencia activa, reconocer la multiculturalidad del continente en el camino de la conversión teológica, pastoral y eclesial, promover la integración del continente y fortalecer la democracia, así como la salud integral, acompañando a los enfermos mentales.
Hacer oración de los documentos
Finalmente, la perspectiva de la dimensión ecológica, que debe llevar a vivir el cuidado de la Casa Común en la espiritualidad y pastoral. El fundamento de la ecología integral está, según el purpurado, en las comunidades y en los cuatro sueños de Querida Amazonía, buscando con ello “generar una conversión ecológica que favorezca la corresponsabilidad en las acciones personales, comunitarias e institucionales a favor del cuidado de la Casa Común”. Por eso insistió en que esto no es una moda de Francisco, finalizando su intervención cuestionando a los obispos presentes: ¿Qué me quiere decir con todo esto el Señor?
Los obispos presentes han destacado la importancia de esta iniciativa, pidiendo que el Celam la instaure como algo que forme parte de su programación. Es algo que está abriendo camino, que debe llevar a convertir lo pastoral en fuente de espiritualidad, a hacer oración de los documentos. Son experiencias que ayudan a superar las dificultades, a seguir caminando juntos, a pesar de los tropiezos. Desde ahí ha sido destacada la importancia de escuchar algo que les ayude a revisar quienes son, pues eso ayuda a descubrir lo que tienen que hacer, que hay mucha gente que está empujando en la misma dirección.
Generar lazos de comunión
Un momento para implementar la escucha, algo importante ante el aumento de la polarización, y la fraternidad episcopal, en lo que se destaca la ayuda desde el Celam. Desde ahí se ha llamado a convocar a otros, en este caso obispos, insistiendo desde el Celam en las propuestas de encuentros futuros que ayuden a generar lazos de comunión y de participación en lo que es común. Lo importante es ir haciendo procesos, algo que se conseguirá en la medida en que sean potenciados este tipo de encuentros, ayudando a aterrizar las prioridades.
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Desde el Celam, su secretario general agradeció la participación, destacando lo bueno de “poder encontrarnos para conversar, para unirnos en la oración, unirnos en el Señor y compartir nuestro quehacer, compartir nuestras inquietudes, a la luz del encuentro con Dios”. Mons. Jorge Lozano pidió que “la fiesta del Espíritu Santo nos renueve en el fervor misionero, en la audacia evangelizadora y que la Iglesia en nuestro continente se revista de nuevo con esta fuerza que viene de lo alto”.
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