Este 24 de marzo, la Iglesia latinoamericana conmemoró los 45 años del martirio de San Óscar Arnulfo Romero. Para ello adelantó el conversatorio “Defendiendo los derechos humanos y la Iglesia Latinoamericana: San Oscar Romero y su legado”, evento coordinado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y CAFOD (Catholic Agency For Overseas Development). La moderación de esta jornada estuvo a cargo de Diana Trimiño, directora de CAFOD.
San Óscar Romero y la defensa de la vida
El primero en intervenir fue el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien dirigió su reflexión hablando sobre legado de Óscar Romero en la Iglesia latinoamericana y universal. Destacó la figura del santo como un ejemplo en la defensa de los derechos humanos y la justicia social de los pueblos . Hizo ver la importancia de transmitir a las nuevas generaciones la entrega de Romero con los más vulnerables. Asimismo, resaltó la teología integral de Romero como una visión holística que vincula la crisis social, económica y ambiental con la misión de la Iglesia.
El arzobispo hizo memoria de las palabras de san Óscar Romero sobre la importancia de la vida humana, denunciando los ambientes de represión e injusticia que aún hoy persisten en la sociedad. Igualmente, describió como Romero denunciaba la violencia estructural y defendía la dignidad de las comunidades hasta el último día de su vida, cuando poderosos acallaron su voz.
El cardenal, concluyó su intervención instando a seguir el ejemplo de san Romero en la construcción de “una Iglesia que sea pueblo, no masa”, donde se busque caminos de justicia y reconciliación, despertando conciencias en la lucha por un mundo más justo. Mencionó la importancia de continuar defendiendo la vida en un contexto donde la minería, la violencia y la exclusión social siguen amenazando la vida de las personas. Cerró con el mensaje de Romero antes de ser asesinado “El mundo tiene futuro si volvemos al Evangelio, a Cristo y a la opción por los pobres”.
El legado de san Óscar Romero en la Iglesia de hoy
Por su parte, monseñor José Vicente Nácher, presidente del episcopado hondureño, habló sobre la importancia del legado de Óscar Romero en la actualidad. Calificó a Romero como un santo del Concilio Vaticano II quien estuvo en comunión con la Iglesia. Su legado indicó, no puede desmarcarse de la sinodalidad, de la misión pastoral y de la visión del Papa Francisco. Enfatizó, en la profunda vida interior de Romero, no solo como defensor de los derechos humanos, sino como un hombre de oración y de espiritualidad.
El prelado enfatizó que Romero fue un santo que siempre estuvo presente en el mundo, enfrentando con valentía las injusticias como lo hiciera Cristo. Observó que el compromiso con la justicia no puede ser solo reactivo, sino fomentando ambientes de justicia social y eclesial donde el centro sea la persona.
Expuso que, la santidad de Romero se enfocó en la sensibilidad hacia los más pobres. Explicó que sus mensajes no solo resonaron en la gente, sino que fue fluyendo del corazón mismo del pueblo, hasta irse convirtiendo en un verdadero líder que acompañó y asumió el compromiso de estar cerca de las comunidades. Este legado, afirmó sigue siendo un llamado a la Iglesia a vivir la fe en comunión con los más vulnerables y ser un faro de esperanza en medio del dolor.
Defensa de la vida y los derechos humanos en América Latina
El turno fue para Nery Rodenas, director de la oficina de Derechos Humanos del arzobispado de Guatemala y representante de la Plataforma de Paz, Democracia y Derechos Humanos del Celam, quien explicó la difícil situación de derechos humanos que se vive en América Latina. Recordó el testimonio de San Óscar Romero y otros mártires como el Beato Rutilio Grande y el Padre Stanley Rother, quienes dieron su vida en defensa de la fe y la justicia. También mencionó el asesinato de Monseñor Juan José Gerardi Conedera tras la presentación del informe «Guatemala: Nunca Más».
El directivo, evidenció las múltiples amenazas contra los defensores de los derechos humanos y los líderes del medio ambiente en la región, todo ello por la explotación desmesurada de los recursos naturales, la criminalización de liderazgos sociales y la represión política. Igualmente, ofreció cifras preocupantes sobre la pobreza y el retroceso social que enfrenta la región, observando que aproximadamente 200 millones de personas viven en condiciones precarias. A la vez que advirtió sobre la persecución de la que están siendo víctimas opositores en Nicaragua, además la violencia contra periodistas en México y la grave crisis migratoria.
A este respecto, enfatizó en la importancia de la campaña «La vida pende de un hilo» presentada en 2024, con el propósito de visibilizar las historias de varias organizaciones, pueblos étnicos, ambientalistas y periodistas que han trabajo en defensa de los derechos humanos. Iniciativa que, busca sensibilizar sobre la violencia e impunidad que afectan a quienes defienden la vida de los pueblos, exigiendo su protección y la del ecosistema.
Defensa del territorio y justicia para Juan López
El conversatorio en memoria de san Óscar Romero, continuó con la intervención de la activista y coordinadora Comité de Bienes Comunes Tocoa- Honduras, Adilia Navarrete, quien destacó la defesa del pueblo de Guapinol contra el modelo extractivista que amenaza los recursos naturales. En su exposición, habló sobre el impacto maligno que está causando los proyectos mineros en el Bajo Aguán, enfatizando en la imposición de estos megaproyectos que están atentando contra los recursos hídricos, los bosques y la vida de las comunidades. Asimismo, denunció la complicidad de los gobiernos para la entrega de los bienes comunes a grandes corporaciones, en deterioro de la salud de las personas y del medio ambiente.
La activista, hizo memoria de Juan López, defensor de los territorios asesinado en 2024, y quien fuera un pilar importante en la organización y denuncia de estos atropellos que sufren las comunidades. Enfatizó en el trabajo desmesurado que realizó de la mano de la Iglesia, de organizaciones campesinas y colectivos de derechos humanos, muchos de ellos enfrentando persecución y criminalización por defender el medio ambiente. Asintió en decir que, la lucha de López no fue en vano y su legado sigue inspirando a muchos para continuar organizándose y sin callar denunciar las injusticias.
Antes de concluir, instó a la sociedad nacional e internacional para que se brinde protección a las comunidades amenazadas y exige de las autoridades se investigue y se haga justicia por el caso de Juan López y otros mártires. Destacó el papel crucial que ha jugado la Iglesia católica y medios comunitarios en la visibilización de estas violaciones contra líderes. «Nos mantenemos firmes en esta lucha porque no es solo por el presente, sino por las generaciones futuras», puntualizó.
Defensa del medio ambiente y lucha contra la minería
Por otra parte, Guillermo Navarro, coordinador de Cáritas El Salvador y miembro de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), se refirió a la normativa legítima a la defensa de los derechos y la lucha contra la minería en este país. El conferencista expuso detalles de la campaña «Sí a la vida, no a la minería», impulsada por la Iglesia y la sociedad civil con el propósito de visibilizar el impacto que trae la minería en lo ambiental y social. Igualmente, explicó la relación que tiene esta disputa con el legado de san Óscar Romero, quien en sus homilías denunciaba las injusticias y la opresión, incluyendo la derogación ambiental.
Navarro recordó que a pesar de que El Salvador fue uno de los primeros países en prohibir lo minería metálica, hace unas semanas la Asamblea Legislativa aprobó una nueva Ley General de Minería sin consultar a las comunidades ni a especialistas en la materia. Esta decisión, según lo señala el coordinador de Cáritas amenaza las fuentes hídricas y la preservación de los recursos naturales, en una nación donde el 95% de los ríos están contaminados y la densidad poblacional agrava la crisis ambiental. A este respecto, observó la postura firme que ha mantenido la Iglesia, quien desde 2006 se ha manifestado con distintos pronunciamientos y promoviendo reformas constitucionales donde se reconozca el derecho al agua y a la alimentación como algo legítimo.
Al respecto, hizo ver los riesgos que llevaría esta nueva ley, entre ellos el conflicto territorial y la criminalización de los defensores del medio ambiente. Sobre esto, observó que ya se han presentado asesinatos de activistas en la región, así como mencionó el creciente número de militares asechando a las comunidades que se niegan a aceptar la menaría. Frente a esta difícil realidad, hizo un llamado al gobierno salvadoreño y a la Asamblea Legislativa para que se derogue esta Ley. Explicó que la campaña «Sí a la vida, no a la minería», quiere llegar a toda la sociedad con el propósito de sensibilizar y fortalecer la resistencia frente a políticas que atentan contra el sostenibilidad y bienestar de las comunidades.
La esperanza en la lucha por los derechos humanos
La última en intervenir fue Christine Allen, directora ejecutiva de la Agencia Católica para el Desarrollo en el Extranjero -CAFOD-, quien destacó el papel de la esperanza y la solidaridad expuesto por cada uno de los conferencistas en la lucha por la defensa de los derechos humanos. En su diálogo, destacó el compromiso que tiene la organización que representa con más de 40 instituciones en América Latina que trabajan en formación y protección de líderes.
Igualmente, observó la importancia de seguir apoyando la campaña «La vida pende de un hilo», impulsada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que ofrece seguridad y respaldo a aquellas personas que se ven amenazadas y perseguidas por su labor social y ambiental.
Allen concluyó su diálogo con palabras de gratitud hacia los panelistas, moderadores e intérpretes, así como a todos los participantes que hicieron posible el conversatorio. Citando a san Óscar Romero, recordó que «todo esfuerzo por mejorar una sociedad, sobre todo cuando está tan metida en la injusticia, es un esfuerzo que Dios bendice, que Dios quiere, que Dios nos exige». Instó a los asistentes a reafirmar el compromiso de seguir promoviendo la justicia y los valores que el mártir salvadoreño defendió hasta el último día de su vida.
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