Se lanzó campaña “Remar Contracorriente por el Agua y la Vida”: Cuidando los ríos ante el avance del extractivismo

El domingo 2 de febrero de 2025 — Día Mundial de los Humedales— y de modo remoto se llevó a cabo el lanzamiento de la Campaña “Remar Contracorriente por el Agua y la Vida” organizado por agrupaciones socio-ambientalistas, colectivos e instituciones argentinas y latinoamericanas, junto la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande.

¿Para qué esta campaña?

El principal objetivo de esta campaña es visibilizar la importancia de los ríos y los peligros que enfrentan debido al avance del extractivismo y la privatización de las aguas en América Latina y el Caribe.

¿En qué consistió el lanzamiento?

Con la coordinación de Cristina Fuentes, de la Comisión de Justicia y Paz de CONFREGUA, se presentaron tres casos de defensa del agua en tres países de Nuestramérica: Argentina, Brasil y El Salvador; también monseñor Vicente de Paula Ferreira, obispo de la diócesis de Livramento de Nuestra Señora, en el estado de Bahía, Brasil, y presidente de la Comisión Especial de Ecología Integral y Minería de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) impulsó fuertemente la participación en la campaña; y finalmente, Cristina Fuentes señaló las líneas de acción que se llevarán a cabo de aquí hasta el 22 de marzo, Día Mundial del Agua.

Cristina Fuentes, Cosita Romero y Martha Arriola

En el inicio fue Martha Arriola quien dio el marco de esta campaña al relatar que la iniciativa “Remar contra corriente, por el agua y la vida” se inspiró en la gesta protagonizada por dos pescadores artesanales del río Paraná, en Argentina, que hace 29 años remaron en la canoa “Enamorada del río” durante 22 días desde Ituzaingó (Corrientes, Argentina) hasta Paraná (Entre Ríos, Argentina), buscando despertar la conciencia de los pueblos de ese Litoral en defensa de su río e impedir la construcción de una mega represa hidroeléctrica que el gobierno argentino en su momento, con el apoyo del gobierno de EE.UU., iba a construir en el Paraná Medio.

Seguidamente tomó la palabra el obispo Vicente quien manifestó su “alegría por ser parte de esta contracorriente”: “Esta campaña es acompañada por la Red de Justicia y Paz de la Patria Grande que convoca a todas las redes eclesiales territoriales presentes en América Latina y el Caribe, especialmente a las dedicadas al cuidado de la Casa Común. Y quiero decir que el agua es la fuente de nuestra vida y es el bien común más atacado por los emprendimientos extractivistas. La minería, el agrobusiness hacen gran impacto en nuestras cuencas, fuentes y ríos. Y es justo que rememos contra la corriente”.

Y citó al Papa Francisco “quien nos ha dicho en el Encuentro ‘Agro y esperanza’ de Naciones Unidas en el 2023 ‘confío en que su encuentro se convierta en el cauce de un río de esperanza que permita que los acuerdos alcanzados cobren sustancia concreta ante los desafíos y retos urgentes del planeta’.

Monseñor Vicente se situó en el marco del Jubileo de la Esperanza al señalar que “podríamos decir que sin agua no hay vida y no hay esperanza, por lo tanto debemos luchar por nuestros pueblos”.

El caso argentino: la cuenca del Plata

Luis Cosita Romero, líder ambiental argentino, relató en primera persona la remada histórica e inspiradora de esta campaña, y se adentró en el río Paraná describiéndolo: “Les voy a contar qué es el río Paraná. Es el río más importante y extenso de Sudamérica, forma parte central de la Cuenca del Plata uniendo a cinco países de la Patria Grande, y enfrenta amenazas que lo ponen en riesgo tanto en la soberanía nacional como en la subsistencia de las comunidades que dependen de él. En su tramo Hidrovía Paraná-Paraguay, el Paraná ha sido transformado en una autopista al servicio de las grandes corporaciones, desconectando la vida de la naturaleza, de su biodiversidad y de su condición de proveedor de agua y sustento”.

El caso brasileño: el río Dulce

Wellington Moreira Azevedo, coordinador Cáritas diocesana de Valladares, Brasil, relató el desastre que en el 2015 provocó en las aguas del río Dulce el vertido de 50 millones de toneladas de residuos producidos por una empresa minera al romperse los diques de contención de esos fluidos tóxicos.

Y plantó bandera de cuidado social cuando sostuvo que “la lucha es junto a la gente, contra las grandes empresas que buscan grandes ganancias y no piensan en la vida de las personas”.

El caso salvadoreño: el río Lempa

Karina Rivas, facilitadora oficina JPIC de la OFM, compartió que “el río Lempa es la principal fuente hídrica de El Salvador y uno de los ríos más importantes de Centroamérica. Su cuenca abarca tres países —Guatemala, Honduras y El Salvador— y desemboca en el océano Pacífico extendiéndose por aproximadamente 400 km de los cuales más de la mitad atraviesas territorio salvadoreño”, a su vera viven casi 4 millones de personas y “desempeña un rol fundamental en la vida económica, social y ambiental del país”.

“Actualmente”, continuó Karina, “enfrenta una crisis ambiental severa debido a la cantidad de residuos” sin tratamiento, de procedencia doméstica, industrial y agrícola que son descargados en la cuenca del Lempa.

Lo que se viene

Cristina Fuentes, en el cierre, anticipó las acciones que las que se está invitando desde esta Campaña: “Remadas, travesías, murales, marchas, eventos culturales, jornadas de reflexión y debate, oraciones interreligiosas y ecuménicas, entre otras, que culminarán el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, con la visibilización conjunta de las acciones desplegadas en cada cuenca”.

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