La pluralidad religiosa del continente latinoamericano y caribeño, que también es evidente en Colombia, revela la necesidad del diálogo interconfesional e interreligioso, de manera especial, en estos tiempos de turbulencia. Es por ello que, se resalta los aportes en la construcción de paz que los diferentes credos pueden hacer en este momento histórico.
En este contexto, el Consejo Interreligioso de Colombia, con el apoyo de Religiones por la Paz América Latina y Caribe y United States Institute of Peace, ofrecieron este jueves 04 de abril, el Foro Interreligioso: «Los aportes de los actores de fe en las negociaciones de paz», cuyo objetivo centró la atención en hablar sobre el rol de las comunidades de fe en los procesos de negociación de Paz.
El foro estuvo orientado a través de dos espacios de discernimiento: Panel I: El valor agregado de la intervención de los actores de fe en las negociaciones de paz y en los mecanismos de participación de la sociedad civil; y Panel II: La contribución de los actores de fe en los mecanismos de cese al fuego y los alivios humanitarios.
El sueño común, la paz
Valorando el recorrido histórico de 69 años del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), el Consejo Interreligioso de Colombia extendió su invitación a este organismo eclesial al servicio de las 22 conferencias episcopales del continente, por ello, monseñor Lizardo Estrada, secretario general del Celam, abordó el tema de paz y reconciliación.
Monseñor Lizardo inició su intervención agradeciendo la invitación a este espacio de diálogo y recordó que el Celam atendiendo el llamado del Papa Francisco a vivir la sinodalidad social, sigue avanzando en su trabajo de reflexión y acompañamiento en temas de paz, con las 22 conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, como órgano representativo de las mismas.
El prelado resaltó las intervenciones ofrecidas en este espacio de reflexión, todas, expuso, coinciden con ese sueño común de trabajar por la dignidad de la persona humana, por la paz, la justicia, los derechos humanos, la casa común y la ecología del medio ambiente, por tanto, animó a mantener siempre este tipo de diálogo y seguir buscando todo aquello que los une como Iglesias.
“Agradezco por este momento de reflexión ofrecido por cada uno de ustedes, como lo expresa Jesús en el sermón de la montaña: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” y creo que estamos en ese camino. Necesitamos formar y motivar a todos los que están detrás nuestro, a los grupos, a las personas, pero no solamente para que oren, sino para que se comprometan en la formación y la estructuración de una cultura de paz”, aseveró.
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Buscando la unidad
Tomando como referencia a San Agustín “cree en Dios como si todo depende de Dios, pero trabaja como si todo depende de ti”, el obispo peruano invitó a trabar con esfuerzo por la paz, buscando la unidad y ser testigos de ella.
“Que la gente nos vea trabajando juntos por estos valores, siendo conscientes del trabajo que debemos adelantar en áreas como la construcción de la paz y la reconciliación de los conflictos sociales que existen, que podamos ser medios para la reconciliación en lugares donde hay guerras, que podamos ser instrumentos de paz, de libertad y de justicia”, apuntó.
Formación de líderes – responsabilidad intergeneracional
Por otra parte, enfatizó en la importancia de formar líderes políticos que, de acuerdo a sus principios, defiendan los valores de la población más vulnerable, líderes – sin importar el partido –, que “se comprometan a trabajar por un mejor futuro, donde defiendan la paz, defiendan a los últimos, defiendan la dignidad humana, la casa común, el ecosistema”.
Además, agregó “tenemos una responsabilidad intergeneracional lo que viene en 40 o 60 años también es nuestra responsabilidad. No solo en la formación de políticos en el futuro, porque la política es la mejor manera de hacer caridad, sino desde la Doctrina Social de la Iglesia, ahí también nosotros estamos obligados a trabajar en este campo”.
Al concluir su intervención, reiteró su agradecimiento por la convocatoria y ratificó el compromiso del Celam para continuar con este camino de la búsqueda de la paz. “Nos toca sembrar, otros cosecharán, pero hay que seguir, gracias por lo que cada uno de ustedes está haciendo, juntos podemos hacer mejor las cosas, por tanto, estoy aquí en representación de todos los obispos de América Latina y del Caribe para agradecerles, para manifestarles que estamos con ustedes, que deseamos estar con ustedes, que estamos en el mismo lenguaje, trabajemos más por aquello que nos une y menos por aquello que nos divide”.
En el encuentro participaron también monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia para las Relaciones Iglesia-Estado; el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana; y el padre Eliecer Soto Ardila, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional, organismos de la Iglesia Católica colombiana que también motivan y acompañan permanentemente el trabajo por la paz.
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