El obispo auxiliar del Cusco (Perú) y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), monseñor Lizardo Estrada, participó en el Congreso Ecuménico realizado en Asís del 5 al 7 de mayo, dedicado a reflexionar sobre la celebración de la Fiesta de la Creación y los 1700 años del Concilio de Nicea.
Iniciativa organizada por el “Consejo Mundial de Iglesias” junto con otras entidades, en la que han participado delegaciones internacionales de todas las grandes iglesias, tanto orientales como occidentales.
Con el objetivo de profundizar el proceso ecuménico sobre el futuro del «Día de la Creación», como se conoce desde hace décadas al 1 de septiembre, también «Fiesta de la Creación» o «Día Mundial de Oración por la Creación».
Además de Estrada, participó Agenor Brighenti, sacerdote brasileño y coordinador del Equipo de Reflexión Teológico-Pastoral del Celam.
Unidad y ecumenismo
Convertir el Día de la creación en fiesta litúrgica, fue el gran consenso de los presentes, inspirándose en el antiguo simbolismo de este día en la Iglesia Ortodoxa.
Además han centrado sus reflexiones a la luz de los signos de los tiempos, por lo que esta celebración del Dios Trino como Creador y del gran misterio de la creación del cielo y la tierra tiene un gran potencial para occidentales y orientales.
Este encuentro es una continuación de conferencias que sucedieron el año pasado en Asís, incluyendo una que contó con la participación del Cardenal Jaime Spengler, presidente del Celam.
También tuvo como telón de fondo la celebración de los 1700 años de Nicea este año, de hecho, la exploración de la fiesta se basó en la proclamación del Credo Niceno sobre nuestra fe en el Dios Trino como Creador.
Respuestas a los desafíos de hoy
Monseñor Estrada saludó este esfuerzo y en nombre de os obispo ha dado respaldo al Dia de la creación, considerando su enorme potencial como fiesta litúrgica por la mucha popularidad que ha venido ganando en estos años.
Desde su creación en 2015, por el entonces Papa Francisco, “nos ha ofrecido un instrumento pastoral y un apoyo espiritual concreto a la encíclica Laudato Si’, publicada poco antes”.
Incluso mencionó que la carta pastoral «Discípulos misioneros, custodios de la casa común», publicada por el Celam en 2018, definió esta celebración ecuménica como “una oportunidad concreta para que la Iglesia profundice en su proceso de conversión ecológica”.
Por ende, tanto la crisis socioambiental como la emergencia climática “representan un desafío urgente en nuestra región, que interpela todas las dimensiones de la vida eclesial. El grito de la tierra y el grito de los pobres exigen respuestas más significativas”.
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