Monseñor Juan de Dios Hernández Ruiz, obispo de Pinar del Río y secretario general de la Conferencia de Obispos de Cuba, participó del encuentro organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) del 20 al 22 de marzo.
En conversación, con ADN Celam ha indicado que este país “pasa por momentos muy difíciles” como consecuencia “de vivir en una sociedad donde el partido es único, donde verdaderamente no hay otras alternativas sociopolíticas, es un modo de vivir a veces complejo”.
Para el prelado hay dos elementos clave: alternancia y respeto a las diferencias puesto que “cada ser humano es una realidad única y diferente, es importante que esa persona tenga espacios de integridad física, moral, laboral”
La vida triunfa
Sobre la geopolítica mundial ha lamentado las guerras y las invasiones a países, incluida cualquier forma de intervención, “invasor es invasor”. Casos como la guerra de Rusia contra Ucrania o el conflicto palestino israelí, son preocupantes para el mundo, porque significan un retroceso.
“Es un problema serio del que hay que pensar, de hecho, me da la impresión que “seguimos después de la pandemia”. Una verdad dolorosa, aunque como buen pastor considera que “donde abunda el caos y muerte, terminará de venciendo la vida”.
“Toda toda la misión de Jesús, absolutamente toda termina en vida. Nuestro Dios no es el Dios de la muerte, sino de la vida aunque esa vida se presente de distintas maneras”, acotó.
Las situaciones difíciles tanto en Cuba como en todo el mundo “nos dan la oportunidad de dar el salto importantísimo de la fe”, puesto que no hay que quedarse paralizado “saltemos obstáculos confiando en Jesús. Él entregó su vida y Dios le dio vida para siempre”.
Esperanza cristiana
Monseñor Hernández asegura que “es antievangélico quedarnos en el pesimismo, derrotismo”, porque debemos “ungirnos de vida”. He allí la clave de la verdadera esperanza, cuando el “Espíritu Santo aletea sobre nuestro corazón”.
“Esa es la esperanza que se diferencia mucho de la esperanza humana. La esperanza humana es efímera, mientras que la esperanza cristiana nos lleva a Dios”, señaló.
Asimismo resaltó que la fe cristiana “tiene dos cosas: Dios y el hermano”. Cuando todo parece imposible ahí aparece la esperanza cristiana, aunque “nos perdamos Dios nos encuentra, no nos podemos olvidar que mi padre trabaja todo el tiempo, dice Jesús”.
Ritmos asimilables
Sobre el actual Sínodo 2021-2024 y el Jubileo de 2025, el Obispo refirió que se encuentran implementando el Plan pastoral global, lo que “implica tiempo”, por ende, cree que “tener un ritmo que pueda ser asimilable, porque si no nuestra gente se cansa de tanto de tanto”.
Por ahora, el tema del Jubileo 2025 “no lo hemos tocado aún” habida cuenta de los procesos en ciernes, “yo creo que hemos terminado [primera fase] el Sínodo, vamos ahora a implementar el plan global de pastoral que está hecho hasta el 2030 y después ya veremos cómo abordamos este jubileo”.
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