El Obispo Castrense de Chile, monseñor Pedro Ossandón Buljevic, dio gracias a Dios por los 115 años de vida y misión del Obispado Castrense, una comunidad eclesial que acompaña espiritual y pastoralmente a las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile.
A la Eucaristía, celebrada en la Catedral Castrense de Chile, asistieron altas autoridades civiles y militares, entre ellos el Comandante en Jefe del Ejército, General Javier Iturriaga; el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Juan Andrés de la Maza; el Alcalde de Providencia, Jaime Bellolio; y Mons. Giuseppe Silvestrini, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, junto a oficiales, capellanes, cadetes, alumnos y representantes de todas las ramas castrenses.
Al servicio evangelizador en la historia de Chile
En su homilía, Mons. Ossandón recordó que la Iglesia castrense está “al servicio evangelizador en la historia de Chile”, y remarcó con gratitud esta celebración: “Celebramos como pueblo de Dios este aniversario 115 del caminar de servicio evangelizador que ha hecho la Iglesia castrense en la historia de Chile en las Fuerzas Armadas y de Carabineros”.
En comunión con el nuevo Papa León XIV, el obispo expresó lealtad y esperanza en su pontificado: “Nos reconocemos como una porción de la comunidad fundada por Cristo para ser signo e instrumento de la salvación”. A propósito del Año Santo Jubilar que celebra el Obispado, destacó que es tiempo de gracia, de misericordia y de paz para las instituciones armadas y las familias.
“No hay vida cristiana si no es centrada totalmente en la vida de Jesucristo, nuestro Señor. Totalmente centrada en cumplir su mandamiento principal: ‘Ámense los unos a los otros como Yo los he amado’”, dijo, exhortando a vivir una fe comprometida y activa.
La Iglesia Castrense es presencia de Cristo Resucitado
Asimismo, recordó el papel esencial de la Iglesia Castrense en el acompañamiento a quienes sirven en la paz y en los conflictos, haciendo presente el rostro misericordioso de Dios: “La Iglesia castrense es presencia de Cristo Resucitado para cada mujer y para cada hombre de nuestras instituciones castrenses y de Carabineros”.
La autoridad eclesial también renovó el compromiso pastoral de la Iglesia con los más frágiles: “Somos enviados a servir en las periferias de la vida castrense, a los más pobres y desvalidos, a los que se sienten solos… a los enfermos del cuerpo y del espíritu”.
“Servir y amar son los caminos que nos llevan a encontrarnos con Cristo en el hermano… Es también rezar por nuestras familias, nuestros camaradas, por la Iglesia y por la Patria”, dijo el obispo extendiendo la invitación a la oración.
Finalizó su mensaje confiando la misión del Obispado Castrense a la protección de la Virgen del Carmen, “Generala y Madre de Chile”, a quien pidió que “nos anime en la misión, que nos haga más y más hermanos, como nos enseña su Hijo Jesús”.
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