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Subsidio de discernimiento: el Instrumentum Laboris desde la experiencia latinoamericana y caribeña

Presentar de manera abreviada los temas centrales de discernimiento formulados en el Instrumentum Laboris para la primera sesión de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos a la luz de la experiencia latinoamericana y caribeña vivida en la fase continental; es la intención del denominado “Subsidio para el discernimiento,” documento que se presentó durante la primera jornada del Encuentro que convoca a los llamados a participar en la primera sesión de la Asamblea del Sínodo.

El trabajo elaborado por los teólogos Carlos Galli, Agenor Brighenti y Rafael Luciani presenta un material más sintético que reúne de manera ordenada el aporte regional a partir de las tres prioridades del Sínodo: comunión, participación y misión.

Aportes desde América Latina

El teólogo venezolano Rafael Luciani explica que ”el subsidio debe ayudar a que se haga un discernimiento desde la identidad de latinoamericanos y latinoamericanas al Sínodo a partir del Instrumentum Laboris, confiando en el aporte que se está haciendo y que recoge la síntesis continental. Aclarando que no se trata de un sustituto del Instrumentum Laboris, ni otro documento nuevo que se produce, sino que resulta del proceso de escucha latinoamericano para ofrecer criterios mínimos para el discernimiento de los temas propios de nuestra realidad».

Así el subsidio que cuenta con varios apartes, comienza con una síntesis del marco eclesiológico en relación con cada prioridad, es decir, comunión, participación y misión; haciendo énfasis en el aporte específico de Latinoamérica para dar paso a las fichas que ofrecen la contribución regional y el desarrollo de las cinco preguntas por prioridad. Se trata de combinar lo que dice el Instrumentum Laboris y los aportes desde el continente, lo que podría entenderse como la estructura del subsidio, que en palabras de Luciani se espera genere una visión de conjunto y que los participantes se familiaricen con los temas y aportes que vienen del continente entre los que cita la creación de estructuras sinodales como la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y la realización de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.

Igualmente agrega que son conscientes de que «muchas de las personas que asistirán al Sínodo, no tienen el suficiente conocimiento de los temas que ya se han abordado por lo que es prioritario familiarizarse con el lenguaje empleado, la visión teológica y pastoral desde la realidad de América Latina, para tener un referente y ayudarse cuando estén en la Asamblea del Sínodo”.

Portavoces de la realidad

Por su parte Agenor Brighenti, señala que desde lo teológico se “quiso poner en evidencia el Instrumentum Laboris a partir del cual se harán todas las reflexiones del Sínodo para la Iglesia universal esto con el propósito de que las contribuciones de las iglesias locales y continentales no se pierdan en el camino. La idea es poner en conexión estos dos aspectos, especialmente haciendo eco de las acotaciones y demandas de nuestro continente que aparecen en la síntesis latinoamericana”.

Para el teólogo brasileño el testimonio de la Iglesia le da credibilidad al anuncio del Evangelio, entendiendo que “una Iglesia sinodal es muy significativa y simbólica por que la Iglesia misma es asamblea, comunión, participación y misión. Por lo tanto, los que participan en este proceso están dando un testimonio al mundo entero de que la iglesia está comprometida con las relaciones fraternas y horizontales, relaciones de comunión, esa misma comunión que el Padre quiere entre nosotros y con el resto del mundo”.

Al referirse a las diferencias entre los dos documentos Brighenti explica que “el Instrumentum Laboris es una ruta de camino para todos los participantes de la Asamblea Sinodal. En el caso del Subsidio de discernimiento, la finalidad es que los participantes de América Latina sean portadores de las demandas de nuestro continente para lo cual es importante que los delegados se preparen y vayan a Roma, conscientes de su responsabilidad como portavoces de la Iglesias locales”.

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Dones y carismas para servir

Dentro de estos temas y demandas que merecen ser analizados por la Asamblea del Sínodo aparece lo relacionado con el ejercicio de la ministerialidad frente a lo que Brighenti indica que “la Iglesia todavía tiene muy pocos ministerios y el Espíritu Santo da carismas y dones a todos los bautizados para dar cabida a nuevos servicios para todo el pueblo de Dios. De modo particular advierte que las mujeres son las que menos tienen ministerios fuera de la iglesia y existe la demanda de que tengan ministerios de la misma forma que los hombres».

Entendiendo que el camino sinodal es un proceso que se ha adelantado en diversas fases en donde se destacan la circularidad y la restitución presentes en la fase diocesana, continental, las asambleas regionales, todas marcadas por la existencia de un documento para la etapa continental escrito con los documentos producidos por las Conferencias Episcopales y otras instancias consultadas hasta llegar al Instrumentum Laboris escrito con los 7 documentos continentales.

Una ruta en la que es preciso descubrir esos pasos a los que nos invita a dar el Espíritu para ser una Iglesia sinodal, en donde los documentos son una herramienta que solo podrán generar frutos en tanto la actitud se traduzca en prácticas novedosas y consecuentes con el momento que vive la Iglesia y el mundo.

CELAM_Subsidio para el Discernimiento

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