Último encuentro 2024 PLAPA: Ante los más rotos, asumir su complejidad acompañando como la Virgen, madre que abraza

Durante todo el 2024, PLAPA (Pastoral Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de las Adicciones) llevó adelante un Seminario virtual que constó de encuentros mensuales en los que se desarrollaron temáticas afines con el espacio y los entornos de consumo.

El último encuentro se llamó “La Virgen, la Iglesia y los rotos” —fue el 13 de diciembre y se recordó especialmente a la Virgen de Guadalupe— y estuvo a cargo del sacerdote argentino Carlos “Charly” Olivero, coordinador de PLAPA y referente nacional de la Familia Grande Hogar de Cristo en Argentina.

Un encuentro con Romina

A partir de la experiencia personal del padre Charly con Romina —una chica muy jovencita que se cruzó con Charly en la calle, estaba tirada, explotada sexualmente, embarazada, en consumo, había ido dejando a sus otros hijos a cargo de otros, no tenía documentos y una causa pendiente con la Justicia—, aparecieron las muchas problemáticas emergentes en casos parecidos o casi iguales al de Romina.

“El Estado no tenía respuestas para Romina porque la complejidad de su vida desbordaba todo marco”, describió Charly, “y pensamos —junto con los curas de las villas con los que compartíamos lo que íbamos viendo en los pibes y las pibas de nuestros barrios— que había que hacer otra cosa”.

Meterse en el laberinto

“Nos metimos en cuestiones judiciales porque Romina no podía acceder a una institución estatal, no iba al hospital público porque tenía miedo de que le sacaran el bebé que llevaba en su pancita, los ‘transas’ le ofrecían plata por su hijo por nacer, había un circuito armado de venta de bebés… solo con una terapia psicológica no se podía combatir tanta marginalidad”, continuó relatando Charly.

Y se metieron en todos los temas y descubrieron que el consumo de los más rotos —porque era claro que Romina estaba rota por todos lados— implicaba el paradigma de la complejidad: “Apareció la Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), el Estado con sus juzgados y hospitales… Las respuestas estaban desparramadas por todos lados y entendimos que lo que teníamos que hacer era acompañar. De esta forma las respuestas fragmentadas se hicieron accesibles y las cosas se comenzaron a resolver”.

Más información sobre PLAPA: https://www.plapa.org/

Llegaban de a cientos

“Sí, eran cientos los que se acercaban a nuestros lugares”, recuerda el padre Charly, “les pedimos a las personas de las comunidades que acompañaran a los chicos y chicas a recorrer esos caminos de complejidad, para que no se perdieran y se pudieran encontrar con ellos mismos”. Hacer trámites en dependencias públicas, llegar a tiempo a las audiencias, pedir los turnos médicos y asistir, comer, bañarse… solos no se podía y la comunidad, con rostros y voluntades, lo fueron logrando.

¿Por qué lo que sale bien sale bien?

Una fundación que Charly no recuerda el nombre hizo una investigación sobre los Hogares de Cristo en la que la pregunta clave fue: ¿por qué las cosas que están saliendo bien salen bien? Y surgieron como respuestas aspectos muy interesantes: la mirada integral sobre la vida de cada uno (“no era solo un pibe en consumo, era un alumno que ya no iba a la escuela, un hijo que no se relacionaba con su mamá, un paciente que no iba al médico”) y la dimensión afectiva, dejaron de estar solos, en el Hogar estaban como en familia.

“Lo salvador de la generación de vínculos me sirvió hasta a mí”, develó P. Charly.

Mirar como mira Dios

“Nosotros como Iglesia tenemos que mirar como mira Dios y comprender que atrás de comportamientos inadecuados hay un corazón roto que está presente y que hay que armar lugares donde estas personas se puedan encontrar consigo mismas”, afirmó.

Una preciosa conversación

Luego de este abrir el corazón del padre Charly donde sus palabras encontraron en los asistentes —provenientes de distintas partes de Latinoamérica— caminos semejantes, historias parecidas, dolores iguales sin importar las geografías, comenzó el intercambio. Resonaron frases como “se hace difícil el acompañamiento si la Iglesia jerárquica no acompaña”, “la fe puesta en obras es lo que construye la Iglesia”, “cuando se crean vínculos el lenguaje de la caridad aparece todo el tiempo”, “quien experimentó este modo ya no vuelve atrás”, “los Hechos de los Apóstoles no se terminan”, “el amor supone límites, cercanías y vamos aprendiendo a crecer en la calidad de los vínculos”, “en nuestros lugares dejamos nuestras estructuras y horarios, eso no funciona”.

Y apareció “el perdón”

Una religiosa se preguntó: “¿Cuántos mundos lleva cada uno en sus espaldas?”. El perdón es algo muy necesario y desde la Iglesia se puede dar. “Nosotros como Iglesia estamos llamados a alivianar la carga”, dijo Charly.

Una abogada enmarcó el dolor en la ley: “Cuando está rota la relación derecho-persona generalmente se encuentra en el origen una infracción al deber de cuidado”.

“El lazo social que propone el Evangelio cuando se rompe podemos traducirlo como un proceso de descristianización. Y otro punto: la incidencia política a través de la cual podeos hacer exigibles los derechos de toda persona”, profundizó el padre Charly.

Una canción del cantautor argentino, sacerdote salesiano, Eduardo Meana se llama “Si quieres te acompaño en el camino”. Si hubiera que musicalizar este último encuentro de PLAPA sería la canción perfecta para describir lo vivido en esas casi dos horas en las que los dolores se mezclaron con las soluciones, los intentos con las oportunidades, las salidas con las llegadas, los progresos con las derrotas, los aprendizajes con las experiencias.