“Para el catolicismo la paz es paz social”. En estos términos, y sin titubear, sintetizó Emilce Cuda su intervención en el Congreso latinoamericano y caribeño ‘La Iglesia al servicio de la paz’ que se celebró en Bogotá del 29 al 31 de marzo. Para la teóloga argentina y secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL), “quienes más quieren la paz son los pobres, los descartados, los trabajadores sin trabajo”, y son ellos, precisamente, los que “quisieron expresar su amor al Papa, su reconocimiento y todas las esperanzas que ponen en él”, a través de una campaña de alcance internacional, que les permitiera ‘callejear’ su cariño y cercanía por el primer pontífice latinoamericano, con motivo del décimo aniversario de su elección como Sucesor de Pedro.
Emilce se refiere a la campaña comunicativa: “Unidos con el Papa, rezamos por la paz” que bajo formato ATL –como se conoce en el mundo de la publicidad–, inundó desde inicios de marzo las principales calles de algunas de las grandes ciudades del continente latinoamericano y caribeño en Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Uruguay. La campaña también llegó a Portugal.
En total fueron intervenidos 221 puntos de contacto en 12 países, mediante vallas de gran tamaño que fueron dispuestas a lo largo de vías principales, estaciones de tren, puertos fluviales y aeropuertos, transmitiendo un mismo mensaje de unidad con el Papa y de oración por la paz, porque, como afirma Cuda, “de lo que se trataba era de buscar una expresión de agradecimiento y de amor al Papa Francisco, que estuviera al alcance de todo el pueblo y que se reflejara en sus espacios, en la calle, en la vía pública”.
Una expresión popular y callejera
“Curiosamente, [Francisco es] un Papa que siempre nos pide que recemos por él, [pero] esta vez el pueblo decide rezar con él por la paz, rezar junto al Santo Padre por la paz”, comenta la secretaria de la PCAL, quien siempre ha permanecido en contacto con los movimientos populares –los mismos con los que el Papa se ha reunido, a nivel mundial, en cuatro oportunidades–, detallando que su deseo era “expresarlo en la vía pública, [pues] ellos ven esos carteles durante las horas que tardan en llegar a sus puestos de trabajo, y ahí es como ayudamos a toda esa expresión popular… por esa paz que tanto anhelan, que es paz social, una paz que se garantiza con trabajo digno, con salud, con educación, con tierra, techo y trabajo”.
Se trata, entonces, de “un regalo hermoso y enorme del pueblo latinoamericano”, subraya Cuda, “en el que una vez que acogimos el deseo de las comunidades de las periferias, comenzamos a sumar esfuerzos y sinergias con el apoyo de Signis ALC; luego gestionamos la donación de los espacios para la campaña y fue entonces cuando contamos con la vinculación y la gratuidad de diferentes empresas publicitarias en Latinoamérica y en Portugal, a través de la Asociación Latinoamericana de Out of Home (ALOOH)”.
Dos detalles adicionales: la imagen de la campaña corresponde al repositorio de Vatican Media y contó con el aval del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano; asimismo, el eslogan “Unidos con el Papa rezamos por la paz” fue pensado y acordado de modo colectivo.
¿El Papa tuvo conocimiento de todo esto?, me atrevo a preguntarle. “Yo conversé con él de este tema y le gustó mucho; de hecho me expresó que su deseo, para este décimo aniversario de su pontificado, era que juntos con él rezáramos por la paz”, respondió Emilce Cuda, quien está convencida que “el Papa Francisco hoy es el líder indiscutible, a nivel mundial, de la paz”.
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