En el marco del Vía Crucis del Migrante 2025, celebrado este viernes 4 de abril en la Plaza de la Constitución, Iglesia guatemalteca, junto a organizaciones civiles y religiosas, exigió compromiso real frente al drama humano de la migración.
Al cierre de la actividad que convocó a cientos de feligreses, sus organizadores emitieron un mensaje donde resuena un llamado claro y urgente a asumir colectivamente la tarea de este flagelo que no cesa, que sigue desangrando a los pueblos y fracturando familias. Recordaron la responsabilidad que tiene el gobierno de cambiar estructuras que provocan las causas de la migración.
El Vía Crucis vivido, que estuvo inspirado en un mensaje del papa Francisco que define a los refugiados como “misioneros de esperanza”, se convirtió en un clamor público de quienes lo acompañaron. Catorce estaciones, expresaron las diferentes formas de sufrimiento de quienes se ven obligados a dejar sus países: las detenciones, discriminación, abusos, deportaciones arbitrarias, separación familiar, entre otras.
- Foto: Movilidad Humana Guatemala
Espiritualidad que denuncia y exige
Las organizaciones, denunciaron las políticas que censuran y señalan a los migrantes, exigiendo la transformación de las condiciones que obligan a salir a las personas de sus países. Observaron, como desde la Casas del Migrante y otros espacios de atención, se percibe a diario el abandono al que son sometidos muchos retornados y deportados, de manera especial aquellos que llegan a Guatemala sin apoyo ni programas oficiales de reingreso.
El comunicado leído al final del recorrido hizo énfasis en la urgencia de una respuesta integral por parte del Estado, en coordinación con actores del sector privado, organismos internacionales y las Iglesias. De igual forma, cuestionó la pasividad de algunas instituciones que, por alguna circunstancia se han apartado del acompañamiento a quienes recorren su propio viacrucis entre fronteras.
- Foto: Movilidad Humana Guatemala
Migrar no debe ser un crimen
Asimismo, expresaron su preocupación por el desconocimiento y falta de formación de las autoridades del orden público, respecto a cómo abordar a las personas migrantes en tránsito, asegurando que algunas de las acciones son arbitrarias y violatorias de sus derechos fundamentales. A esto se suma, su inquietud por la falta de claridad en la asignación de recursos públicos destinados para la atención de las Casas del Migrante
Frente a este panorama sombrío, las organizaciones pidieron al sector privado-empresarial se sume a las iniciativas de inserción laboral, y que las órdenes religiosas practiquen la hospitalidad no solo como un valor evangélico, sino como una acción concreta para la integración de migrantes y retornados.
- Foto: Movilidad Humana Guatemala
Caminar con esperanza, actuar con justicia
Con su mensaje final, las organizaciones ratificaron su compromiso de caminar de la mano con los migrantes, guiados por los principios del Evangelio y soñando con un mundo más justo y humano . “Conmemorar el Vía Crucis de Jesucristo es también asumir el compromiso de construir un mundo donde prevalezca la justicia, el amor y la solidaridad”, concluyó el comunicado.
Ese viernes, las cruces no solo fueron cargadas en forma simbólica. Fueron llevadas por quienes, en la realidad cotidiana, enfrentan fronteras físicas y sociales. Y la fe, lejos de quedarse en la contemplación, se hizo grito, clamor y esperanza que camina.
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