90 consagrados entre directivos, delegados provinciales y responsables de acompañamiento han celebrado la 23.ª Asamblea ordinaria de Superiores mayores de la Conferencia Venezolana de Religiosos (Conver) del 1.º al 4 de mayo, en la casa monseñor Ibarra del Episcopado, en Caracas.
Han reflexionado sobre la realidad del país suramericano, que en este momento se encuentra en un momento crucial cuando se prepara para un inédito proceso electoral que pudiera generar cambios en la actual política.
Por ello, como “Centinelas atentos a las necesidades y a las llamadas del Espíritu, estamos llamados a dar respuestas creativas e innovadoras que, teniendo a Jesucristo en el centro de nuestras obras, ministerios y servicios, continúen siendo un signo profético de esperanza”, han dicho en su mensaje final.
Encarnados en las periferias, la Vida Religiosa está llamada a ser “centinelas del alba, a ser cuidadores y portadores de esperanza. Nos sentimos impulsados a renovar los signos de comunión, vida y misión en medio de la compleja realidad del país”.
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Reaprender con el Maestro
En alegoría al horizonte inspirador de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas (CLAR) apelan al símbolo de ‘mujeres [y hombres] del alba’, que “nos hace reconocer que estamos en camino, reaprendiendo a estar con el Maestro, a contemplarlo en los pliegues de las comunidades eclesiales en todo el país, a buscar por dónde el Espíritu nos anima a continuar dando nuestros panes y peces”.
Para los religiosos y religiosas venezolanos “el discernimiento nos hace sentirnos encarnados en el país con el hilo multicolor de los carismas congregacionales y, junto al llamado a la conversión personal, congregacional e institucional”.
Es así como la conversación en el Espíritu Santo – metodología del Sínodo 2021-2024 – es el camino para “buscar, hallar y compartir la voz del Señor que nos saca a las periferias; y rotas nuestras tinajas vemos que se van transformando en surcos abiertos para resucitar compartiendo la vida y misión con otros”.
Derroteros de sinodalidad
Asimismo han cerrado filas con la sinodalidad, porque “nos mueve a cuidar los tesoros que el Señor nos ha confiado. No podemos solos. Los sonidos del Centinela nos despiertan con el entusiasmo del joven y la sabiduría del anciano para re-andar con osadía y memoria agradecida nuestra historia intercongregacional”.
Incluso, han asegurado que la conversación en el Espíritu le ha permitido expresar todo el trabajo que realizan en las distintas regiones del país “con la gente sencilla que nos despierta y nos habita el corazón con sus alegrías”.
También les ha permitido “ver con ojos críticos nuestros errores y así sentirnos llamados a un proceso de conversión para la misión”, por lo que han propuesto los siguientes derroteros:
- Convertirnos para dejarnos llevar por el Espíritu.
- Construir y abrazar espacios comunitarios para compartir la vida en común y la misión que nos une.
- Abrirnos a la soro-escucha que hace posible ver nuevas todas las cosas, para sentirlas y soñarlas en Cristo.
- Buscar y potenciar liderazgos participativos con laicos y laicas, en perspectiva sinodal.
- Repensar nuestras estructuras y modos de servicio de la autoridad.
- Ejercitar la obediencia dialogada en escucha empática y recíproca.
- Comprometernos a generar espacios comunitarios y eclesiales seguros.
Mensaje Final XXIII ASAMBLEA CONVER
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