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Voces sinodales desde el aula Pablo VI: Se respira fraternidad, comunión, oración y espiritualidad

Desde el aula Pablo VI, en Roma, acompañados por el Papa Francisco y dispuestos en mesas redondas, los padres y madres sinodales, guiados por el Espíritu Santo, disciernen los temas recogidos en el Instrumentum laboris y en las etapas diocesana y continental en torno a la comunión, misión y participación de toda la Iglesia.

79 participantes han venido desde América Latina y el Caribe, distribuidos así: 51 obispos, 38 elegidos por las conferencias episcopales, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), monseñor Jaime Spengler; tres miembros de la Curia Romana, seis obispos de nombramiento pontificio, entre ellos monseñor Lizardo Estrada Herrera, secretario general del Celam, y tres miembros del Consejo Ordinario del Sínodo.

Además entre los no obispos se encuentran 28, de los cuales 10 fueron elegidos entre los participantes de las asambleas regionales, tres religiosas designadas por el Papa, dos representantes de los Superiores Mayores y 13 facilitadores.

De este grupo, tres latinoamericanos, dos obispos y una religiosa son presidentes delegados del Sínodos. Ellos son el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, mosneñor Luis Gerardo Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil y la hermana María de los Dolores Palencia, religiosa mexicana, quien hace historia en los Sínodo al ocupar este cargo.

ADN Celam ha conversado con cuatro de los representantes sinodales de América Latina y el Caribe para pulsar sus opiniones sobre los primeros días de encuentro, signados por la escucha atenta a través de la conversación espiritual.




“Se respira oración y unidad”

Erika Aldunate es una laica boliviana, teología y docente, como maestra de sacerdotes y obispo, participar del Sínodo de la sinodalidad ha sido “una experiencia muy grata”. Ha estado en una mesa multilingüe en la que ha escuchado múltiples realidades y culturas.

Por ello, “puedo compartir ahí no solamente la experiencia de una Iglesia local , sino también como iglesia latinoamericana” a partir de los encuentros previos tanto en Quito (países andinos) como en Bogotá (Encuentro preparatorio).

Reina la cordialidad y la fraternidad, se respira ambiente de unidad, Érika asegura que los participantes de Europa “notan que transmitimos esa unidad, esa experiencia sinodal ya previa con todos los temas trabajados”.

Destaca que también tienen muchos momentos de silencio, oración, espiritualidad, lo que genera paz y “eso contribuye con creces en este Sínodo”.

“Ser signo de comunión con Dios”

Desde tierra guaraní, monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de la Santísima Concepción del Paraguay, celebra la nueva modalidad , que permite “un compartir más cercano y fraterno” y “nos está ayudando muchísimo” a intercambiar ideas.

Para el prelado “es la hora del Espíritu Santo y los que integramos aquí y formamos parte del sínodo debemos también estar siempre en la sintonía con este” para poder recoger bien las voces.

Señaló que los temas abordados en lo que va de trabajos han sido de “mucha riqueza espiritual, que nos ayudarán muchísimo para que nuestra Iglesia pueda ir cumpliendo con su misión, de ser un signo e instrumento de comunión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí”.

“Acompañados por el Papa Francisco”

La hermana Daniela Canavinna, de la Congregación de las Hermanas Capuchinas de Madre Rubatto y secretaria general de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), oriunda de Argentina, sintoniza con el clima de fraternidad del aula sinodal Pablo VI.

“Avanza el sínodo sobre la sinodalidad en Roma. Nos encontramos ya trabajando en la búsqueda comunitaria de responsabilidad frente al discernimiento para encontrar nuevos caminos para la Iglesia”, ha dicho.

Aseguró que los participantes “estamos muy contentos de compartir y cada vez nos sentimos en una amistad que nos hermana y que nos hace compartir y siempre acompañados por el Papa Francisco”.

“Agradezco al Celam”

El cardenal Pedro Barreto, obispo de Huancayo (Perú) y presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), participa en el Sínodo. Resalta la “espiritualidad de comunión” que se siente en entre los padres y madres sinodales.

“Para mí es muy importante no solo la metodología, sino también la experiencia, la conversación en el Espíritu”, por eso, “agradezco mucho al Celam todo lo que nos ha ayudado a América Latina y el Caribe en este proceso previo” a esta primera fase.

El purpurado llamó a estar preparados en todo momento, puesto que se trata de una experiencia “para siempre”, pero “de manera muy especial para la próxima sesión de octubre de 2024”.

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