El Papa Francisco siempre ha insistido en la sinodalidad como el modo de ser Iglesia en el actual momento histórico. De ahí su impulso e implicación personal en el actual proceso sinodal, que quiere ayudar a la Iglesia a descubrir la necesidad de impulsar ese camino en todos los niveles.
Reunión en la Secretaría del Sínodo
Tras la etapa diocesana, un trabajo recogido por la Secretaría del Sínodo en el Documento para la Etapa Continental, la propia Secretaría ha convocado los días 28 y 29 de noviembre una reunión en la que participan los presidentes de las conferencias continentales de obispos y los coordinadores de los equipos de la fase continental del Sínodo. El punto álgido de la reunión puede ser considerado el encuentro con el Papa Francisco que ha tenido lugar en la tarde de este lunes 28 de noviembre, que se ha prolongado por casi dos horas.
Previamente los participantes de la reunión, tras un momento de oración, han conocido los detalles de la etapa continental, escuchando cómo se ha estructurado esta fase en cada uno de los continentes. En el caso de América Latina y el Caribe, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), como han hecho sus pares, ha relatado los pasos dados hasta ahora, desde la fase diocesana, queriendo asegurar “la conexión del proceso de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe con este camino Sinodal”.
En América Latina y Caribe 4 encuentros en la Fase Continental
La Etapa Continental se llevará a cabo en cuatro encuentros presenciales en cada una de las cuatro regiones del continente. Para ello se han ido definiendo los pasos siguiendo “las indicaciones específicas por parte de la Secretaría del Sínodo”, según Mons. Miguel Cabrejos, que ha ido dando a conocer las fechas y lugares de estos encuentros regionales, en los que participarán entre 400 y 500 asambleístas, elegidos por cada conferencia episcopal, de los que un 55% serán laicos, contando con representantes de las periferias y de otras denominaciones cristianas, religiones y no creyentes, y un 45% entre obispos, sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos y religiosas.
Estos encuentros seguirán la metodología de la conversación espiritual, y lo reflexionado será debatido en un encuentro continental con dos representantes de cada región y el equipo del Celam para la redacción de la síntesis continental. Finalmente, los obispos en un ejercicio de diálogo y profundización aprobarán la síntesis continental. Mons. Cabrejos ha insistido en la continuidad con la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que definió como “un verdadero laboratorio de sinodalidad”.
Los participantes de la reunión con la Secretaría del Sínodo han llevado a cabo un discernimiento comunitario sobre el método de la conversación espiritual, siéndoles presentada una síntesis del Documento para la Etapa Continental, lo que dio paso a un diálogo en torno a la oportunidad que representa este Sínodo y sus desafíos. También ha sido momento para que los continentes puedan aportar a los otros continentes desde su experiencia, que permitió, de manera rica e intensa, ver cómo está organizada la etapa continental en cada uno de los continentes y la posibilidad de enriquecerse con cada uno de ellos.
Unidad fruto de la presencia del Espíritu
En el encuentro con el Papa Francisco, que ha definido como “una experiencia maravillosa, extraordinaria”, Mons. Miguel Cabrejos, dando gracias a Dios por “el don de la fe en la Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe” le ha dicho al Santo Padre que “más allá de nuestras particularidades, que nos enriquecen mutuamente, vivimos una unidad que ha sido fruto de la presencia del Espíritu y el legado de quienes anunciaron a Cristo en estas tierras”.
En palabras del presidente del Celam, “el Señor nos ha regalado la posibilidad de hablar idiomas comunes y ha querido que ello nos sirva de puente entre las diversas culturas y expresiones eclesiales para caminar juntos a lo largo de toda nuestra historia reciente”. Desde ahí ha agradecido por “este tiempo sinodal que fortalece el legado de la Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y de la Primera Asamblea Eclesial”, y también “por los pueblos originarios presentes en estas tierras que nos han transmitido y siguen siendo custodios de un poliedro cultural capaz de seguir iluminando nuestros pasos en el respeto humano y el cuidado de la casa común”, así como por la figura de María de Guadalupe, “la gran evangelizadora con su rostro indígena y su presencia protectora”.
Un diálogo entre un padre y sus hijos
Del encuentro con el Papa Francisco, Mons. Cabrejos ha destacado la espontaneidad y cercanía del Santo Padre, así como la gran libertad, cercanía y confianza con que han hablado los participantes de un momento que ha definido como “un diálogo de un padre con sus hijos o de sus hijos con su padre”. El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño ha destacado una frase de San Basilio, citada por el Papa, refiriéndose al Espíritu Santo: “El Espíritu Santo es la harmonía y necesitamos del Espíritu de Dios en todo este camino de la sinodalidad”.
Igualmente ha destacado el hincapié del Papa Francisco en el discernimiento, que va más allá de un método o una cuestión mecánica. Junto con ello la importancia de la oración y la referencia a las migraciones, un fenómeno más allá de la guerra o el hambre, pues el mundo entero es migrante prácticamente, ante lo que el Papa ha llamado a que las leyes y las conferencias episcopales se planteen cómo pueden ayudar ante esta gran problemática. También la situación de guerra, no solo en Ucrania, sino en el mundo, y la necesidad del Espíritu de Dios en esta época, porque Él es la harmonía.
Evitar la politización y polarización en el proceso sinodal
En relación con este encuentro, “cordial, cercano, rico de ideas y experiencias”, Mons. Luis Marín de San Martín ha destacado el hecho de que “el Santo Padre ha llegado caminando por su propio pie, lo hemos encontrado bastante recuperado físicamente y con la lucidez y agudeza de siempre”. Un encuentro que comenzó con una introducción del Cardenal Hollerich, en la que el Relator General del Sínodo ha insistido en la necesidad de evitar la politización y polarización en el proceso sinodal, y que dio paso a la intervención de los representantes de los 7 grupos continentales, que han comentado “cómo se está viviendo el proceso sinodal en cada continente desde la sensibilidad y la riqueza propia”.
En el amplio coloquio con el Santo Padre han surgido muchos temas, ha destacado el Subsecretario del Sínodo. Entre ellos que “el proceso sinodal es un proceso en el Espíritu Santo, si no hay Espíritu Santo no hay Sínodo”, resaltando “la centralidad de la dimensión espiritual de este proceso”. Un segundo elemento es “la actitud de disponibilidad y también de asumir la propia vulnerabilidad”, pues “quien se abre a Cristo, asume ser vulnerable, como Cristo asume en su encarnación hacerse vulnerable, no desde la prepotencia, desde las seguridades, desde el control de todo, desde el poder”.
Pastores que caminan en, con, desde el Pueblo de Dios
El Sínodo se desarrolla en una situación de guerra en el mundo, lo que ha llevado al Santo Padre a hacer “un vibrante llamamiento sobre esta sensibilidad hacia las personas que sufren los estragos de la guerra en tantas regiones”, que son muchas y múltiples y que están desarrollándose en todos los continentes, aunque el mayor impacto mediático se lo lleve en este momento Ucrania. La pastoral debe ser algo propio de todos los cristianos, especialmente de los sacerdotes, lo que ha llevado al Papa a hacer ver la necesidad de “ser verdaderamente pastores que caminan en, con, desde el Pueblo de Dios”, según Mons. Marín de San Martín, pues “si se pierde la dimensión pastoral todo queda viciado”.
El Papa Francisco ha animado a “caminar siempre juntos, en unidad, no en ruptura, no en separación, sino desde la dimensión de Iglesia, juntos, ayudándonos unos a otros, escuchando juntos al Espíritu, unidos todos en Cristo”. Junto con ello, “a no tener miedo, a que el proceso sinodal sea un proceso de valentía, de apertura, dejándonos guiar siempre por el Espíritu, que es un Espíritu que harmoniza las diferencias, hace de ellas riqueza”. También apertura a la esperanza, “vivir este proceso con valentía, sin ningún miedo y con una apretura grande a la esperanza que Cristo nos trae”.
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Un encuentro en el que no han faltado las preguntas por los abusos y el Sínodo alemán, según Mons. Luis Marín, que recalca el llamamiento del Papa a asumir las críticas porque siempre van a existir, viendo qué parte de razón pueden tener y si nos ayudan a mejorar. Un proceso sinodal del que el Subsecretario del Sínodo dice que “es un momento de renovación, es un momento de Dios, es un tiempo que nos llama a todos a una conversión”. Por ello, “el Papa nos pide sencillez, disponibilidad para que el Señor pueda hacer su obra”.
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