Este último domingo 15 de mayo era canonizada Santa Francisca Rubatto, fundadora de las Hermanas Capuchinas de Loano, la primera santa uruguaya. Ante tan magno acontecimiento, la Cámara de los Diputados del país ha llevado a cabo un reconocimiento, que estuvo a cargo de Rodrigo Goñi, diputado del Partido Nacional por Montevideo, como informa Iglesia Católica de Montevideo.
Reconocimiento y agradecimiento del pueblo uruguayo
El acto contó con la participación de Mons. Luciano Russo, Nuncio Apostólico en Uruguay; Mons. Luis Eduardo González, obispo auxiliar de Montevideo; Mons. Alberto Sanguinetti, obispo emérito de Canelones; hermanas capuchinas de la Madre Rubatto y colaboradores de la congregación.
El diputado dejó claro que no se trataba de un homenaje religioso, y sí de “un reconocimiento y un agradecimiento del pueblo uruguayo a una persona que sirvió, que entregó su vida y que construyó tantas cosas«. En palabras de Rodrigo Goñi, «su vida trascendió la religiosidad y su época porque su legado sigue dando frutos a través de las obras que impulsó”.
Entregar su vida al servicio del país
El homenaje supone una nueva edición de otro similar que fue promovido en octubre de 1993 cuando la ahora santa fue beatificada por el San Juan Pablo II, cuando el entonces diputado Héctor Lescano promovió e impulsó un homenaje en el Parlamento Nacional con participación de todos los partidos políticos.
Para el diputado, el hecho de la Madre Rubatto ser canonizada «no fue un acontecimiento común para la Iglesia y mucho menos para el Uruguay». En sus palabras, Goñi presentó a la nueva santa como una mujer que «quiso entregar buena parte de su vida al servicio de nuestro país» y que vivió cabalmente «las virtudes humanas», rasgo esencial de la santidad.
Una vida plena de humanidad y su generosidad
También puso en evidencia el trabajo de la Madre Rubatto con los enfermos, los ancianos y los niños huérfanos que tenían necesidad de educarse: «el gran milagro fue su vida de entrega, su vida plena de humanidad y su generosidad«, insistió Goñi. El diputado destacó así mismo el esfuerzo de quienes trabajaron en el proceso de canonización «para poder tomar conciencia de lo que significa que una persona sea reconocida por una parte importante de la humanidad”, en referencia a su testimonio y legado.
El legado de la Madre Rubatto hoy es preservado por las religiosas que forman parte de la congregación fundada por ella, religiosas que «perseveran en el carisma de la fundadora y en su acción a través de obras concretas«, recordó el diputado.
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Finalmente, a modo de algo que podría se considerado una especie de oración, Goñi dijo: «Santa Francisca Rubatto, que tu audacia, generosidad y entrega nos impulse a todos nosotros a continuar tu obra: de pensar, y sobre todo ocuparnos, en quienes más necesitan (…) Si tu audacia nos impulsa, estamos seguros que podemos cumplir mucho mejor nuestra misión y nuestro compromiso por construir un Uruguay cada vez más humano y más solidario».
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