A través de un video-mensaje dirigido a los participantes del 28.º Congreso Interamericano de Educación Católica, el Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, el cardenal portugués José Tolentino de Mendoça, ha subrayado durante la apertura del evento la preponderancia de la cuestión ecológica en el ámbito educativo, así como sus orígenes, si bien “la Biblia presenta lo que bien podríamos llamar ‘los primeros manifiestos ecológicos’. De manera que, aunque la ecología como tratado tiene un origen relativamente moderno, sin embargo, podemos afirmar que hunde ya sus raíces en el Antiguo Testamento”.
Tres relaciones fundamentales
Para ilustrar esta afirmación el Cardenal recordó que en la narrativa del Génesis “la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales e interconectadas entre sí: la relación con Dios, la relación con el prójimo y la relación con lo creado”.
En esta perspectiva –continuó el purpurado–, “el ser humano ha de servir también a la creación, es decir, que observando sus leyes y respetando el orden establecido, con las capacidades y las habilidades que le otorga su condición de imagen y semejanza de Dios, continúe la obra divina, la preserve y la sostenga, volviéndola cada vez más perfecta y ayudándola siempre a crecer y prosperar, en sana y armónica relación”.
Sin embargo, el Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación no dudó en afirmar que “la creación sufre una degradación a gran escala que es imposible negar y que no debe dejarnos indiferentes, porque de ello depende la supervivencia de la humanidad de hoy y de las generaciones futuras”. “En términos crudos y prácticos: al atentar en contra de la armonía de la creación estamos envenenando nuestra propia especie y volviendo inhospitable nuestra casa común, olvidando que la salud es un proceso sistémico que incluye el bienestar de la naturaleza y del mundo animal”.
“Todo está conectado”
Parafraseando al Papa Francisco en Laudade Deum, Tolentino de Mendoça recuerda que “la pandemia del covid-19 ha constatado la estrecha relación de la vida humana con la de otros seres vivientes y con el medio ambiente. Pero en especial ha confirmado que, lo que ocurre en cualquier lugar del mundo, tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: ‘todo está conectado’ y ‘nadie se salva solo’” (LD n. 19).
De ahí que el cardenal considere que iniciativas como “este Congreso que muy acertadamente han tenido a bien dedicar al tema de la educación para un futuro sostenible”, son necesarias en búsqueda de nuevas prácticas educativas de sostenibilidad, toda vez que “la educación es generadora de esperanza, y el difícil momento histórico de cambios continuos y múltiples crisis por el que estamos atravesando, no será posible afrontarlo sin esperanza”.
No dejarse robar la esperanza, como expresa el Papa Francisco (cf. EG 86), sigue siendo una prioridad. “Así pues, queridos hermanos, con la ayuda de la educación y a través de acciones concretas, unámonos, con esperanza, al camino de reconciliación con el mundo que nos alberga y embellezcámoslo con nuestro propio aporte, el cual es muy valioso y necesario”, concluyó el Card. José Tolentino de Mendoça.
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