Hace un par de semanas, exactamente el 8 de abril, el Dicasterio de la Doctrina de la Fe presentó en el Vaticano el documento «Dignitas infinita sobre la dignidad humana». Ha resultado fuente de inspiración para muchos como venimos viendo.
En este sentido, el Equipo de Comunicación Digital del Seminario Diocesano de Comodoro Rivadavia (Región Patagonia-Comahue) de la provincia de Chubut en la Argentina encontró en el diseño de 10 flyers una manera de resumir para el gran público de qué trata Dignitas Infinita.
Conversamos para ampliar esta iniciativa —tan necesaria como creativa y sólida desde los contenidos— con Agustín Oliver, 21 años, seminarista y miembro de este Equipo que se presenta grupalmente así: “Somos parte del Seminario Patagónico San Pedro y San Pablo. Nos dimos cuenta de que es importante comunicar a los seguidores de las páginas, tanto de Facebook como de Instagram, los documentos del Magisterio del papa Francisco. A veces nos preguntamos si estos escritos tienen la suficiente difusión, con toda la riqueza que tienen para aportar al Pueblo de Dios”.
Dignitas + Anunciación
PREGUNTA: ¿Y entonces…?
RESPUESTA: Coincidiendo con la Solemnidad de la Anunciación del Señor, el pasado 8 de abril, notamos la oportunidad de poder integrar la Declaración Dignitas Infinita a la fecha litúrgica, las imágenes del ángel anunciándole a María sobre el niño que iba a llevar en su vientre nos hizo preguntarnos: ¿no es este el sueño de Dios en todos los niños y niñas en los vientres de sus madres? Pero para que hoy nos podamos preguntar esto, hubo diversos derechos que resguardaron nuestra vida hasta el día de hoy. Y así se nos ocurrió el poder sintetizar el mensaje de Dignitas Infinita, resaltando los enunciados que más nos llamaron la atención, qué creíamos que respondían mejor y de forma clara a las dudas de los cristianos sobre qué pensamos. Sin perder el estilo propio que venimos trabajando este último tiempo como Equipo, quisimos sumar a la Solemnidad que celebrábamos aquel día este documento que recién acababa de salir.
P: Los temas que aborda Dignitas son clave para comprender nuestro ser cristianos, en especial en esos terrenos donde la mundanidad pareciera dominarlo todo.
R: ¿Cómo no darle relevancia a una Declaración que toca los puntos más importantes sobre cuestiones morales del cristianismo que hoy están en duda o ante ellos muchos se presentan como indiferentes? Era necesario poder “abajar” toda la carga textual de la que se compone Dignitas y resumirla en diez flyers que podamos leer todos en cualquier lugar y momento del día.
P: Y ahí se pusieron a trabajar en lo suyo.
R: ¡Sí! Comenzamos por trabajar sobre el texto publicado en la página del Vaticano, lo pasamos a un documento Word, resaltamos aquellas frases que nos parecían que resumían precisamente el tema del que se hablaba. Fuimos armando cada flyer, tratando de seguir la sucesión de títulos y subtítulos de la que se compone Dignitas Infinita, y pensamos en imágenes y fotografías que mejor se identifiquen con el tema que se estaba desarrollando. Nos pareció conveniente poder finalizar todo el resumen con conclusiones que no son las del documento original, pero que sí destacan el pensamiento central de la Iglesia sobre la “igual dignidad de todos los seres humanos” y la importancia eclesial de la dignidad humana en el Concilio Vaticano II.
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Palabra de seminarista
P: Contanos quién sos, Agustín.
R: Mi nombre es Agustín Oliver, soy seminarista de la Patagonia, nací en la “entrada” de esta extensa y admirable región de nuestro país, la ciudad de Bahía Blanca en Argentina. A los doce años, por motivos laborales de mi madre, terminamos en Allen, en la región rionegrina del Alto Valle. Allí comencé a los quince años un proceso de fe, acompañado por el padre Héctor, un sacerdote que ya es parte de mi familia, huella y sostén, muchas veces, en mi camino vocacional. Actualmente estoy transitando el cuarto año de la formación inicial dentro del Seminario Patagónico “San Pedro y San Pablo”, y desde el año pasado formo parte del Equipo de Comunicación Digital de dicha Casa formativa.
Una Iglesia capaz
P: ¿Qué sueño tenés para la Iglesia de este siglo?
R: Sueño con una Iglesia capaz: capaz de escuchar al Otro, con mayúscula, y al otro, que es mi hermano; capaz de compartir la vida, entendiendo que así el Señor se quiso quedar con nosotros y compartir lo más elemental, su propia vida; capaz de salir al encuentro perdiendo sus comodidades y, muchas veces, sus prejuicios; capaz de acompañar aun en las adversidades, entendiéndose Madre y Maestra.
P: ¿Y con qué te gustaría contribuir, cuál sería tu parte en esta construcción?
R: Los medios digitales creo que son una herramienta muy importante, en este momento de la historia, para transmitir la fe de la Iglesia. Contribuir a que el mensaje cristiano se comunique de forma sencilla y clara a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, valorando y promoviendo la buena labor apostólica dentro de las redes sociales.
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