El Dicasterio para la vida consagrada y las sociedades de vida apostólica anunció de manera oficial la expulsión de Luis Fernando Figari a quien se le atribuye la fundación y dirección del Sodalicio de Vida Cristiana, sociedad de vida apostólica fundada en Perú hacia el año 1971 y reconocida por el papa Juan Pablo II en 1997.
Agrupación en la que sucedieron un número indeterminado de abusos sexuales, espirituales, de conciencia y poder que lesionaron a lo largo de varias décadas la dignidad de muchos de sus integrantes que solo hasta el año 2000 iniciaron las denuncias de los hechos delictivos de los que fueron objeto.
Trabajar por la protección
La decisión busca «restablecer la justicia dañada por el comportamiento tenido por el Sr. Luis Fernando Figari Rodrigo a lo largo de muchos años, así mismo para proteger en el futuro el bien individual de los fieles y de la Iglesia», afirma el documento que fue divulgado por la Conferencia Episcopal peruana, dando cumplimiento a la solicitud de la Santa sede.
Mediante un decreto que se atiene a la norma establecida en el canon 746 del código de derecho canónico, el dicasterio vaticano explica que la decisión se fundamenta en la investigación hecha por los obispos Charles Scicluna, secretario Adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la fe y Jordi Bertomeu-Farnós oficial del mismo dicasterio.
Un proceso de indagación que se hizo dentro y fuera de Perú con el objetivo de «comprobar la validez de las acusaciones sobre las responsabilidades de diversa índole atribuidas al fundador Luis Fernando Figari y a muchos otros miembros de la citada sociedad de vida apostólica». Los resultados de las pesquisas suponen para la Iglesia la adopción de una serie de medidas que deben apuntar a la protección y el cuidado del bien de la Iglesia y cada uno de sus fieles.
Libertad para actuar
En este sentido, el documento explica que, en una carta del 6 de agosto del presente año, el Papa Francisco concedió al dicasterio la potestad de decidir sobre la expulsión del sindicado, aclarando que la decisión se presenta por motivos distintos a los explicados en los cánones 695 y 696, pero que en cualquier caso resultan incompatibles e inaceptables para cualquier miembro de instituciones pertenecientes a la Iglesia.
Actualmente, el Sodalicio de vida cristiana cuenta con más de 20 mil seguidores en 25 paises. Está compuesto por laicos consagrados y ministros ordenados que viven en comunidades y adelantan diversas labores de evangelización que son formados bajo las falsas teorías de una ideología ultraconservadora y de corte casi militar.
Algunos casos de abusos cometidos al interior del sodalicio de vida cristiana han sido documentados a través de diferentes medios de comunicación, como es el caso de las columnas escritas por José Enrique Escardó un ex-sodálite que narró su testimonio para la revista Gente o los estudios hechos por los periodistas Carlos Salinas y Paola Ugaz que aparecen descritos en el libro titulado «Mitad monjes, mitad soldados» sobre las acciones inapropiadas en el contexto del trato con los menores de edad que pertenecían al sodalicio y se hallan en total contradicción con el verdadero significado de este tipo de organizaciones.
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Un daño sin repararse
Tras la determinación de la Santa Sede las víctimas del laico consagrado de 77 años piden que sea sometido a la justicia civil. Luis Fernando Figari desapareció de la vida pública en 2010, cinco años después se exilió en Roma, donde a partir de la publicación del decreto de la Santa Sede se espera que las autoridades peruanas actúen con libertad.
Al publicarse la noticia, el sodalicio de vida cristiana emitió un comunicado en el que califican la medida como «un gesto de caridad pastoral, justicia y reconciliación dentro de nuestra comunidad y con todas aquellas personas que han sido afectadas por abusos cometidos por el Sr. Figari». Actitud que agradecen con filial adhesión como parte del camino de renovación que la comunidad viene haciendo desde hace varios años con la orientación y compañía de la Santa Sede.
Igualmente, aclaran que Luis Fernando Figari es el fundador histórico del sodalicio de vida cristiana, pero no es un referente espiritual para la comunidad ni para la familia sodálite en la actualidad. No obstante, el daño cometido a jóvenes en materia espiritual, psicológica, física y sexual está lejos de repararse.
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