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Mons. Jorge Lozano: «María es imagen de la vida de la Iglesia, la comunidad redimida»

El significado de la solemnidad de la Virgen y su actualidad en la vida de los creyentes es el tema que aborda Monseñor Jorge Lozano en su reflexión semanal.

El secretario general del Celam nos recuerda que cada 15 de agosto celebramos la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos; una solemnidad entrañable para los creyentes que nos invita a mirar en ella una aspiración nuestra, la de alcanzar esa unión perfecta con Jesús que mantiene viva nuestra esperanza y nos permite mirar la realidad con otros ojos.

Ella es el anticipo de lo que será nuestra plenitud en la gloria. Es expresión de nuestra vocación más profunda, afirma el prelado al recordar que en ella se realiza la Pascua como un don para toda la humanidad.

En la asunción -explica- «María es imagen de la vida de la Iglesia, de la comunidad redimida y lo que se dice de María se dice de la Iglesia». Por eso, advierte es preciso comprender que la unión profunda entre María y Jesús se inicia con la unidad corporal pero luego se hace plena y total en el amor.

Ella fue la persona más cercana a Jesús en la tierra, pero también en la gloria. Recordando la promesa de Jesús: “donde Yo esté, estará también mi servidor,” en la existencia de su madre esto se cumple sin duda. La Iglesia a imagen de María debe ser evidencia de esa unión con Cristo en cada acto, en cada paso. Para Monseñor Lozano la unión entre María y Jesús se manifiesta en este acontecimiento particular que podemos decir es único.

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Asunción y realidad

La asunción de María a los cielos ha de constituirse en una ocasión para pedirle a ella que nos ayude a construir fraternidad y caminos de diálogo; indica el prelado, porque ante los conflictos que se viven en diferentes países de América Latina y el Caribe, donde los actos de corrupción, la impunidad, los caminos democráticos cerrados, la incertidumbre, la persecución y la cárcel condena a quienes piensan diferente, se hace necesaria nuestra oración y testimonio.

Al respecto, Monseñor Lozano evoca la postura del Celam ante situaciones de vulneración de los derechos en países como Nicaragua. Situaciones dolorosas que para los creyentes han de ser suficiente motivo para orar y actuar. En este sentido recuerda algunos fragmentos de los pronunciamientos oficiales del organismo por esta causa.  Situaciones que han de motivarnos a la reflexión y la oración en la solemnidad de la Asunción de María, porque es necesario asumir el sufrimiento de nuestros hermanos como si fuera propio, porque bien lo recuerda el obispo argentino «el amor no conoce barreras y ni siquiera la distancia lo apaga« en el amor y el sufrimiento somos uno solo.

El asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía.

Acompañamos a nuestros hermanos que por distintos caminos buscan ser voz de los que no tienen voz, para construir un diálogo capaz de trazar un camino de unidad y de paz.”

Invitamos a todos nuestros hermanos y hermanas en América Latina y El Caribe a unirnos en oración por el pueblo nicaragüense, sus líderes, autoridades y la Iglesia ya que ‘cuando un miembro sufre, todos los miembros sufren con él’ 1Cor. 12, 26.”





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