El Sínodo de la Sinodalidad, convocado por el Papa Francisco entre 2021 y 2024, viene dando muchos frutos en distintas partes del mundo. Su mensaje de apertura, escucha y conversión alcanza y toca corazones. Muy importantes resultan la palabra y el testimonio de las madres y padres sinodales, aquellos que estuvieron en el Aula Pablo VI.
Este es el caso de monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja (Argentina) y padre sinodal quien el 7 de noviembre, de vuelta en su país, brindó una conferencia de prensa en el obispado riojano a la que asistieron —además del periodismo local— agentes pastorales que plantearon esas preguntas que muchos de nosotros también nos hemos formulado en nuestras comunidades de servicio y pertenencia en nuestra iglesia del continente.
¿Sobre qué habló monseñor Braida?
El obispo argentino explicó con detalles, desde su experiencia personal, de qué se trató esta Segunda Sesión del Sínodo de la Sinodalidad, qué implicó desde lo organizacional en el Aula Pablo VI y cuáles eran los trabajos que realizaron durante esas intensísimas 3 semanas. Y describió, acompañado de gráficos y fotos, aquellos aspectos más salientes, por ejemplo sentarse en redondo en torno a una mesa en la que todos hablaban la misma lengua y tenían la opción de traducciones simultáneas; considerar que el sínodo «no fue un parlamento, fue un lugar de conversión”; sobre el buen clima que se vivía entre los sinodales dijo marcando el disfrute de una costumbre tan argentina: “había varios argentinos con los que pudimos tomar mate”; al referirse el Documento Final —del que aún no hay una traducción oficial al español realizada por la Secretaría del Sínodo— valoró especialmente los ítems relacionados con la rendición de cuentas y la transparencia en el uso de los recursos económicos y financieros; el beato obispo Angelelli –venerado con tanto cariño en su provincia– como participante del Concilio Vaticano II fue ponderado por monseñor Braida como una gracia de Dios para La Rioja.
Ante uno de los temas que provocó más consultas durante el Sínodo y generó más expectativas, Braida señaló que “el diaconado femenino es un tema abierto sobre el que hay que seguir profundizando”, fue contundente cuando afirmó que “no esperemos un iluminado para aplicar la sinodalidad”. Y dio una opinión que fue muy valorada por la asisitencia a la conferencia de prensa: “los 360 sinodales pudimos aportar algo a las conclusiones”.
Sobre el Documento Final, enumeró sus 5 partes, cada una de ellas comienza con una cita bíblica del encuentro del Resucitado con Pedro, Magdalena, los apóstoles: Parte 1: En el corazón de la Sinodalidad (Fundamentos); Parte 2: En la Barca Juntos (Las Relaciones sinodales); Parte 3: Echad las redes (Los Procesos sinodales); Parte 4: Una pesca abundante (Los Vínculos); y Parte 5: Yo también los envío (La Formación).
Monte Giorgio y Beato Obispo Angelelli
“Como actividad extra sinodal fui a Monte Giorgio, el lugar de donde vinieron los padres de monseñor Angelelli y allí entronizamos una reliquia y compartimos con sus familiares. Fue muy lindo considerando que Angelelli estuvo en el Concilio Vaticano II y quiso ponerlo en práctica en Córdoba y después en esta tierra riojana. Mucho de lo que hoy queremos vivir él lo intentó”, describió con emoción el padre sinodal.
Monseñor Dante hizo mención a varias de las características que aporta la sinodalidad a la vida eclesial: la Vida Plena con la Primacía del Espíritu Santo; el sujeto de la misión es el Pueblo de Dios; el Bautismo como la piedra fundamental de todo el proceso sinodal; todos (todos, todos, todos) participan entendiendo la corresponsabilidad de los actos emprendidos y la variedad de ministerios y carismas; la escucha como punto de partida fundamental y, en el centro, el grito de los pobres junto con el clamor de la Tierra y la Casa Común; dado que se trata de procesos y caminos a transitar, el discernimiento comunitario se detecta como clave en la sinodalidad; en temas del ejercicio de la autoridad la sinodalidad busca dar mayor protagonismo a la mujer y de los laicos en general lo que implica tanto conversión personal como renovación eclesial.
Se detuvo particularmente en un tema en el que la Iglesia muchas veces hace agua y que nuestro Papa Francisco insiste permanentemente: Transparencia y Rendición de cuentas en todo organismo eclesial. Lo económico y financiero entran muchas veces en territorio de crisis y la sinodalidad brinda herramientas para evitar las consecuencias de manejos indeseados en ámbitos eclesiales. Al finalizar iteró sobre dos temas robustos en la propuesta sinodal: la necesidad de la formación de los agentes pastorales y la apertura a la renovación de las estructuras.
Braida sobre los jóvenes
“El anterior Sínodo Ordinario fue el de los Jóvenes, y sigue importando mucho la participación juvenil lo cual es un indicador de que nos está costando escuchar su realidad y despojarnos nosotros de lo que fue nuestra juventud. Debemos escuchar los deseos, los sueños las dificultades del joven concreto de hoy.
”Los jóvenes están muy afectados por muchas cosas nuevas. Uno de los temas que salió en el Sínodo fue las redes sociales, lo que configura la cuestión digital. Hay muchos evangelizadores jóvenes que están en el ambiente digital, influencers católicos que tienen buena conexión con los jóvenes. Ellos estaban representados también en el Sínodo.
”Ellos decían: ‘nosotros nos largamos un poco solos a las redes’. Cuando un joven publica algo hay muchos jóvenes que reaccionan, mandan consultas, plantean problemas en privado, los jóvenes evangelizadores decían que no sabían qué hacer ante esas situaciones.
”De ahí la importancia de que todo joven que esté trabajando en las redes esté conectado con la Iglesia, que camine con otros y que pueda orientar a otros, integrando a otros a una comunidad. Tenemos que aprender a escuchar de un modo más abierto y acompañar los procesos personales de los jóvenes.”
Una conclusión que no es un final
Dijo monseñor Braida al finalizar la conferencia y antes de pedir un aplauso para todos los que hicieron posible ese encuentro con la prensa tan necesario como cercano: “Para mí participar del Sínodo fue una gracia enorme. Detrás de cada uno de los convocados hay un país, un continente, un lugar. Escuchar esas voces fue muy fuerte, al que padece la guerra, al que tiene que migrar. Miro este camino con mucha esperanza. Abrimos espacios de participación, cada bautizado se siente parte de una Iglesia viva, dinámica de la cual soy parte. Eso le trae mucho bien a la sociedad, para que la misión de la Iglesia se desarrolle y para que cada uno podamos vivir plenamente la vida y la felicidad que Dios quiere para todos”.
Reviva la conferencia de prensa completa:
https://www.facebook.com/watch/?v=863682735572237
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