Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, Obispo de Mérida Yucatán y presidente de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), envió un saludo de Navidad, acompañado de buenos deseos y reflexiones profundas sobre el cuidado de la Casa Común.
“Muy queridos hermanos y hermanas de la Remam, les saludo en esta Navidad deseándoles dicha, paz y alegría en el seno de sus familias”, apuntó. Además, animó para que este tiempo de la Navidad sirva para fortalecer los compromisos de fe por la protección del ecosistema, llamado que hizo de manera especial, a quienes integran la red mesoamericana.
La llegada de un Año Jubilar
El prelado hizo mención de la importancia del próximo año, cuando la Iglesia católica vivirá un Año Jubilar y Santo, un tiempo que llama a la conversión. Señaló además que, desde el Antiguo Testamento ya se hablaba que cada 50 años, el Año Jubilar significaba un momento de renovación. Explicó que durante este tiempo se acostumbraba a devolver la tierra a sus dueños originales y observando que “la tierra pertenece al Señor” y que nadie puede ser dueño de la tierra que posee.
En este sentido, recalcó la importancia que este principio sea relevante hoy día, inspirando a todos a reconocer la tierra como un regalo que Dios ha otorgado al hombre, por lo que estamos llamados a proteger y compartir de manera responsable.
Concluyó su mensaje, resaltando que la tierra está puesta en nuestras manos no solo para vivir en ella, sino además para cuidarla y defenderla. “Que el Señor nos fortalezca y nos convierta a todos y que nuestro testimonio sirva para convertir a muchos hermanos y hermanas al servicio de la Casa Común”.
Sobre la Remam
La Red Eclesial Mesoamericana (Remam) tuvo su capítulo fundacional en octubre de 2019 en ciudad de México. Tiene por misión «ser la red que, desde el corazón de la Iglesia está llamada a proteger la vida en plenitud«. Se trata de una expresión de compromiso eclesial en la zona mesoamericana, conformada por los países de México, Guatemala, Honduras, Belice, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Está impulsada por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam). Se ha pronunciado sobre graves problemas que afectan a la región mesoamericana, tales como la minería; la privatización del agua potable; la violencia contra líderes socio ambientales; la vulnerabilidad de las comunidades pesqueras, entre otros pecados contra la ecología integral.
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