Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, arzobispo de Quito y primado del Ecuador, ha suscrito un decálogo a propósito de este cuarto Domingo de Pascua, cuando la Iglesia celebra la 61.ª Jornada mundial de oración por las vocaciones y, por supuesto, se reconoce como el Día de Jesús, el buen pastor.
El prelado recalcó que esta imagen del buen pastor es la que “más caracteriza nuestro oficio”, de allí que en el Evangelio de este día Jesús “se entrega de forma incondicional al cuidado de todo “su rebaño”, rebaño confiado por el Padre”.
“Con este Pastor que cuida de su rebaño, no podemos sentirnos abandonados, olvidados, despreciados o marginados, porque hay alguien, que es el mismo Jesús, pastor bueno, que estará dispuesto a todo, incluso a entregar la vida por el bien de todos”, añadió.
Por ello ha planteado una serie de interrogantes: ¿Qué pastores quieren los fieles para este tiempo? ¿Qué pastores estamos dispuestos a ser? ¿Somos esos buenos pastores constructores de fraternidad y de unidad? ¿Con qué pastores soñamos como Iglesia?
Decálogo del buen pastor
Monseñor Espinoza ha planteado en 10 puntos las respuestas a esas cuestiones que planteó, una dedicatoria a su clero que, por supuesto, es extensible a todas las iglesias particulares del continente:
1.- Sueño con pastores con corazón
Sueño con pastores que aman porque se sienten amados por Dios. Sueño con pastores cercanos, portadores de la ternura de Dios. Pastores misericordiosos, no pastores fríos, alejados, indiferentes al dolor de su pueblo.
2.- Sueño con pastores que estén atentos
A cada una de las personas que les han sido confiadas. Como nos dice claramente Jesús en el Evangelio: “… que conozco a las mías y las mías me conocen”. Pastores que conozcan en profundidad el corazón de sus fieles, conozcan los deseos, las esperanzas, como también los errores y decepciones, las alegrías y tristezas.
3.- Sueño con pastores que sepan acoger y amar
El Papa Francisco, afirma que Jesús Buen Pastor, “…nos acoge y nos ama como somos, con nuestros méritos y nuestros defectos”. El buen pastor debe acoger y a amar, acoger siempre, en todo momento, y esto no resulta fácil, porque el buen pastor ya no tiene tiempo para sí, su tiempo es para los demás, su tiempo es para cuidar al rebaño que tiene que apacentar.
4.- Sueño con pastores que sepan custodiar
Sobre todo, guiar con amor a todos, sobre todo a los más pobres. Sueño con pastores que ayuden “a atravesar los senderos inaccesibles y las rutas a veces peligrosas que se nos presentan en el camino de la vida” (Francisco).
5.- Sueño con pastores que escuchen la voz del Señor
Que sepan escuchar y reconocer esa voz. Sueño con pastores, hombres de oración, en intimidad con el Buen Pastor que los ha llamado a ser sus pastores. Desde esa intimidad y encuentro con Cristo Buen Pastor, podrán enseñar a otros el camino para llegar a Él y para que aprendan a escuchar su voz.
6.- Sueño con pastores proféticos
Que sepan levantar la voz de la justicia, de la verdad y de la libertad. Pastores que no tengan miedo de hablar, que no se prediquen a sí mismos, sino que prediquen al Señor, prediquen su Reino de amor. Pastores en salida hacia los más pobres y descartados.
7.- Sueño con pastores verdaderos constructores de fraternidad
Cuyo centro de vida sea la Eucaristía y desde ella sepan sanar las heridas del que sufre, del que está abandonado, del pobre y desvalido.
8.- Sueño con pastores dispuestos a dar la vida por sus fieles
No quiero pastores asalariados, que busquen únicamente su beneficio o comodidad personal. Como nos dice Jesús, “…el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye”. No debemos ser ese tipo de pastores en nuestra Iglesia que peregrina en Quito.
9.- Sueño con pastores constructores de comunidad
Sueño con pastores alegres, decididos, entusiastas, creativos, Sueño con pastores que sepan ver la realidad, hoy una realidad de violencia y de muerte, de narcotráfico y sicariato, de lágrimas y desilusiones. Ante esa realidad sueño con pastores que sepan discernir, orientar y sembrar aliento y esperanza en el corazón de tantos.
10.- Sueño con pastores que renueven cada día su “sí” al Señor.
Pastores que amen su vocación, que se sientan felices de ser pastores.
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