En esta segunda jornada del Congreso Latinoamericano y Caribeño La Iglesia al servicio de la paz organizado por el Cebitepal, Centro de Formación de Celam, hubo “poliedro” experiencial y conceptual en el sentido cabal de Fratelli Tutti: el todo es mucho más que la suma de las partes.
Los coordinadores del evento, Rosa Inés Floriano y Juan Carlos Guerrero, se congratularon de la jornada vivida ayer ante los saberes y vivencias compartidas, y la belleza de las múltiples herramientas que se pusieron en común desde los diálogos en los paneles y exposiciones.
El día de hoy se vio inmensamente conmovido por el testimonio de Marcela Alvarado, madre salvadoreña de Comunidades eclesiales de base del Bajo Lempa, que está buscando hace más de un año a su hijo detenido desaparecido por las fuerzas de seguridad de su país. Aquí su historia relatada por ella misma:
“Si no hubiera sido por nuestro amigo no estaríamos acá [se refiere a Francisco Bosch]. Como madre no solo voy a representar a mi hijo sino que también a 111 madres dolidas como yo, de nuestro país. Mi hijo es José Dual, tiene 26 años, fue detenido el 18 de abril del 2022. La última vez que vi a mi hijo fue el 17 de abril que llegó a visitarme. Esta es una historia de sufrir para mí, he luchado para demostrar la inocencia de mi hijo. La primera audiencia fue el 3 de mayo. El abogado defensor me dijo que no me podía prometer sacarlo libre: ‘son 360 los que vamos a defender’. Y yo pidiéndole a Dios que mi hijo saliera porque yo a mi hijo le enseñé lo bueno. Al terminar la audiencia el abogado me dijo que mi hijo tendría para 6 meses más adentro. Yo seguí luchando y luchando. Viendo nuestra desesperación, algunos que conocen a mi hijo de chiquito se acercaron a nosotros para acompañarnos en la lucha. Llegó la segunda audiencia y la abogada me anotició de que mi hijo tuvo una audiencia el 21 de septiembre y quedó libre. Para mí fue una alegría. ‘Váyase para el centro penal donde él está recluido’, me dijo la abogada. Y yo me fui. Allá me dijeron que no sabían nada de esto y que mi hijo había sido trasladado a otro penal. Pero no me dieron a mi hijo. El abogado me dio ‘la carta de libertad’ y volví con ella al penal: ‘La jueza ya la envió pero tiene que seguir esperando’. ‘¿Cuánto tiempo tengo que esperar?’ ‘12 o 15 días.’ Pasaron dos meses, tres meses. Me fui a lo de los Derechos Humanos y les conté todo. ‘Seguramente lo han recapturado’, me dijeron allí, ‘vuélvase para su casa, así son las cosas, madre’. Seguí esperando. Esto es un dolor grande porque están saliendo muchos muertos y es una angustia grande no saber si está vivo o está muerto. ¡Porque hay madres a las que les han entregado a sus hijos muertos, sellados! Y les piden que no los abran porque tienen una enfermedad contagiosa. Una madre fue con los de medicina legal, abrieron la caja y el muchacho iba todo golpeado. No se reconocía. Le dijeron que fue torturado y murió por los golpes. Ya voy a cumplir un año de no saber de mi hijo. Él no tiene ningún vínculo con esos criminales. No es tatuado, no fuma, no toma. Con pobrezas, él estudió su kínder hasta noveno, su bachillerato y trabajaba hacía 6 años como tractorista en la cooperativa que fabrica el maíz que reparte el gobierno a algunos pobres, no a todos. Les agradezco que compartan mi dolor de madre. Y como estoy yo, hay muchas madres que no saben de sus hijos. Tenemos fe de que nuestros hijos van a salir con vida”.
Enorme y profunda escucha hubo en la sala y en el Zoom, cuando Marcela abrió su corazón y compartió sus lágrimas.
Humildad, diálogo y vocación para la paz
Otras experiencias dejaron originales enseñanzas. Tal el caso de Thomas Bamat —sociólogo dedicado a Derechos Humanos, especialista en mediación y transformación de conflictos— quien en la primera intervención de la mañana se refirió a la búsqueda de la construcción de paz con actores eclesiales que asumen diferentes roles: protección de víctimas y personas en situaciones de riesgo; monitoreo de derechos humanos o cumplimiento de acuerdos; incidencia tanto pública como privada; educación formal e informal, pedagogía de la no-violencia; cultivar confianza y cooperación entre los ciudadanos; ser puerta de entrada a servicios básicos como la salud.
Sorprendió con el concepto keniano AMANI MASHINANI que en suajili significa “paz en las bases” a partir del cual se trataron conflictos entre etnias en ese país del África oriental cuyas costas son bañadas por el océano Índico. Destacó 3 elementos de este proceso de paz en el cual él mismo participó: el diálogo en fases, compartir rituales importantes y sostener proyectos conjuntos.
En coincidencia absoluta con todos quienes vienen exponiendo en este foro, Bamat puso a la humildad como una condición básica de los mediadores: “La paz no se hace de la noche de la mañana, ser artesanos de paz es una vocación, es responder a las Bienaventuranzas”. Y citó al Papa Francisco: “El diálogo es el oxígeno de la paz”.
Sin memoria “hipotecamos el presente”
Un precioso momento de reflexión se vivió al proyectarse el video en el que el argentino Adolfo Pérez Esquivel —artista plástico, arquitecto, premio Nobel de la Paz 1980— dio su perspectiva sobre la construcción de paz entrevistado por la periodista argentina Romina Ryan:
“Construir la paz es tomar la raíz del Evangelio: lo que dice Jesús ‘mi paz les dejo, mi paz les doy’. El compromiso permanente con el otro o la otra es construir la paz. Pero, ojo: la paz nunca es la ausencia del conflicto, tampoco tiene que ver con la pasividad: es una dinámica permanente de relaciones entre las personas y los pueblos. Es abrir el diálogo, la memoria. La memoria no es para quedarse en el pasado, nos ayuda a iluminar el presente y es en el presente donde construimos la convivencia, el diálogo y la paz. Hoy vivimos en un mundo sacudido por la incertidumbre y las guerras, el hambre —que es la guerra silenciosa—, la pobreza, las desigualdades políticas, sociales, económicas, y cada vez más las fracturas, las divisiones. El Papa Francisco está abriendo permanentemente el diálogo, en lo que él llama ‘la cultura del encuentro’. (…) Derechos humanos y democracia son valores indivisibles y para construir la paz estos valores son imprescindibles. (…) Hay que construir democracias participativas. Hablar de derechos es hablar de los derechos de los pueblos”.
El Panel de Prácticas transformadoras: El valor de la memoria en los procesos de construcción de paz fue moderado por Alberto Barlocci y tuvo cuatro momentos:
–Memoria de la Vicaría de la Solidaridad (Chile) por Guillermo Sandoval, periodista, director del Centro de Gestión del conocimiento de Celam, quien vía zoom desde Buenos Aires definió al nacimiento de ese espacio eclesial en tiempos de dictadura como “una forma heroica de vivir el Evangelio, salvar la vida de muchos y lograr justicia para los más posibles”;
–Salomón Lerner Febres, que fue presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú (2001-2003), vía zoom se refirió a la trascendental labor del organismo que puso luz sobre las atrocidades cometidas por “sendero luminoso” y las fuerzas estatales que protagonizaron el conflicto armado: “nosotros servimos a los derechos de las víctimas y trabajamos en un plan de reparaciones”;
–A través de un video, el cardenal Álvaro Ramazzini, obispo de la diócesis de Huehuetenango (Guatemala), rescató el valor de la memoria para la Iglesia y la sociedad: “Vengo de un país donde hemos vivido durante muchos años —más de 40— un conflicto armado, en realidad fue una guerra. Hubo enemigos que lucharon, cada quien con sus propias razones. La guerra terminó gracias al esfuerzo de muchas personas de buena voluntad —y en esto la Iglesia católica tuvo una participación muy importante— con la firma de los acuerdos de paz que desafortunadamente no se cumplen. Aquellas causas que fueron señaladas por el movimiento guerrillero como decisivas para iniciar las luchas —la pobreza, las injusticias, las deficiencias del Estado para atender las necesidades básicas de la gente, el poder vivir una democracia real y participativa— no se han logrado. Y una de las señales de esto son los cientos de guatemaltecos que buscan irse a los Estados Unidos porque le propio país no les está dando lo que tiene la obligación de darles: trabajo digno, casa digna, comida digna de un ser humano. Los ciudadanos no hemos tenido la fuerza para exigir que esos acuerdos de paz se cumplan. (…) ‘El nuevo nombre de la paz es el desarrollo’ San Juan Pablo VI. (…) Ojalá aprendamos de la historia y que no es con la violencia que se resuelven los problemas sino a través de un diálogo efectivo”.
–Y Nery Estuardo Rodenas Paredes, de Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala, puso en valor los empeños que se llevaron adelante en la Oficina: “se recibieron 6000 testimonios y se creó la figura de los ‘animadores de la reconciliación’”.
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Isabel Aguilar Umaña, Asesora Regional en construcción de paz y asesora de Catholic Relief Services (CRS), tomó el tema Iglesia constructora de paz. Enunció 6 razones prácticas para construir la paz y el preponderante rol de la Iglesia en ellas: legitimidad y credibilidad; carácter ubicuo; ejercicio de roles diversos; poder e influencia; la paz en el corazón de la Iglesia; sinodalidad.
El segundo panel, moderado por el Padre Carlos Arboleda, dio lugar a dos intervenciones:
- Mediaciones desde un movimiento eclesial, Gianni La Bella, portavoz de la Comunidad de San Egidio América Latina, vía zoom: “La guerra es la madre de todas las pobrezas, es el rostro histórico del mal. La población civil es la primera víctima de los bandos opuestos. Con la guerra Ucrania-Rusia estamos atravesando una cresta apocalíptica de la historia. En San Egidio nuestro compromiso con la paz es una prolongación de nuestro trabajo con los pobres. Nos inspiramos en el principio de San Juan XXIII ‘buscar lo que une y dejar lo que divide’”.
- Cuando las CEB’s son protagonistas de derechos humanos y tejido comunitario comprometido en la voz de José Luis Cornejo y la ya citada Marcela Alvarado Guzmán, ambos representantes de Comunidades Eclesiales de base CEB’s
La tarde de este segundo día de Congreso contó con la exposición sobre Signos de Integración Latinoamericana: superando conflictos de Adalid Contreras, Especialista en estudios latinoamericanos, sociólogo, comunicólogo e internacionalista boliviano; y un tercer Panel de Prácticas transformadoras, moderado por Leidy Vargas, sobre La transformación en el tejido social hispano en Estados Unidos y cuatro intervenciones:
- Rafael Gude —antropólogo especializado en tramas sociales por la paz, consultor de Religiones por la Paz e investigador del Proyecto de Cambio Social y Estudios Transgresores del John Jay College of Criminal Justice, CUNY— sobre Inclusión social desde abajo: Las pandillas callejeras;
- Elisabeth Román —presidenta del Consejo Nacional Católico Ministerio Hispano, en EEUU— sobre Empoderamiento de los migrantes como forma de resolución de conflictos y justicia restaurativa;
- Juan F. Soto —Director de Organización de la Red Nacional de Gamaliel— y la importancia de la Justicia restaurativa;
- y Cecilia Suárez —del Catholic Relief Services (CRS) USA-México—sobre la Generación de redes para la transformación de conflictos.
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La Dra. Susana Nuin, directora del Cebitepal, se expresó felicísima por los frutos que ya se están viendo en este entramado de paz para todo el continente: “Este Congreso constituye un gran logro, la profunda articulación teoría-praxis, los presentes son muy representativos del largo trabajo en importantes instituciones. Estamos viendo una Iglesia que se percibe abierta, dialogante y autocrítica”.
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Mañana seguiremos reportando desde ADN Celam el tercer y último día de este Congreso.
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