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Diplomado del Cuidado y Protección de Niñas/os, Adolescentes y Personas Vulnerables. Un trabajo en red donde la mirada esté puesta en las victimas

Este martes 2 de julio, en la capital colombiana se dio inicio a la fase presencial del Diplomado de Cuidado y Protección de Niñas/os, Adolescentes y Personas Vulnerables, organizado por la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), a través del Cebitepal.

Un espacio de formación que inició el pasado 03 de junio de manera hibrida y se extenderá hasta el 31 de octubre de 2024, donde participan 28 personas de 12 países entre ellos: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y España.

Monseñor Lizardo Estrada Herrera, secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), como anfitrión de la casa saludo a los asistentes y señaló que este espacio muestra el compromiso conjunto de las dos instituciones de promover el respeto por la dignidad humana con miras a buscar formas efectivas de proteger y cuidar a los más vulnerables.

Combatir el fenómeno criminal del abuso

“Ustedes, estudiantes están aquí luego de superar una cautelosa selección y les damos la bienvenida como a futuros misioneros que trabajarán en la primera línea con las personas que han sido víctimas y han sufrido abusos”, anotó.

Monseñor recordó que el Papa Francisco pide combatir el fenómeno criminal del abuso y que para ello se hace necesario cambiar la mentalidad, remarcando a la Iglesia el imperativo de escuchar, tutelar, proteger y cuidar.

Por tanto, subrayó el obispo, que con este itinerario “reconocemos que respetar la dignidad humana de todos los que son vulnerables es una misión desafiante que requiere, entre otros recursos, de la sólida preparación académica y de la formación espiritual que nos permitan asumir una espiritualidad del cuidado en espacios preservados, seguros, como también sagrados”.

En este sentido, expuso a los estudiantes que una vez se les ofrezca todos los recursos puestos a su disposición, deberán alcanzar una sólida experiencia de aprendizaje y pautar criterios comunes que refuercen los vínculos personales y se tejan redes de cooperación.

Ser guardianes de lo humano

Igualmente, intervino la religiosa Liliana Franco, presidenta de la Clar, quien acertó en decir que, cuidar de la dignidad humana y del bien común debe ser el horizonte que inspire y anime la vida de todo cristiano. observó que, todos fieles a la identidad cristiana han de ser como el Samaritano y convertirse en “guardianes de lo humano”, donde se cuide y respete la vida de manera especial el cuidado por los más frágiles.

No hay treguas, la misión es el cuidado, ser y situarnos como artesanos del cuidado y eso tiene consecuencias. Asumir las consecuencias de esa misión encomendada supondrá desacomodarnos, que nos acerquemos hasta la otra orilla, hasta la acera del frente, que nos sintamos convocados a esa permanente cuida de él”

La religiosa insistió con vehemencia que, la opción por el cuidado debe conducir a abrir los ojos para percibir todo tipo de abuso, todo lo que denigre la dignidad humana y vulnere los derechos y las posibilidades de los demás.

“Las heridas que las múltiples formas del abuso le causan al pueblo de Dios, hacen también que brille con mayor fuerza la valentía evangélica de quienes se atreven a denunciar y a cuestionar esas estructuras y políticas que atentan contra la ética cristiana”, advirtió.

 

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Artesanos del cuidado y asumir un compromiso

Por tanto, subrayó, “ustedes emprenden esta semana un itinerario que los ubica como artesanos del cuidado” y aseguró en ese sentido, que les hará bien recordar, que en todo ejercicio de auténtico cuidado hay una opción por dar la vida, “por desvelarse, por poner creativamente todos los medios que ayuden que del otro surja la belleza, la posibilidad y la plenitud”.

Les recordó, además, el compromiso que asumen del anuncio y la denuncia, el acompañamiento y la restauración, la escucha y la reparación. Advirtiendo que los presentes en este diplomado, están invitados a traducir su propia experiencia en la salvación y en un ejercicio continuo, intencionado y creativo del cuidado, en el cual aparezcan explícitos el rostro, las opciones de Jesús y los valores del Evangelio.

Al concluir su mensaje, la religiosa observó que “el cuidado produce transformación y acontece cuando la decisión es servir con otros en la experiencia de ser comunidad, cuando se persevera en la oración, en la esperanza y no se desfallece en el compromiso hasta ver que la vida y lo humano alcanza plenitud”.

Consolidación de equipos de cuidado y protección

Por su parte, el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), durante la Jornada recordó el pedido que el Papa Francisco hizo a las directivas de la Institución durante su visita del año pasado al Vaticano. Allí, les recordó la misión de acompañar y apoyar en esta tarea del cuidado y la protección de menores y personas vulnerables a las Conferencias Episcopales, con acciones como la consolidación de equipos de cuidado y protección.

Al respecto, expresó la preocupación del Papa frente a este tema, según detalló, fue un pedido que también hizo el Pontífice a la presidencia anterior del Celam de acompañar y apoyar a las conferencias de una manera particular porque es la misión de la institución, en todo el tema de la consolidación de los equipos de cuidado y protección de la cultura del cuidado. En esa ocasión les dijo: “Un solo caso en la Iglesia ya amerita que hagamos todo el esfuerzo para prevenir, para acompañar y reparar”.

Frente a esta solicitud, el ejecutivo indicó que el Celam en los últimos años ha ido creciendo en esta misión realizada con las Conferencias Episcopales. Advirtiendo que inclusive en algunas ya sus miembros han manifestado cansando, a lo que comunicó, se requiere ir relevando los miembros de estas comisiones e ir involucrando más personas al proceso. Así también dijo que, otros episcopados andan en procesos muy lentos donde ni siquiera han logrado conformar estos equipos, lo cual insistió se debe seguir acompañándolos para involucrarlos más.

Fortalecer la red de cooperación

Al insistir en la importancia de trabajar en red, compartió la experiencia de un encuentro que se realizó en Chile, a partir de una iniciativa presentada en su momento por el episcopado de este país, esta, recordó, se realizó gracias al apoyo de monseñor Ricardo Morales, presidente de la Comisión Episcopal de la Cultura del Cuidado y la Prevención.

Fruto de ese encuentro, observó, se consolidó la red latinoamericana de la cultura del cuidado, que ha ido avanzando en fortalecerse. Informó además que, para el mes de septiembre de 2024, se reunirán de manera presencial en la sede del Celam, representantes enviados por las Conferencias Episcopales.

Finalmente, reiteró su agradecimiento a los estudiantes deseándoles que “este diplomado se convierta en un camino, que, aunque a veces parezca un poco arduo y difícil, se lleve siempre “preservando y cuidando que nuestra mirada sea desde las víctimas, no es un diplomado para tratar de preservar la imagen de la Iglesia, sino para tener nuestra mirada puesta desde las víctimas, de poder también acompañarlas cuando esos casos han ocurrido y llegar inclusive a la reparación”.

 

 

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