El pasado 23 de abril, mientras se clausuraba el III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Doctrina Social de la Iglesia, en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), en Bogotá (Colombia), el Card. Michael Czerny celebraba la Eucaristía dominical en la parroquia San Juan Diego, ubicada en el último barrio de la periferia nororiental de la ciudad, en el barrio El Codito.
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No es suficiente con reflexionar sobre la Doctrina Social de la Iglesia, también es necesario vivirla. En este sentido, antes de iniciar la celebración, en la que particparon aproximadamente 150 personas –muchas de ellas empleadas en construcción o en actividades de limpieza doméstica–, el Prefecto para el Servicio del Desarrollo Humano Integral manifestaba su alegría al constatar el interés de tantos latinoamericanos por profundizar los cuatro sueños del Papa Francisco en la exhortación postsinodal Querida Amazonía –sueño social, sueño cultural, sueño ecológico y sueño eclesial–, pero también añadía que “vamos a vivir un momento de fe, esperanza y caridad, es decir, vamos a vivir no la doctrina sino la vida social de la Iglesia”.
Comunidad de la Parroquia San Juan Diego, en la periferia de Bogotá, con el Card. Czerny.
El mandato de escuchar
Para asumir la “vida social de la Iglesia” también es necesario escuchar la realidad sin miedo. En este sentido, en su homilía, a propósito del pasaje evangélico de los discípulos de Emaús, el Card. Czerny recordó que “toda la Escritura está atravesada por el mandato de escuchar: es gracias a la escucha que entramos en la vida de Dios, más aún, permitimos que Dios entre en nuestra vida”, dijo.
Asimismo, “es escuchando al Maestro como nuestro corazón vuelve a arder, como testimonian los dos discípulos de Emaús”, continuó el purpurado, reconociendo que “el Jesús del que nos habla los Evangelios (…) no es un personaje del pasado, sino una persona presente aquí y ahora, es Dios con nosotros, siempre”.
Cuando encontramos “en el rostro del otro, a un hermano que Dios ha puesto a nuestro lado como compañero de viaje”, experimentamos la experiencia pascual del Resucitado, concluyó.
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Alegría de la comunidad por la visita del Card. Czerny a la parroquia San Juan Diego, en la periferia nororiental de Bogotá.
Compartir la fe y la vida
Compartir y celebrar la vida y la fe con los habitantes de las periferias, fue una de las experiencias más significativas del paso del Card. Czerny por Bogotá. Al tiempo que participó en el III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Doctrina Social de la Iglesia, visitó dos barrios periféricos: Altos de Cazucá, en la Diócesis de Soacha, y El Codito, en el nororiente de la capital de Colombia, para escuchar al Pueblo de Dios, para conocer de cerca los desafíos de la Iglesia y de sus habitantes, y para llevar un mensaje de esperanza, transmitiendo la cercanía del Obispo de Roma.
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“Les pido que no se olviden de rezar por el Papa Francisco”, solicitó el Card. Czerny a los feligreses de la Parroquia San Juan Diego. Por su parte, Hilda Camargo, quien participaba en la eucaristía, como lo hace cada domingo, manifestó que “no olvidaré este día, porque el Cardenal nos ha traído el cariño del Papa, y nos enseña que nosotros los pobres somos importantes para Dios”.
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