La Coordinación Nacional de Laicos del Paraguay se reunió los días 25 y 26 de marzo en Caacupé. Un encuentro que tuvo como punto de partida el hecho de que “como discípulos misioneros estamos llamados a ser instrumentos del Espíritu de Dios, para que Jesucristo sea seguido, amado, adorado y anunciado a todos. En el Santuario nacional se hicieron presentes laicos de las diócesis, movimientos, grupos y comunidades eclesiales, a quienes acompañaron el obispo de Caacupé Mons. Ricardo Valenzuela, el obispo responsable de la Pastoral de laicos Mons. Celestino Ocampo y el asesor diocesano Pbro. Heriberto Fernández.
Identidad, espiritualidad, misión y apostolado de los laicos
Un encuentro marcado por la alegría, en el marco del Año del Laicado, siendo los temas centrales “Identidad, espiritualidad, misión y apostolado de los laicos” y el mensaje del Papa Francisco sobre “La corresponsabilidad de los laicos en la Misión”, con la reflexión guiada de los laicos Genaro Fernández, Eudelio Cardozo y Mons. Celestino Ocampo.
En el encuentro se destacó que “desde la identidad bautismal el laico asume el compromiso de ser cristiano auténtico, para que en cada realidad social, política, económica, eclesial … pueda encarnar valores y destacar virtudes que contribuyen a la comunión, al diálogo, a la participación”. Del mismo modo , también se insistió en que es compromiso de todos los laicos, la instauración del “Reino de Dios y su justicia,” en nuestra sociedad siendo “sal y luz” de la tierra, “testigos del Evangelio”, siendo samaritanos compasivos en nuestro tiempo y en nuestra cultura para la transformación eclesial y social.
Las obras de los laicos en el orden temporal
Dado que los laicos son llamados a contribuir a la santificación del mundo, se reflexionó sobre las obras de los laicos en el orden temporal. Entre otros elementos se destacó la promoción de la persona y de la dignidad humana, la igualdad entre sí; la defensa y promoción de la libertad religiosa, la de conciencia y la libertad de cultos; comprometerse en la vida política y en el desarrollo económico y social; unir sus esfuerzos por restablecer la paz en el mundo y contribuir al desarrollo de la cultura humana.
Siguiendo la metodología de la conversación espiritual, utilizada en la Etapa Continental del Sínodo 2021-2024, se dialogó sobre el “Cómo damos testimonio de vida en los diferentes ambientes que frecuentamos en el trabajo o ambiente laboral, educativo, familiar, en cuanto a la salud, la distribución y tenencia de la tierra y sistema habitacional”. Y junto con ello sobre “cómo ser profeta, sacerdote y rey en el contexto de hoy y a qué nos sentimos llamados”.
Desde la escucha de las experiencias vividas, se departió sobre la vida coherente, cómo asumir el compromiso y honrarlo, anunciar y denunciar, y sobre el formarse para el servicio, poner a disposición nuestros talentos.
Dar testimonio en todos los ámbitos
El laicado paraguayo incidió en que por el Bautismo nos incorporamos a Cristo para dar testimonio de Él siendo sacerdotes, profetas y reyes en los diferentes ambientes, empezando en la propia familia, para proyectarse en la sociedad como buen ciudadano, desde la solidaridad para sobrellevar situaciones como de la pandemia, dejar de ser tibios e involucrarnos en las iniciativas sociales para ayudar a los desposeídos (indígenas, campesinos, etc.), luchar contra el sistema corrupto de la distribución de tierras, y otras situaciones que atentan contra la vida del reino, como el aborto y la eutanasia. Todo ello caminando juntos.
También, desde la reflexión del Papa Francisco, reflexionaron sobre el fenómeno de los laicos clericalizados, haciendo un llamado a abrir el corazón para dejar entrar a Jesús, a ser Iglesia docente e Iglesia dicente, a asumir que todos estamos para enseñar y para aprender, que es necesario la guía de los sacerdotes para llegar a los diferentes.
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El encuentro fue clausurado con una Eucaristía, en la que Mons. Celestino Ocampo invitó a los laicos a dar testimonio y coherencia de vida en los diferentes ámbitos, a dejarse interpelar por la Palabra de Dios, no ser cómplices de las injusticias y de la corrupción; a anunciar a Cristo siendo misericordiosos con los más vulnerables, a vivir santamente la semana santa. Igualmente hizo ver que se comparte para la reflexión personal al ver la Cruz, afirmando que Jesús nos pregunta a cada uno, ¿por quién o por quiénes vale la pena entregar la vida? ¿cómo podríamos concretar en la actualidad, la expresión “amar hasta el extremo?”.
Con informaciones de la Coordinación Nacional de Laicos de Paraguay.
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