“Celebrar el Día del Niño por Nacer es reconocer y honrar esta imagen divina en cada vida que comienza su camino en el seno materno”. Así ha suscrito un comunicado la Comisión de familia, infancia, vida y bioética de la Conferencia Episcopal de Perú este 25 de marzo, fecha emblemática por los no nacidos, conmemorada en todo el mundo.
Al respecto, han recordado que la Iglesia, a lo largo de los siglos, ha defendido “la inviolabilidad de la vida humana desde la concepción”, de hecho, el catecismo de la Iglesia católica “nos enseña en el párrafo 2270 que “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción”.
Señalaron que el respeto por la vida parte de “la comprensión de que cada ser humano es amado y conocido por Dios incluso antes de su nacimiento” y advirtieron que “en la sociedad actual, el flagelo del aborto se presenta como una amenaza directa a la vida de los más vulnerables”.
La maldad del aborto
La Iglesia condena enérgicamente el aborto como “nos decía con claridad San Juan Pablo II en la Evangelium Vitae: «La vida es siempre un bien. Este es un hecho evidente, aunque no todos lo acepten”.
La maldad del aborto tiene su origen en “la negación del valor intrínseco de la vida de todo ser humano, y en la interrupción de la obra creadora de Dios”, por ende, al denunciar el aborto, “no solo expresamos nuestra posición desde la fe, sino que también nos unimos a la defensa de los derechos más básicos e inalienables”.
Han argumentado que “la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce el derecho a la vida como el primero y más fundamental de todos”, por lo que abogan por el respeto de “este derecho inherente a cada ser humano desde la concepción hasta su fin natural”.
Abogar por la vida
El Día del Niño por Nacer “nos llama a ser voz de los que no tienen voz, defensores de los indefensos”, por eso, la cultura de la muerte, promotora del aborto, contrasta directamente con los valores cristianos.
De hecho, la encíclica Evangelium Vitae – de san Juan Pablo II – señala que “la elección deliberada de destruir una vida humana inocente es siempre moralmente mala y nunca puede ser lícita.
Por tanto, “abogar por la vida es abogar por la justicia y la compasión”. En medio de las controversias y presiones sociales, echan mano de las palabras del Papa Francisco, quien insta “a ser defensores decididos de la vida y a rechazar la cultura del descarte”.
“Celebrar el Día del Niño por Nacer es comprometerse a construir una cultura de la vida donde cada persona, sin importar su fase de desarrollo, sea respetada, amada y protegida”, añadieron.
En medio de este contexto, el Santo Padre “nos recuerda que son las instituciones, sociales y políticas, las que tienen el deber fundamental de proteger y promover la dignidad de todo ser humano, ofreciendo a las mujeres, portadoras de vida, las condiciones necesarias para poder acoger el don de la vida y asegurar a sus hijos una existencia digna”.
En definitiva, este 25 marzo “nuestra fe se traduzca en acción, en la defensa activa de la vida humana” al estilo de Jesús, por consiguiente, “inspiremos cambios significativos en la sociedad, recordando siempre que la vida es un don divino que debe ser resguardado y valorado”.
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