La Iglesia de Manaos acogerá del 5 al 17 de enero de 2023 la I Experiencia Vocacional Misionera Nacional, que contará con la presencia de cerca de 300 personas de los 19 regionales en que se divide la Iglesia de Brasil, entre seminaristas, formadores, obispos, religiosas y jóvenes vinculados a la Juventud Misionera. Se trata de una iniciativa que involucra a diversos organismos de la Iglesia (Obras Misionales Pontificias, Pontificia Unión Misional, Juventud Misionera, Consejos Misioneros de Seminaristas, Organización de Seminarios de Brasil) y se inscribe en la dinámica del III Año Vocacional.
Misión en la vida de los futuros presbíteros
«La experiencia misionera fue concebida a partir de la organización de los consejos misioneros de seminaristas en Brasil y espera ser una animación misionera con este nuevo estilo de trabajo pastoral que tiene como eje central la misión para todos aquellos que serán los futuros presbíteros de la Iglesia en Brasil, y al mismo tiempo quiere ser una integración de la realidad misionera de la Iglesia en Brasil», según el diácono Mateus Marques, que forma parte del equipo de coordinación.
Es una experiencia que sigue la reflexión del IV Congreso Misionero Nacional de Seminaristas, «donde se discutió la cuestión de la misión, se discutió la cuestión particular de la misión ad gentes, pero también se discutió la cuestión del paradigma de la misión relacionado con el proceso de formación presbiteral», recuerda el P. Zenildo Lima. Según el Rector del Seminario São José de Manaos, donde se forman los futuros sacerdotes de las 9 iglesias locales que forman parte del Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), «en aquella ocasión, especialmente por parte de los propios formandos, hubo una voluntad, cuando no un desafío, para que este dinamismo misionero no fuera simplemente un añadido, sino un punto de referencia orientador de la formación presbiteral«.
Se busca que estas iniciativas de carácter misionero «sean de hecho oportunidades para que el formando asimile que su identidad, incluso como sacerdote diocesano, incluso como incardinado en una Iglesia local, es la de un hombre servidor de la Iglesia, servidor de la misión, que tiene como horizonte el Reino de Dios«, subrayó el padre Zenildo. Recordando la Conferencia de Aparecida, subraya que «la misión se convierte en paradigma de la formación sacerdotal”.
Conocer la eclesialidad en la Amazonía
Una experiencia que tiene lugar en la región amazónica, y que nos debe llevar a reflexionar sobre el hecho de que «desde el Sínodo de Amazonía en 2019, de hecho, en todo el proceso de construcción del Sínodo, los ojos se vuelven hacia nosotros, no sólo como un espacio, un entorno y una realidad de muchas llamadas misioneras», dice el rector del Seminario San José. En este punto insiste en que «también es bueno reconocer que aquí hay una eclesialidad, una identidad eclesial muy cercana a esa perspectiva de la Evangelii Gaudium«.
Por lo tanto, «elegir la Amazonía para esta experiencia no es sólo por las necesidades evangelizadoras de este lugar, sino también por la riqueza de esta identidad eclesial, eclesiológica, que puede ser compartida con otras perspectivas que los formandos tienen de las experiencias de sus Iglesias locales», según el padre Zenildo. Subraya que los participantes en la experiencia misionera, «vienen aquí para esta experiencia misionera, que es siempre un anuncio, pero también vienen aquí para una experiencia de encuentro y de enriquecimiento eclesial».
Encontrarse con esta realidad eclesial
Esta dimensión también es destacada por el diácono Mateus, que afirma que «hay un espíritu de la Iglesia en la Amazonía que está muy ligado a este estilo de la sinodalidad, del encuentro y del compartir, que creo que es una experiencia vivida por las comunidades». En esta perspectiva, subraya que «los seminaristas encontrarán aquí esta manera de ser, esta eclesiología muy propia de la región, que supone compartir, dialogar y escuchar en las comunidades». Por eso insiste en que «puede ser que alguien venga con la idea y el interés de entregar algo, pero creo que será encontrado por la realidad de la Iglesia en la Amazonía«.
La experiencia misionera tendrá lugar en las comunidades de las áreas misioneras, un claro ejemplo de sinodalidad, de ministerialidad, de una Iglesia con rostro laico y femenino. En este sentido, el rector del Seminario San José insiste en que «hay que reconstruir la formación sacerdotal en clave de sinodalidad, una formación que cuente con la participación de otros sujetos». Según él, «pensar en una formación sacerdotal sinodal es pensar en formar sacerdotes como hombres de diálogo y como hombres de una ministerialidad que se inserta en el cuerpo ministerial de la Iglesia, no pequeños monarcas, sino ministros que participan en el servicio de la Iglesia, que se desarrolla también desde otros ministerios, como los de los cristianos laicos y laicas».
Comunidades eclesiales con otro dinamismo
Esto significó que «la elección de los lugares aquí fue en primer lugar para tratar de acercarnos a nuestra realidad en las comunidades ribereñas y en las periferias, pero también para encontrarnos con estas comunidades eclesiales que tienen otro dinamismo, y entre este dinamismo está la cuestión del protagonismo de los laicos. Para que el presbítero se forme como un hombre cuyo ministerio será un ministerio de articulación del cuerpo ministerial de la Iglesia«, enfatiza el Padre Zenildo Lima. Recuerda lo que se reflexionó en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, «la superación de esta herida del clericalismo que ha ido avanzando en la Iglesia». Por eso, «experiencias como ésta, de este contacto, de este encuentro y de esta acogida de la riqueza ministerial de la Iglesia es una herramienta muy importante», subrayó.
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Una experiencia que puede abrir la perspectiva de que «los que hoy son seminaristas puedan colaborar en la misión de la Iglesia en Amazonía en el futuro», según el diácono Mateus. Afirmó que «puede ser un indicio de una forma de ser Iglesia también en sus realidades. Más que una forma de atraer misioneros aquí, exportar la forma en que la Iglesia está organizada, la forma en que la Iglesia está presente en la región amazónica«. Él dice que «es cierto que muchos están ansiosos por no saber nada de la región, muy preocupados por lo que van a encontrar aquí, pero creo que en esta dinámica de su presencia aquí para el futuro, creo que el camino de la Iglesia en la Amazonía será un poco más presente en la Iglesia en Brasil como un todo», concluye el miembro del Equipo de Coordinación.
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