La celebración de la Fiesta de San Cayetano, una de las más tradicionales de Argentina, que se celebra el próximo 7 de agosto, a quien los argentinos piden “paz, pan y trabajo”, ha llevado a los obispos del país a pronunciarse sobre la realidad que vive el país.
Derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos
El mensaje, firmado por la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina, señala que “pedir por el trabajo es pedir que todos los trabajadores y trabajadoras tengan derecho a vivir dignamente del fruto de sus esfuerzos cotidianos y a desplegar sus potencialidades y talentos para aportar al crecimiento de nuestra Patria”. Por eso se preguntan: “¿Cómo no pedir a San Cayetano que todos los varones y las mujeres de buena voluntad puedan vivir dignamente del fruto de su trabajo?”.
En relación con la súplica por el pan de cada día, el texto se refiere “al pan que alimenta nuestra vida y que diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria”. Eso también lleva a los obispos a preguntar: “¿Cómo no pensar en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores, en los adultos mayores que no pueden comprar sus medicamentos, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes?”
Citando la letra de una canción, que dice que “no es posible morirse de hambre en esta tierra bendita del pan”, el mensaje señala que “el pan que se pide para todos, el que se logra con el propio trabajo, es un clamor de justicia”.
El pan se comparte
La presidencia del episcopado argentino pide “también el pan de la fraternidad, porque el pan no se come en soledad, se comparte en la mesa de familia, en comunidad”, insistiendo en “¡Cuánto necesitamos este pan en una sociedad agrietada y enfrentada donde no acabamos de entender que ‘nadie se salva solo’ y parece imposible generar proyectos comunes, donde la verdadera brecha se agiganta cada vez más en relación a los últimos, a los que padecen la pobreza y peor aún la indigencia!”.
Ante esa realidad insisten en “¡Cuánto bien nos haría dialogar y compartir el pan de las ideas y de las prácticas que construyan una fraternidad política, para pensar prioritariamente en quienes más sufren esta crisis y para buscar soluciones honestas y realistas que prescindan del uso clientelar de la necesidad de la gente! Se necesita más que nunca en los políticos un ejercicio de la responsabilidad que vaya más allá de los propios intereses. Así aparecerá en nuestro horizonte la paz y la amistad social, que también están incluidas en ese pedido sencillo y a la vez esencial de “paz, pan y trabajo”.
Buscar soluciones viables
Analizando la situación del país, los obispos señalan que “en estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos – políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.- dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco: ‘La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos’”.
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Finalmente, convocan “a todo el Pueblo de Dios a unirnos en oración por nuestra Patria, para que seamos capaces de responder con responsabilidad a las exigencias de este momento difícil”. También piden “a la Madre de Luján que nos impulse a trabajar juntos para que el pan cotidiano no falte en nuestras mesas argentinas”.
CEA. San Cayetano 2022. 300822
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