Los obispos chilenos han elaborado algunos elementos para el discernimiento ante la propuesta constitucional que está siendo discutida en el país. En 35 puntos reflexionan sobre un proyecto que será votado el próximo 4 de septiembre, nacido de la crisis vivida en 2019.
Discernimiento informado y voto en conciencia
El texto episcopal comienza haciendo un discernimiento informado y voto en conciencia, destacando que “el texto propuesto no ha concitado una aceptación amplia y transversal”. Como obispos ofrecen “orientaciones para iluminar desde la Palabra de Dios la conciencia de todos, especialmente de quienes profesan la fe cristiana”.
En un segundo punto se hace una valoración ético-social de la propuesta constitucional, para desde ahí desarrollar brevemente temas esenciales, con la finalidad de contribuir al discernimiento. Los obispos analizan el valor de la vida humana, interrupción del embarazo y muerte digna, así como lo que hace referencia a los derechos sociales, medioambiente, rol del Estado y subsidiariedad, llamando a “situarlos al interior de un sueño compartido de fraternidad, y no desde una mirada individualista”.
Importancia de la familia
En relación con la plurinacionalidad y pueblos indígenas, llaman, desde la enseñanza social de la Iglesia, a reconocer los derechos de estos pueblos. Sobre la familia, educación de los hijos e ideología de género, definen a la familia como “un valor esencial no solo para la Iglesia, sino para toda la sociedad”, llamando a protegerla y haciendo ver que “una de las responsabilidades esenciales de la familia es la educación de los hijos, un derecho y un deber insustituible e inalienable, que no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros”.
En el campo de la educación, critican el “desigual trato constitucional a la educación particular subvencionada”, pues en la propuesta constitucional “hay un silencio manifiesto en el proyecto de texto constitucional respecto de la educación particular subvencionada, que también tiene una función pública evidente”. También se aborda la cuestión de la libertad religiosa, considerada como “un derecho fundamental, inscrito en la naturaleza humana que no debe ser ni obstaculizado ni coaccionado en su ejercicio”.
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En un llamado final, hacen ver la necesidad de, después del 4 de septiembre, seguir “buscando un desarrollo cada vez más humano e integral para todos”, para lo que “es esencial crecer en diálogo y amistad social, forjando una cultura del encuentro que esté animada por un sueño de fraternidad común”.
Los Obispos de Chile frente a la propuesta constitucional. Final 22.07.22
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