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¿Quiénes son los garífunas y por qué realizarán una Asamblea Eclesial?

La historia de los garífunas empieza en las costas de África Occidental, cuando los gobiernos europeos tenían ya muy bien organizado el comercio de esclavos.

En uno de los viajes de los barcos negreros en  1635 naufragaron dos de estos frente a las costas de la pequeña isla de San Vicente, en el arco que forman las Antillas Menores.

La historia de aquellos africanos, que venían a ser esclavos  de otras islas del Caribe, cambió inesperadamente.

En San Vicente, isla que se disputaban Francia e Inglaterra, vivían los caribes rojos, pueblo surgido del cruce de los indígenas caribes, habitantes originarios y los indígenas Arawakas llegados de América del Sur.

Estos  acogieron y convivieron con   los  africanos  sobrevivientes de aquel naufragio. De  ese mestizaje surgieron   los antepasados de los garífunas, arrancados violentamente de sus   territorios.

En la “Isla de  San Vicente” tras  revelarse ante las injusticias  del  abuso a su dignidad,  destrucción de sus  viviendas y la muerte de sus seres queridos, fueron encarcelados en  una isla desierta de  Balliceaux por 6 meses en 1796, donde  vivieron la peor ignominia de su historia.

Más de la mitad murió  de hambre, sed, enfermedad, pestes y otras inclemencias de la naturaleza ya que  ese lugar no era apropiado para la supervivencia ni animal, ni humana.

Los Garífunas al ver que esta situación inhóspita e inhumana acabaría con su generación, decidieron salir de la muerte en busca de la vida, así fue como lograron llegar a Roatán,  Honduras, el 12 de abril de 1797. Desde allí poco a poco fueron dispersándose por todo Centro y  Norte América.

Sobre la cultura garífuna

El pueblo Garífuna es una cultura ancestral que tiene su origen en la unión de tres culturas:  africana, Arawak y caribes.

Tiene su propia lengua, sistema de creencias, alimentos y prácticas ancestrales de la agricultura,  pesca, danzas y cantos que se unen a su espiritualidad del  “Au Buni; Amürü Nuni”, cuyo origen  y significado está en el mandamiento del amor (Juan 13:34) “Amor a Dios  y al prójimo”.

El pueblo Garífuna, desde  su origen, cultiva  una vida rica y profunda  en BABA (Dios Madre y Padre) a través  de la vivencia diaria con fuerte sentido de vida comunitaria que celebra y comparte su ser y hacer con los demás y la naturaleza.

Reconocidos por Naciones Unidas

En 2001 la UNESCO declaró la cultura Garífuna como  “Patrimonio Intangible de la Humanidad”.

Es ancestralmente matrifocal, las mujeres ancianas son mayormente las  herederas de los conocimientos y sabidurías  ancestrales espirituales quienes piden fuerza, luz  y protección  a Dios y la compañía  de sus ancestros para luchar en las adversidades, por la  conservación de  sus territorios.

Las mujeres son las  que  mantienen  la fuerza del estilo de vida del “Au Buni; Amürü Nuni” o espiritualidad del buen samaritano que acoge, respeta y valora.

Los garífunas actualmente habitan  en 50 comunidades hondureñas, seis en centros urbanos de Belice, dos comunidades de Nicaragua y dos  en  Guatemala.

Se estima que hay unos 250 mil garífunas en Honduras y más de 100 mil que emigraron hacia Estados Unidos y otros países incluso a la Isla de San Vicente de donde fueron exiliados.

Son un pueblo  que se ha  forjado  en   la resistencia  a la destrucción de sus territorios,  valores eutécticos, lengua y cultura  ancestral; característica  que les acompaña y  les da fuerza a su   contribución  humanitaria y espiritual.

Son un pueblo salvado de las aguas salada que aún lucha por conservar  la herencia de sus ancestros; confianza en la providencia de Dios Madre y Padre, con una vivencia de Fe vida y cultura al ritmo armonioso del Tambor, maraca y caracol.

La primera Asamblea Eclesial Garífuna

Del 26 al 30 de julio, la pastoral Garífuna celebrará su primera Asamblea Eclesial en Honduras, donde se reunirán pueblos de Centro, Norte América y el Caribe.

La hermana María Suyapa Cacho, una de las organizadoras de este evento, asegura que celebran este encuentro a raíz de los desafíos surgidos de la Asamblea Eclesial, que se realizó en México en 2021.

Además por todo “el camino  recorrido por la pastoral Garífuna”, el cual  “ha sido  y es un proceso de crecimiento humano espiritual; en medio de muchas  dificultales, adversidades, tormentas, altos y bajos”.

Los pueblos garífunas – cuenta la religiosa – han sido víctimas de “rechazos, indiferencias,  por algunos agentes  de pastoral, sacerdotes, religiosas  y obispos desconocedores y alérgicos  al proceso de ese caminar  no se le ve ningún interés en  aportar  ni dejan aportar”.

Por ello, con esta primera Asamblea Eclesial “sé que  saboreamos alegremente  el  espíritu de Dios  como garífunas con estilo propio, danzamos y cantamos junto con Jesucristo  en alabanza a Baba (Dios Madre-Padre) de forma  diferente  en su expresión, dinamismo,  desafiando   el sistema colonialista y fundamentalista  en su modo de ser  y hacer iglesia en el continente”.

Una buena nueva inculturada

Por tanto, la hermana Suyapa asegura que “la Pastoral Garífuna, fundada en 1983, es  un proceso rebosante de alegría y paz en medio de las distintas tormentas superadas y signos de contradicción”.

A pesar de las actitudes clasistas, clericalistas y  racistas “ante el soplo del Espíritu de Dios  en lo diferente”, los garífunas siguen en pie para llevar la buena nueva inculturada.

Un camino de  remar mar adentro contra muchas corrientes; pero sostenido en su esencia por su fundador  Jesús, el ancestro  por excelencia”, finalizó.

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Comment(1)

  1. REPLY
    Gladys Romero says

    Excelente resaña histórica de nuestro pueblo hermano.

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